Por Daniela Calderón
Tras convertirse en “Daenerys Targaryen” en Game of Thrones (GOT), Emilia Clarke confesó a The New Yorker que casi muere en dos ocasiones durante la grabación.
En el artículo, que fue titulado como “Personal History, A Battle for my Life”, la británica explicó que después de la primera temporada quedó muy afectada.
“Terminé de filmar la primera temporada de Game of Thrones. Después me vi afectada por la primera de dos aneurismas”. Esto quiere decir que las paredes de las venas presentan una dilatación y que, al romperse, derivan en una hemorragia.
Emilia apuntó que fue previo a un entrenamiento en el gimnasio, cuando sintió un repentino y fuerte dolor de cabeza; sin embargo, continuó con su trabajo físico, hasta que el dolor le hizo detenerse.
“De alguna manera, casi a gatas, logré llegar al casillero. Alcancé el escusado, me puse en cuclillas y vomité violenta y voluminosamente. Mientras tanto, el dolor certero, punzante, constrictivo iba empeorando. En un punto dado, supe qué estaba pasando: mi cerebro estaba dañado”, describió.
Por unos segundos, traté de apartar el dolor y las náuseas. Me dije a mí misma: ‘no voy a paralizarme’. Moví los dedos de mis manos y pies para asegurarme que era cierto. Para mantener mi memoria, traté de recordar, entre muchas otras cosas, algunas líneas de Game of Thrones”.
Ver esta publicación en Instagram The experiment continues. My IQ has stayed around average and my need to be near fire breathing creatures and uncomfortable seats made of iron has trebled. #hereslookingatyoukid #canyoutellthiswasshotonaniphone? #apparentlyblondestakemoreselfies 💃 Una publicación compartida de @ emilia_clarke el 20 Sep, 2017 a las 11:43 PDT
Lo siguiente que recuerda Emilia es una voz preguntándole si estaba bien, y posteriormente su traslado en ambulancia.
Ya en el hospital, le explicaron que había sufrido una hemorragia subaracnoidea y que un tercio de quienes llegaban a sufrirla, no sobrevivían. También se le dijo que la operación era inminente para intentar controlar déficit, aunque sin garantía.
En el tiempo de recuperación, las migrañas y pérdida de memoria temporal fueron algunas de las secuelas. Aún así volvió al set para rodar la segunda entrega, y fue por esas fechas cuando se le diagnosticó un nuevo aneurisma que podía reventar en cualquier momento.
“Nunca había experimentado un miedo como ese, una sensación de muerte que se acercaba. Podía ver mi vida por delante, y no valía la pena vivirla. Soy actriz y necesito recordar mis líneas, y no podía recordar mi nombre. Le pedí a los médicos que me dejaran morir.
Fue en la tercera temporada del serial cuando la actriz tuvo que ser nuevamente intervenida. “La recuperación fue más dolorosa de lo que había sido después de la primera cirugía. Estaba convencida de que no iba a vivir”, recordó.
Luego de un mes en convalecencia en el hospital, parte de su tratamiento fue controlar su estrés y ansiedad, mismos que fueron derivados de la fama y atención que le dio su personaje.