Por Brisa Granados
¿Cuándo y cómo decidiste ser actriz?
Siempre me gustó cantar y bailar, sobre todo como OV7. Me encantaba jugar a las brujas o a las niñas pérdidas en el bosque. Me acuerdo en secundaria jugar “Charmed” con dos amigas, pero hubo un momento en que se me quedaban viendo con muchísima extrañeza, y es que yo me tomaba todo muy en serio, muy, ja, ja, ja.
El momento culminante fue al ver “El fantasma de la ópera” a los 10 años, mi sentimiento fue muy claro. Yo quería hacerle sentir a la gente eso que sentí. Ahora me pongo a pensar en qué fue eso que sentí, creo que una conexión a través de algo que no era obvio. Me sentía entendida y que todo era posible.
¿Cuáles son los papeles que mas te marcado y por qué?
Creo que Blanca de “La Habitación” es uno de ellos. Un personaje muy diferente a mí: drogadicta y dependiente, y eso fue muy divertido, creo que me sigue marcando. Después del temblor de este año, el haber hablado del terremoto en el ’85 en “La Habitación” tomó un significado muy diferente. “La Habitación” describe en forma de metáfora la historia de dos vecinas que se ayudan la una a la otra más allá de sus diferencias.
Por eso era importante contar la historia, y en mí sacudió algo muy dentro, en donde ver esa historia me da una responsabilidad social de ser mejor desde mi trinchera. Esforzarme más como ciudadana y vecina. Ahora que estoy trabajando en la obra “El Jardín de los Cerezos”, también me siento marcada por este personaje. Es un personaje muy alegre en la superficie con una tristeza muy profunda… me gusta entenderla y crearla…la sigo descubriendo.
Cuéntanos más detalles de “La Habitación”
Es una película que cuenta la historia de una casa que se va modificando por el contexto histórico y poco a poco se va distorsionando del sueño inicial. Me parece un proyecto padrísimo con una premisa interesante, ocho directores que son buenísimos y que se pusieron de acuerdo para poder contar la historia hilando una con la otra. Bajo la producción de los Machete que ya habían hecho “La Jaula de Oro” y se siguen atreviendo a hacer cine abrazando a México.
¿En qué te identificas con tu papel y en qué no tanto?
¡Híjole!. Creo que no me identifico en nada con ella. La entiendo y la quiero, pero es un personaje muy complejo que si al caso me da ternura por lo difícil que es ser ella. Muy errática, por cierto. Y muy divertida de interpretar.
¿Por qué no debemos perdérnosla?
Porque habla de nuestro México. Plantea cuestionamientos y con suerte siembra ideas para el México que queremos de ahora en adelante. Somos, después de todo, los habitantes de esta gran casa que es nuestro país. Además tiene una fotografía hermosa, trabajo de arte impecable y una gran producción.