Por: Nury Novelo
"¿Un cafecito? Les ofrezco esto porque todavía es muy temprano para un whiskey”, dice Pilar, apurada y feliz regresando de la clase pública de sus hijos.
Eran las 9:30 de la mañana y a pesar de que sus niños de 9 y 10 años estaban en casa, el ambiente era completamente tranquilo, lo único que se escuchaba eran los tacones de diez centímetros de Pilar preparando todo para la entrevista.
Mientras la maquillaban para las fotos, nos empezó a platicar sobre su vida, tiene un sentido del humor increíble: “Me divierto sola y me río de mis ocurrencias”. A pesar de ser una mujer que dedica la mayor parte del día al trabajo, reuniones y juntas; lo que más disfruta es llegar a su casa, servirse una copita de whiskey, prender un puro y sentarse a leer. “Cada vez me parezco más a mi papá, qué impresión. Si algo saqué de él es ese gusto por disfrutar de mi casa y de mis momentos de soledad”.
Pilar
nos dio un recorrido por la sala principal, el cuarto de televisión, el comedor y hasta por su propia habitación. Su rincón favorito: la terraza, sin duda el lugar con más recuerdos y momentos especiales para ella. “Me encanta la fiesta, busco cualquier pretexto para invitar gente, celebrar y pasarla bien”.Al final llegamos a la biblioteca, el refugio de Pilar, su guarida. Tomamos asiento mientras nos platicaba acerca de los libros que atesora. Por supuesto que su colección de Algarabía está en primera fila. En todo momento nos hizo sentir como en casa, a pesar de ser la mujer más ocupada nos dedicó todo el tiempo del mundo, y no sólo eso, con la mejor actitud y disposición.
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