Por Luisa Martínez
Este mes, en la edición impresa de Revista Central decidimos hacer una guía para entender algunos puntos básicos sobre uno de los temas más complejos y polémicos de nuestros tiempos: el feminismo.
Empecemos con lo primero: como afirma Nuria Varela, periodista y una de nuestras feministas favoritas, el feminismo “propone que mujeres y hombres somos iguales en derechos y libertades; es una teoría y práctica política articulada por mujeres que, tras analizar la realidad en la que viven, toman conciencia de las discriminaciones que sufren por la única razón de ser mujeres y deciden organizarse para acabar con ellas, para cambiar la sociedad”.
Entendido eso, lo siguiente que hay que comprender es que, precisamente por ser un movimiento ‘en proceso’ –ESTÁ pasando, no se ha detenido–, es normal que en su interior haya intercambios, contrastes y oposiciones de ideas. Y, si bien al final todos tienen un mismo fin, la verdad es que no debe sorprendernos que hoy cada grupo feminista use el movimiento desde una perspectiva particular: hay feministas preocupadas por la situación de las mujeres en comunidades indígenas; hay otras más que luchan por la defensa de otro tipo de minorías. También hay quienes luchan por la igualdad y quienes luchan por la equidad; las hay radicales –ya iremos viendo que ‘radical’ no necesariamente es una palabra peligrosa– socialistas y hasta ecologistas.
Pero, para no entrar con confusiones antes de tiempo, te dejamos aquí una primera guía que puede ayudarte a entender tres de las variedades de este –tan necesario– movimiento social, a partir de su temporalidad. Es decir, considerando el momento histórico en el que surgieron, y de los objetivos que han perseguido.
Primera Ola (1848 a 1920)
-Persigue la idea de IGUALDAD entre hombres y mujeres
-Buscaban cambiar, principalmente, la ley: derecho al voto, ser figuras económicas válidas e independientes y buscar instrumentos legales que las protegieran de la discriminación.
Segunda Ola (1963 a 1980s)
-Enfocada en la idea de LIBERTAD.
-Se le considera el inicio del feminismo “radical” –que no tiene que ver con nada más que con la idea de, como lo dice la palabra, atacar al problema de raíz–: así, en vez de tener a las leyes como prioridad, intentan combatir el machismo desde su origen, desde las conductas cotidianas, desde los discursos clavados en la sociedad: o sea, desde la eliminación del patriarcado.
-Esta ola se dividió en dos grandes movimientos: el feminismo de igualdad –que las mujeres tengan acceso a lo mismo que los hombres– y el de la diferencia –que se defienda a las mujeres sin tomar a los hombres como referentes.
Tercera Ola (1990… & loading)
-Enfocado… en TODAS las mujeres: el movimiento ha avanzado tanto, que ha sido necesario que éste se divida en tantas ramas como mujeres hay en el mundo.
-Este feminismo se ha cuestionado la diferencia entre la mujer blanca heterosexual de occidente y todas las demás; por eso, incluye en su lucha a mujeres de todas las razas, culturas y hasta orientación/preferencia sexual.
-Está en proceso de construcción y evolución, y por eso es el que más ha estado expuesto a críticas y cuestionamientos.
Al final, lo importante es reconocer que el feminismo es un movimiento que, hasta ahora, sigue siendo necesario. Nos incomoda, nos irrita, nos confunde. Pero, a pesar de eso, tenemos que seguir hablando de feminismo. Porque antes de nosotras, otras mujeres soportaron lo duro de salir del status quo para luchar por los derechos que hoy tenemos. Porque para que tú pudieras decir “nunca me he sentido en desventaja ante un hombre”, otras más dieron su vida. Y la siguen dando, todos los días.
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