Las calaveritas son uno de los símbolos más representativos de las fiestas de Día de Muertos; las hay dibujadas, recortadas en papel de china, hechas con cartón o con trozos de periódico e incluso de azúcar, chocolate y amaranto.
La calaverita de chocolate, nació hace varios años, cuando el famoso chocolatero belga Eddy van Belle compró el edificio número 24 de la calle Guatemala del Centro Histórico de la Ciudad de México para instalar en ese lugar un museo y la tienda de chocolate más sorprendente del país.
Su idea desde un inicio fue presentar en el lugar lo mejor de la chocolatería, incluyendo las calaveritas mexicanas, muy tradicionales del Día de Muertos.
En 2015 un grupo de investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), localizaron en el sótano de la futura chocolatería una plataforma rectangular con 34 metros de longitud en cuyo centro existe un núcleo elaborado con cráneos humanos; 450 las cabezas localizadas en ese lugar.
Debido a este acontecimiento, las calaveritas de chocolate no solo representan la muerte en nuestro país, sino también representan el descubrimiento de las calaveras humanas que se encuentran exhibidas en el Templo Mayor de la Ciudad de México.