Redacción: Central/ Foto: Especial
Nos sentamos a platicar con Sonia Falcone, artista plástica que ha dedicado su vida al activismo social y que, gracias a sus ambiciosos proyectos, ha dado una visión de hermandad y unión entre los seres humanos.
¿Cuéntanos, Sonia, cómo lograste fusionar esa parte espiritual con la creación?
“Soy una persona con mucha fe en dios. Estaba leyendo a Juan de la cruz, poeta del siglo XVI, muy famoso, leí una noche oscura, y fue cuando mi alma buscó a dios.
“La pregunta es ‘¿Cómo encontramos a ese dios o ese ser que nos ilumina?’ Yo pensé que debía iluminar la vida de las personas, y decidí hacerlo a través de mis obras; devolver a la espiritualidad a través de la naturaleza, el contacto.
“La tecnología nos ha separado, por eso mis obras nos ponen en contacto con la verdadera razón de nuestra vida, con nosotros mismos”.
Sabemos que los artistas tienen a sus musas de donde sacan esa inspiración divina que los eleva y que se ve reflejado en su arte, pero, ¿quién es esa inspiración para Sonia?
“Mi mentor básico es Jesús, porque soy cristiana… Estaba leyendo sobre la vida de Steve Jobs, y me gustó que el mismo exigía la excelencia, pues debemos dar lo mejor de nosotros mismos. Decía que su verdadera virtud era el amor.
“Cada día busco nuevos mentores. Benjamín Franklin fue otro de mis mentores, porque dice que si trabajamos con nuestro enemigo, podemos caminar con él”.
Y si te preguntas si Sonia escucha música mientras pinta, esto fue lo que nos dijo:
“Escucho violín, música clásica; busco cosas en la octava nota. Escucha muchísimo todo lo que sea de Mozart. Me fui dos veces a escuchar la sinfónica de Oxford. Yo la necesito (a la música) para relajarme. Es como una vacación en mi mente”.
Ya entrando en confianza quisimos preguntarle algo un poco más atrevido, y buscamos saber si tenía un amor platónico, a lo que ella respondió:
“Mi esposo es el amor de mi vida. Pero hay escultores y poetas de los que estoy enamorada, pero por sus obras”.
Y cuando le preguntamos que cuál había sido el mayor oso que enfrentó como profesional, esto fue lo que nos dijo:
“Cuando estuve en Estados Unidos el gobierno me pidió que abandonara mi profesión, porque me dijeron que traía ilegales, cosa que no era cierto, porque lo que yo hacía era promover los derechos de los latinos, y la gente con la que estuve, tenían visa”.