La historia de Alexandra Askenazi en el tema comenzó cuando tomó una clase de sexualidad durante su licenciatura en Psicología en Northeastern University: “En ese momento, yo estaba haciendo una concentración en neurociencias; sin embargo, esta clase llamó mi atención y me hizo darme cuenta de que mi pensamiento con relación a la sexualidad y al género estaba bastante rígido y limitante. Por lo tanto, decidí cambiar a una concentración en la mujer, el género y los estudios de la sexualidad”.
Al terminar su carrera, comenzó una maestría de Psicología clínica con una concentración en género, cultura y psicología política, para así seguir aprendiendo y, al mismo tiempo, desaprendiendo las ideas con las que creció:
Creo que todos los psicólogos deben actualizarse, ya que los conceptos de género y sexualidad están constantemente evolucionando, y es nuestro deber proporcionar psicoterapias que afirmen la identidad de nuestros pacientes, pues vivimos en una sociedad cisheteronormativa que constantemente niega su existencia o pone ser cisgénero y heterosexual como ‘la norma’ de la sociedad.
Cuidado individual y cambio social
En opinión de Alexa, es importante recalcar que la diversidad de género y sexual siempre ha existido. Sin embargo, debido a varios eventos históricos, como colonizaciones, se han creado leyes que discriminan y excluyen a personas de género y sexualidad diversa. Dice que, incluso, sabemos que dentro de la psicología ha existido la patologización de las personas LGBTQ+, lo cual hace que tengan más miedo o dudas de asistir a terapia.
“Por ello es fundamental que todos los psicólogos, sin importar su rama o especialización, tengan el conocimiento necesario para lograr que los pacientes LGBTQ+ sientan que tienen un espacio que afirma su identidad, un espacio seguro, un espacio que comprenda el estrés minoritario que experimentan constantemente, y sobre todo, un espacio donde el terapeuta está bien informado de estos temas”, asevera.
Nos explica que la psicología afirmativa es una perspectiva terapéutica que se concentra en las necesidades de minorías discriminadas; “no solo cuida el bienestar de las personas que son discriminadas por su identidad sexual o de género, sino que también busca transformar a la sociedad y normalizar la diversidad de género y de sexualidad para lograr igualdad”.
Detalla que algunos de sus principales objetivos son:
- Ayudar a los pacientes a construir resiliencia al enfrentar homofobia, bifobia y transfobia, entre otros.
- Acompañar y asesorar a pacientes LGBTQ+ si deciden tener una familia.
- Apoyar al paciente a aceptar su propia identidad, además de otros temas no relacionados con esta.
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Lo que sí o sí debes saber
La experta asegura que lo más importante es entender que los conceptos relacionados con el género no son tan simples y concretos como se cree: “La orientación sexual ≠ La expresión sexual ≠ La identidad de género ≠ La expresión de género ≠ El sexo asignado al nacer”.
Explica que “la orientación sexual es la atracción emocional, romántica o sexual que una persona siente hacia otra –por ejemplo, heterosexual, homosexual, bisexual o pansexual–, mientras que la expresión sexual se refiere a las actividades y pensamientos sexuales, deseos y fantasías, y puede ser fluente y cambiante. Ojo, no todo mundo actúa sobre sus fantasías y deseos; por ello, la expresión sexual difiere de la orientación sexual”.
Agrega que “la identidad de género es el género con el cual una persona se identifica psicológicamente o se define a sí misma”, en tanto que la expresión de género se refiere a la manera en que la persona refleja su identidad de género y no siempre coincide: “El sexo biológico es el sexo que le asigna a una persona al nacer; por ejemplo, femenino, masculino e intersexual”.
Estas clasificaciones nos ayudan a entender nuestra identidad y sentir que pertenecemos, especialmente si se difiere con la norma o lo que es considerado apropiado en una sociedad. “También sirven para generar conciencia sobre la diversidad sexual y de género, y así lograr que haya igualdad de derechos. Sin embargo, es importante saber que no se puede poner una etiqueta a nadie sin saber cómo se identifica”, señala.
Cómo hablar de sexualidad en casa
Existen ciertas maneras efectivas de abordar temas como el sexo y la sexualidad con los hijos: “Los padres deben facilitar la conversación y alentar a los hijos para que sea una conversación de dos, en la que los hijos hagan preguntas y comentarios sobre la información que les brindan los padres, quienes, además, deben comunicar una actitud de apertura”.
