Redacción: Central
Coldplay se presentó como el plato fuerte en el Glastonbury Festival, y cerraron de una manera espectacular, pues cuando estaban por decir adiós al escenario, Barry Gibb de los Bee Gees apareció para poner al público a bailar al ritmo de “Stayin Alive”.
La fusión entre la voz de Gibb y la de Chris Martin, aunque extraña, fue suficiente para que el público se sintiera en la época dorada del Disco y mostraran sus mejores pasos. Aquí te dejamos con un poco de lo que sucedió: