A través de la historia, la tecnología nos ha permitido realizar hazañas increíbles, desde la agricultura hasta los viajes espaciales; pero en una época donde la inteligencia artificial resuelve problemas que quizá ni siquiera sabíamos que teníamos, la tecnología blockchain y las criptomonedas deben tener un foco especial, dado que si bien un cohete puede recorrer miles de kilómetros, el blockchain ayuda a cerrar la brecha más colosal que hoy enfrenta la humanidad, la brecha de confianza entre personas.
La tecnología que habilita las criptomonedas logra algo tan fundamental que pareciera incluso obvio y de poco valor, permite acuerdos entre partes que no se conocen o no tienen necesariamente confianza entre ellas, en la era de la inmediatez de absolutamente todo y de romper las fronteras del espacio, esta tecnología impacta fuertemente a la capacidad de dos o más personas de organizarse sin intermediarios.
Como tal, definir o agrupar la diversidad que se ha creado en el ecosistema de las criptomonedas resulta complejo, pudiéramos agrupar desde la creación de monedas en el sentido más tradicional, tokens que hacen el símil de acciones de una sociedad, fracciones de inmuebles o incluso obras “artísticas” como los llamados Cryptopunks.
A pesar de esta diversidad, todas tienen algo en común, parten de un registro único en una cadena de bloques de información preferentemente distribuida entre diferentes “servidores” mejor conocidos como nodos, lo que dificulta su desaparición o censura.
Para poder resolver si podemos invertir en ellas con tranquilidad, necesariamente tenemos que definir el “valor utilitario” de cada una, ¿qué problema resuelven? o ¿a quién ayudan?, monedas o tokens creados con el solo deseo o fin de especular puede ser que entrando en el momento ideal puedan generar rendimientos colosales multiplicando por mil o más el recurso utilizado, aunque sin un sustento práctico detrás, la caída será igual de colosal.
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Bitcoin
La tecnología blockchain y las criptomonedas en el mismo sentido, tienen su mejor perspectiva o mayor fortaleza cuando se enfocan a su fin principal y cuando este es relevante y útil para el público en general.
El Bitcoin, la pionera y máxima representante de la verdadera “descentralización” tiene un fin muy claro y puntual, mediante su protocolo y capas de seguridad pretende ser un sistema contable distribuido donde en todo momento el “dueño” de la moneda o de la fracción de la moneda siempre pueda tener absoluto control sobre su recurso y un tercero podrá en todo momento saber si una determinada billetera tiene o no recursos para poder entablar alguna relación o contrato con ella.
Es decir, bitcoin además del furor que ha generado por su valor especulativo, motivado en parte por su escasez por diseño solo existirán en la historia 21 millones de ellos, tiene una utilidad incomparable para la humanidad, ha logrado que decenas de millones de personas en todo el mundo puedan intercambiar un valor, fácilmente, sin grandes costos económicos y desde la palma de su mano sin que tenga que mediar autoridad o ente certificador alguno de por medio.
A principios del año pasado, previo al auge alcista, se reportaban cifras descomunales, cada día se transaccionaron más de 68 mil millones de dólares en la red de bitcoin, un número espectacular por donde se le mire. La especulación desmedida de intereses organizados como los fondos de inversión, ha generado un cambio en los patrones de valor de las criptomonedas, pero con una visión a largo plazo las criptomonedas como bitcoin, tienen una perspectiva totalmente alcista en su valor y vale totalmente la pena invertir en ellas.
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* Luis Enrique Vázquez es profesor del departamento de Derecho del Tec de Monterrey Campus Guadalajara, y Coordinador del Comité de Ética en la inteligencia Artificial en la iniciativa triple hélice fAIr LAC Jalisco, del Tec de Monterrey, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Gob. de Jalisco.
Doctorante en Derecho por influencia de la Tecnología, Maestro en Derecho Comercial y de la Empresa por la Universidad Panamericana. Se desempeñó como asesor legal de empresas del ramo Fintech, asesor jurídico de diversas iniciativas blockchain a nivel nacional e internacional, minero de criptomonedas y colaborador de la primera wDAO del mundo.
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