Ante todo, se debe evitar el sermón sobre lo que está bien y lo que está mal. “Si quieres que confíen en ti, no debe haber ningún tipo de juicio. Las conversaciones sobre esto tienen mayor impacto cuando ocurren regularmente, en lugar de una sola vez; así que déjales claro que pueden hacer preguntas cuando quieran. Una manera de hablar de sexo y sexualidad a menudo es comentando lo que sucede en las películas, a pesar de que las hayan visto separados. Si tienes miedo que tu hij@ sea muy joven para tener este tipo de pláticas, te sientes incómod@ al tenerlas o no sabes cómo tocar el tema, consulta a un especialista –psicólog@, sexólog@–”, reflexiona.
Sobre cómo normalizar la diversidad sexual y de género, expresa: “Debemos aprender, desaprender, construir nuevo conocimiento y reconstruir conocimiento previo. Hay más de mil especies que muestran comportamiento ‘bisexual’, ‘homosexual’ o ‘asexual’, entre otros. Las personas de género y sexualidad diversa siempre han existido, pero no fue hasta 1860 que se inventó la palabra ‘heterosexual’, lo cual revolucionó la cultura occidental”.
El camino hacia la empatía y la asertividad
Estos son los pasos que debes seguir, de acuerdo a las sugerencias de Alexa:
1. Escucha y aprende. Presta atención a lo que las personas LGBTQ+ están diciendo. Si no conoces a nadie, investiga y lee sobre la opresión que experimentan en tu sociedad. Escuchar significa que hay una conversación continua y se toman medidas sobre lo que puede afectar a las personas LGBTQ+, como usar un vocabulario respetuoso, tener baños accesibles para personas de todos los géneros y crear un ambiente en el que las personas LGBTQ+ se sientan cómod@s y respetad@s.
2. Pregunta antes de asumir. No creas que sabes cuál es la orientación sexual o el género de una persona. También recuerda que estos conceptos no son sinónimos ni siempre van de la mano.
3. Cuando te equivoques, pide perdón y sigue adelante. Todos cometemos errores; no pasa nada si estamos en proceso de educarnos. Un simple “lo siento, gracias por corregirme” es suficiente. Tampoco hagas que la persona se sienta una carga simplemente porque te cuesta cambiar tu lenguaje o tu forma de referirte hacia ella.
4. Usa lenguaje inclusivo. El lenguaje cambia con la cultura y el paso del tiempo; aceptémoslo y dejemos de pelear con eso. El simple hecho de modificar algunas de las palabras que utilizamos puede crear un ambiente más inclusivo para las mujeres y las personas trans y de género diverso.
5. Acepta que no entender una identidad no la hace menos real. Todo el mundo tiene un nivel diferente de experiencias y conocimientos sobre cualquier tema, y eso incluye conocimientos sobre el género y la sexualidad. “Yo tenía un conocimiento limitado antes de llegar a la universidad, y eso no significa que esas identidades nunca hayan existido. No tienes que familiarizarte de la noche a la mañana, pero como aliado, es importante que te esfuerces por aprender, leer y educarte. Además, no es necesario comprender completamente a nadie para respetarl@”, aclara.
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¿Dentro o fuera del closet?
Alexa no cree que hay un proceso determinado para que alguien decida “salir del closet”, aunque vaya en contra de los valores de sus familiares o de la sociedad.
“Cada caso es diferente. En primer lugar, es importante valorar los riesgos y hacerse muchas preguntas al respecto: ¿Está lista esta persona para perder a su familia si ese es el caso? ¿Tiene otros familiares o amigos a los cuales acudir? ¿Se puede mantener sol@ económicamente? ¿Se pone en peligro esta persona al ‘salir del closet’?”.
Una vez que se valora la situación y las posibles consecuencias, es más fácil decidir si es el momento adecuado para dar este paso.
Vale la pena recalcar, agrega, que las personas LGBTQ+ son válidas aun cuando deciden no “salir del closet”, ya que lamentablemente, no siempre es posible para todas, pero “confío en que las generaciones jóvenes son cada vez más tolerantes y respetuosas y creo firmemente que, en el futuro, va a existir una apretura más amplia en términos de identidades de género y sexuales”.
¡A leer se ha dicho!
Para aquellos que deciden iniciar el proceso de construir y reconstruirse en estos temas, y lograr normalizar la diversidad sexual y de género, Alexa nos da algunas recomendaciones:
- Straight: The Surprisingly Short History of Hetrosexuality, de Hanne Blank.
- Life Isn’t Binary: On Being Both, Beyond, and In-Between, de Alex Iantaffi y Meg-John Barker.
- Beyond the Gender Binary, de Alok Vaid-Menon.
- Delusions of Gender, de Cordelia Fine.
Encuentra y siguela en instagram: @affirmative_psychology
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