Por: Nat RIvera
El protagonista rememora, frente a su madre moribunda, cómo fue ser hijo de esa mujer: “Lamento no haber sido por su culpa, por culpa de su histérica vida de viajes a través de todo el santo país en busca de una casa o un amante o un empleo o una felicidad que en esta Suave Patria no existieron nunca, un niño modelo: uno capaz de […] consolarla […] en esta hora […] de jadeos y miedo a morir”.
Leer a King incluye navegar por diferentes estilos narrativos y disfrutar de un humor negro exquisito, que a veces se pierde en las adaptaciones cinematográficas. En esta historia, el autor nos presenta a una madre religiosa fundamentalista, una madre pulpo y neurótica cuyos brazos envuelven hasta la asfixia a su inadaptada e inocente hija: “¿Has dicho tus oraciones, Carrie?”.
Se trata de un libro de cuentos donde podemos ver a madres en acción, actuando dentro de la cotidianidad y conviviendo con sus hijos, a la manera en la que Munro nos tiene acostumbrados: historias donde parece que no pasa nada, pero uno sabe que la catástrofe se avecina; sin embargo, su maestría consiste en que nunca la veamos del todo pero podamos sentirla.
Vamos, no seamos crueles y dejemos que algunas mujeres que decidieron ser madres nos cuenten momentos que quizá expliquen qué pensaban cuando nos traumaron. Este libro es una radiografía de múltiples mujeres que nos narran momentos cruciales en su vida. Todo acompañado de una prosa que resulta tan precisa y enigmática como los mejores textos de Carson McCullers.
1. Canción de tumba, Julián Herbert
El protagonista rememora, frente a su madre moribunda, cómo fue ser hijo de esa mujer: “Lamento no haber sido por su culpa, por culpa de su histérica vida de viajes a través de todo el santo país en busca de una casa o un amante o un empleo o una felicidad que en esta Suave Patria no existieron nunca, un niño modelo: uno capaz de […] consolarla […] en esta hora […] de jadeos y miedo a morir”.
2. Carrie, Stephen King
Leer a King incluye navegar por diferentes estilos narrativos y disfrutar de un humor negro exquisito, que a veces se pierde en las adaptaciones cinematográficas. En esta historia, el autor nos presenta a una madre religiosa fundamentalista, una madre pulpo y neurótica cuyos brazos envuelven hasta la asfixia a su inadaptada e inocente hija: “¿Has dicho tus oraciones, Carrie?”.
3. Demasiada felicidad, Alice Munro
Se trata de un libro de cuentos donde podemos ver a madres en acción, actuando dentro de la cotidianidad y conviviendo con sus hijos, a la manera en la que Munro nos tiene acostumbrados: historias donde parece que no pasa nada, pero uno sabe que la catástrofe se avecina; sin embargo, su maestría consiste en que nunca la veamos del todo pero podamos sentirla.
4. Manual para mujeres de la limpieza, Lucia Berlin
Vamos, no seamos crueles y dejemos que algunas mujeres que decidieron ser madres nos cuenten momentos que quizá expliquen qué pensaban cuando nos traumaron. Este libro es una radiografía de múltiples mujeres que nos narran momentos cruciales en su vida. Todo acompañado de una prosa que resulta tan precisa y enigmática como los mejores textos de Carson McCullers.
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