Gracias a la fotografía podemos recordar momentos importantes de la vida íntima y pública. Su ejercicio es un culto a la belleza melancólica que conserva, a través de la imagen, un instante, un rostro conocido o una expresión fugaz. La fotografía es detener al implacable tiempo. Una forma de observación e interpretación de la realidad. A través de ella, atesoramos testimonio de lo vivido. El presente se vuelve tangible y las imágenes se convierten en memorias y registro.
Entre los géneros de fotografía como arte existe la fotografía arquitectónica, histórica, etnográfica, social, periodística, erótica, el retrato o incluso el collage en el que se interviene una imagen.
Actualmente vivimos en una inmediatez compulsiva de imágenes y podemos tomar fotografías de casi todo lo que nos sucede. Gracias a los teléfonos móviles ha sido revolucionado el mundo de la fotografía. Sin embargo, su esencia más profunda se mantiene intacta: responde a la necesidad de retener un instante.
En México, ha sido una forma de expresión en la que, a través de la lente de grandes autores como Manuel Álvarez Bravo, Lola Álvarez Bravo, Héctor García, Tina Modotti , Kati Horna, Graciela Iturbide, Enrique Metinides, Rodrigo Moya, Guillermo Kahlo entre otros, hemos podido conocer otros tiempos, otros mundos y otras miradas.
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5 autores imprescindibles para entender la fotografía en México
1- Lola Álvarez Bravo, la magia de la vida cotidiana
Lola Álvarez Bravo nació en 1907, bajo el nombre de Dolores Martínez de Anda en Lagos de Moreno, Jalisco. Fue hasta 1924 en que contrajo nupcias con Manuel Álvarez Bravo de quien adoptó el nombre por el que es conocida. De su marido aprendió el arte de la fotografía.
Ella era una artista muy completa. Incursionó en la gestión cultural, en el periodismo gráfico, en la publicidad e hizo retratos de grandes personalidades de la época con las que tenía relación como Rufino Tamayo , David Alfaro Siqueiros , Diego Rivera y Frida Kahlo .
Aunque Lola siempre supo que su vida no tendría un trayecto común, fue hasta que tuvo que ayudar a su esposo Manuel a terminar un trabajo para una revista, en que dejó crecer su espíritu creativo.
Tiempo más tarde Manuel y Lola se dejaron, pero ella permaneció utilizando su nombre de casada, con el que hasta la fecha se le reconoce.
Durante 50 años retrató la vida cotidiana, revelando su belleza silenciosa. Fotografió escuelas, estaciones de bomberos, hospitales y orfanatos. Sus imágenes son parte de la memoria colectiva del México tradicional.
Hay una mística única en su obra que hoy por hoy es de las mejor cotizadas en galerías y casas de subasta.
2- Manuel Álvarez Bravo y el cine de autor
Para Manuel Álvarez Bravo la fotografía es una fantasía. Es decir, algo proveniente de la imaginación. Se trata de una forma crear realidades posibles. Él fue uno de los fundadores de la fotografía moderna en el mundo y es considerado el máximo exponente de la fotografía latinoamericana.
En pleno momento posrevolucionario Manuel Álvarez Bravo fue parte de la escena artística de un México que buscaba la modernidad y la identidad de sus raíces. Su obra es por ello una expresión fidedigna de la esencia de México, con mirada humanista.
Originario de la capital mexicana, Manuel fué testigo del fuego cruzado en la Revolución y tuvo contacto con escenas de muerte, que dejaron una fuerte influencia en la estética de su trabajo. A lo largo de los 100 años que vivió se relacionó con el círculo intelectual entre los que destacan José Revueltas, Xavier Villaurrutia, y André Bretón.
Trabajó con el cineasta ruso Sergéi Eisenstein, con John Ford y con
Luis Buñuel
.
Las imágenes logradas por Álvarez Bravo logran la convivencia simultánea de lo familiar y lo inesperado.
La colección más grande de su obra la adquirió el Museo de Arte Moderno.
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3- Héctor García, testimonio del cambio
El fotógrafo Héctor García fue fotoperiodista en el Novedades y en el suplemento México en la Cultura. Es conocido por sus fotos tomadas durante el movimiento estudiantil de 1968 y una serie de la guerra en Medio Oriente. Ambos fotorreportajes le llevaron aganar premios al mérito.
Su trabajo dio visibilidad a los grupos vulnerables y se caracterizó por retratar la vida política y cultural del país durante 80 años. Siempre combinado con el periodismo, Héctor García logró la estética suficiente para ser considerado artista. Por la carga política en su obra, en un momento fue censurado, aunque después recobró exposición y fama.
Actualmente, su archivo se ubica en Cumbres de Maltrata No. 581, colonia 2da. del Periodista. Puede ser consultado por fotógrafos, investigadores y especialistas.
4- Graciela Iturbide, la primera en entrar al baño de Frida
Graciela de Iturbide, una de las pupilas de Manuel Álvarez Bravo, cuenta con una destacadísima carrera en la fotografía. Aunque su primer interés fue el cine, pronto se vio seducida por la imagen fija. Fue asistente de Álvarez Bravo y viajó por todo el país y parte de Centroamérica tomando fotografías.
En fechas más recientes fue comisionada para entrar por primera vez a los baños de la casa azul de Frida Kahlo, que habían sido cerrados, por más de 50 años, como una cápsula de tiempo, resguardando objetos personales de la artista.
Graciela vió los objetos de Frida y los retrató antes de que su esencia escapara ante el encuentro del presente. Decidió introducirse a la tina de Frida y reinterpretar la obra “Lo que el agua me dio” con sus propios pies.
De Iturbide asegura que le dolieron las piernas por semanas pues tuvo una especie de conexión mística con los dolores de la pintora.
En este caso como en toda su obra la artista logra introducirse en la intimidad de los objetos y las personas retratadas. Conservar su esencia y su fuerza en una imagen silenciosa.
5- Enrique Metinides: la belleza de lo Mórbido
Enrique Metinides es uno de los pocos artistas mexicanos cuya obra es parte de la importante colección de arte del MoMa de Nueva York.
Su carrera comenzó cuando casi siendo un niño, se acercó por curiosidad y en busca de trabajo al ministerio público que había cerca de su casa.
Pronto acompañó a los agentes a las inspecciones de accidentes y delitos. Cuando obtuvo una cámara comenzó a fotografiarlos. Con ello se convirtió en el artista de lo siniestro.
Famosas fotografías suyas han sido difundidas por décadas, pues su trabajo de fotoperiodista de nota roja, siempre logró una estética avasalladora.
Sin lugar a dudas, es un arte retratar a la muerte de cerca, guardando un toque de belleza.
Coleccionismo de fotografía
El coleccionismo de fotografía en México está en proceso de consolidarse. Las posibilidades de reproductibilidad de la imagen hacen más complejo su mercado. Sin embargo, los autores aquí mencionados son de los más buscados por aficionados a la fotografía como arte.
Hay galerías importantes como la de Patricia Conde, que constantemente difunden trabajos artísticos de este género. México es un semillero por su potencia cultural y tradición visual.
Para decidirse por una obra fotográfica es fundamental investigar si el autor decidió limitar el número de copias que se pusieron a la venta. La singularidad de la pieza. Lo histórico de la imagen y por supuestola trayectoria de su autor. Si es de época y si está firmada son también puntos para considerar.
*Kristina Velfu es periodista cultural, especializada en el mercado y difusión del arte y la cultura. @Velfu
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