Por: Brisa Granados
Maximiliano Von Götzen de Iturbide es el patriarca, pariente directo de Iturbide. Y continuando con la tradición familiar, sigue nombrándose jefe de la Casa Imperial de México y heredero al trono por parte de Iturbide y de Habsburgo. El “único inconveniente” es que la constitución mexicana establece, en el artículo 12, que no se concederán títulos de nobleza. A pesar de eso, la familia de Maximiliano Von Götzen de Iturbide es tratada, fuera de México, con todos los privilegios y honores de la realeza.
Maximiliano nació el 2 de marzo de 1944, en Bistrita, Rumania. Vive en Perth, Australia. Está casado con María Anna de Franceschi, descendiente de la realeza croata y veneciana. Es empresario y disfruta esquiar, practicar equitación y participar en competencias de yates. La pareja tiene dos hijos: Fernando Leopoldo, de 24 años y Emmanuela, de 19.
Fernando Leopoldo fue educado en el prestigioso colegio suizo Le Rosey (ahí también cursaron el rey Juan Carlos I de España y el príncipe Guillermo de Luxemburgo). Actualmente estudia Administración Gubernamental en la Universidad de Georgetown. Además es apasionado de la historia de México.
La historia de Iturbide
Recordemos que el 21 de julio de 1822 Agustín de Iturbide se autonombró emperador de México y su esposa, Ana María Huarte, emperatriz. Pero tan sólo ocho meses después, abdicó por la presión de Antonio López de Santa Anna y huyó a Italia. Un año después retornó del autodestierro, acompañado de su mujer y sus dos hijos pequeños, ignorando que era considerado un traidor y criminal, por lo que fue ejecutado a los pocos días de su regreso. Antes de morir de un disparo en la frente, uno en la nariz y otro en una costilla dijo: “¡Mexicanos! Muero con honor, no como traidor; no quedará a mis hijos y su posteridad esta mancha, no soy traidor, no”.
Después de Agustín
En 1824, tras de la muerte de Iturbide, su viuda e hijos emigraron a Estados Unidos. Ana María murió en Filadelfia el 21 de marzo de 1861.
En 1865, Maximiliano de Habsburgo, segundo emperador de México, pactó un acuerdo secreto con los diez hijos de Iturbide. El trato consistía en que Maximiliano se convertiría en tutor de Salvador de Iturbide y Marzán, nieto de Agustín. Le dio una pensión y lo nombró Príncipe de Iturbide, todo con el fin de corregir un error histórico y legitimar su régimen, pues no había conseguido tener hijos con su esposa Carlota. Así Maximiliano unificó a las familias Habsburgo e Iturbide.
En 1867 Maximiliano fue ejecutado acusado de traición a la patria. A la caída del segundo imperio mexicano, los Iturbide tuvieron que huir nuevamente de México, y sus títulos dejaron de ser reconocidos en nuestro país.
Salvador de Iturbide y Marzán murió en 1895 y su primogénita, María Josefa Sofía de Iturbide se hizo cargo de la dinastía. Así, por generaciones, hasta llegar a Maximiliano Von Götzen de Iturbide, quien ha estado a cargo de la Casa Imperial de México por casi cinco décadas, aunque no cuente con el reconocimiento en nuestro país.
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