Por Silvana Obregón
La gastronomía siempre estuvo presente en su vida y no sólo porque si no comemos, nos morimos; sin embargo, por diferentes circunstancias estudió Derecho en la Ibero. Al sentir un enorme vacío, se inscribió a unas clases de cocina en Le Cordon Bleu en la Universidad Anáhuac, donde retomó su verdadera pasión.
Fue en un viaje a Barcelona donde se enamoró profundamente del chocolate, por lo que a su regreso comenzó a vender frutas cubiertas con chocolate en bazares y pedidos especiales en el mes de diciembre, bajo el nombre de Saó, que en catalán significa “sazón”. Al darse cuenta de que tenía varias horas muertas en la noche, en lo que acostaba a sus hijos y llegaba su esposo del trabajo, decidió ofrecer clases de cocina nocturnas: “Eran superrelax y empecé con siete personas; hoy cuento con más de 150 alumnos”, comentó la chef.
Actualmente Ana ofrece tres cursos por semana, con límite de asistencia a 20 personas. Las clases varían: comida mexicana, italiana, japonesa, e incluso de un ingrediente secreto, el cual agrega en la preparación de los tres tiempos. “Mi objetivo es que salgas diciendo que estas dos horas y media valieron la pena: te divertiste y sonreíste”. Además es chef del restaurante Aromas, ubicado en Monte Everest 770, cuyos platillos más populares son la maceta de chocolate con mole, y los ravioles rellenos de langosta con chipotle en salsa de frijol con guacamole. Por si fuera poco, ofrece servicios de catering para eventos de máximo 100 personas. Su éxito radica en que asiste personalmente a cada evento para cuidar hasta el más mínimo detalle.
¿Qué viene para la chef? En marzo abrirá al público una cocina de gran tamaño en Vista Hermosa, para que haya un poco más de Ana Martorell para todos.
CONTACTO
Mail: ana@chefanamartorell.mx
Fb: Chef Ana Martorell
Instagram: @Chefanamartorell
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