Por: Rosario Mérida Serrano , Universidad de Córdoba
A pesar de los esfuerzos por construir una sociedad igualitaria, seguimos encontrando en la infancia patrones de comportamiento que perpetúan las desigualdades de género. Estas actitudes se hacen más evidentes a partir de la educación secundaria, pero tienen su origen en la socialización de la primera infancia.
Los medios de comunicación son un agente socializador principal: influyen, junto a las familias y a los centros educativos, en la construcción de la identidad. El cine es uno de los más potentes transmisores de valores e influye de forma considerable en las actitudes y conductas de los espectadores.
El hecho de que gran parte del cine infantil muestre una realidad estereotipada de los personajes tiene, por tanto, una influencia significativa en la sociedad.
Hemos analizado once películas infantiles de animación teniendo en cuenta los siguientes criterios:
Número equitativo de personajes mujeres y hombres.
División del trabajo.
Aspiraciones y expectativas de vida en las mujeres.
Estereotipos estéticos, de personalidad o emocionales sobre la mujer.
Redes de amistad entre mujeres.
Relaciones entre mujeres y hombres no centradas en el amor romántico.
Comentarios y acciones sexistas o misóginas.
A estos factores hemos añadido los criterios de rebeldía de género (es decir, la no conformación al estereotipo como algo intrínsecamente rebelde) y alarde de excepcionalidad (cuando una situación de igualdad se presenta como algo excepcional).
Desarrollo de la imagen propia
Las niñas, a menudo, se sienten atraídas por las películas de princesas y heroínas, se disfrazan como ellas y las imitan. La visualización de estas historias contribuye al desarrollo de la imagen de sí mismas, a la constitución de sus creencias y a la forma de entender el mundo que les rodea.
Pero ¿son realmente estos personajes modelos a seguir en términos de igualdad?
En las películas infantiles los protagonistas masculinos aparecen representados como héroes centrados en nobles propósitos. La elocuencia, actividad, nobleza y valentía son sus rasgos característicos. El amor se representa como una trama secundaria dentro del conjunto de ideales que el personaje masculino ansía.
¿Amar o no amar?
En muchas de las películas que hemos analizado que están protagonizadas por un personaje femenino, el eje central de la trama suele ser el amor. En ellas, la mujer aparece felizmente abnegada, dedicada al cuidado de la familia, o con el amor y el matrimonio como fin preferente.
En algunas de ellas, como en La Bella y la Bestia, se hace incluso una idealización romántica del control, el secuestro, el maltrato y la pérdida de intimidad. Bella, la protagonista, que aspira a viajar y conocer mundo, abandona su sueño para casarse con su secuestrador. En cambio, en una película de protagonista masculino como Robin Hood, la trama ya no se centra en la búsqueda del amor o el enamoramiento.
Número de personajes masculinos o femeninos
Tanto en La bella y la bestia (11 a 6) como en Blancanieves (16 a 6), hay más personajes masculinos que femeninos, a pesar de tratarse de películas con protagonista femenina.
Los Increíbles tienen 14 personajes masculinos y 5 femeninos. Se sale de esta tendencia Los Croods, con más personajes femeninos (11) que masculinos (7).
Sexualización
A pesar de ser películas dedicadas a un público infantil, la figura de la mujer aparece, de forma recurrente, hipersexualizada y cosificada: se la presenta como mujer objeto y de intercambio, y se normalizan el secuestro por amor o el matrimonio por conveniencia. El personaje más significativo en este sentido es Jazmín, que seduce a Jafar para dar tiempo a Aladdín.
Los comentarios sexistas son habituales en todas las películas analizadas, aunque a menudo se camuflan y pasan desapercibidos debido a que se les da un carácter cómico o jocoso, lo que neutraliza el rechazo que estos comentarios deberían producir.
¿Quién es la más bella del reino?
La película Toy Story representa el paradigma de la película de colegas masculinos: en ella un sentimiento de envidia se convierte en una relación de amistad profunda. Los personajes varones, incluso secundarios, presentan cualidades como la fidelidad, la lealtad, la nobleza, la colaboración y el liderazgo.
Sin embargo, la figura femenina aparece desvinculada de las relaciones de amistad entre mujeres. Cuando hay más de una mujer, estas se relacionan de forma fraternal (como en Los Croods) o se presentan como rivales (como en Blancanieves) o no se explora la relación (Chicken Run).
Los afectos entre mujeres, si aparecen, están enmarcados, en un porcentaje muy elevado de casos, en relaciones familiares, como es el caso de Vaiana, Los Croods o Lady Marian de Robin Hood.
Rebeldía y derechos
En los últimos tiempos, hay una tendencia a adecuarse a las demandas y evolución de la sociedad en cuestión de igualdad. Pero a menudo se hace desde la perspectiva de rebeldía y excepcionalidad, proporcionando una visión sesgada de estos derechos.
En las películas en las que la mujer aparece representada en una faceta más activa, como es el caso de Jazmín en Aladdín o Bella en La bella y la bestia, esta actitud se muestra como un acto de desobediencia y rechazo al rol de género asignado social y culturalmente.
En un público femenino no formado, asumir esta excepcionalidad puede crear una conciencia de inferioridad con respecto a su papel en la sociedad y la creencia de que para tener los mismos derechos deben convertirse en rebeldes heroínas.
La normalidad como algo excepcional
En otras ocasiones, como es el caso de Juddy en Zootrópolis, se muestra al personaje femenino desempeñando un rol al que tiene derecho, pero que la tradición atribuye preferentemente al género masculino. La película lo trata como un hecho de excepcionalidad positiva que resta normalidad a la situación que representa.
Mientras que los personajes masculinos corren aventuras y ocupan esos espacios sociales de forma normalizada, con los personajes femeninos se enfatiza esta situación como excepcional, convirtiéndola, en muchos casos, en la trama argumental principal de la película Zootrópolis.
Una escuela coeducativa debería seleccionar las películas que proyecta en las aulas abordando un análisis con perspectiva de género que permita a los espectadores infantiles reflexionar, cuestionar modelos antiguos y proponer nuevos modos de relación.
Este artículo y la investigación en que se basa fueron realizados con la colaboración de la alumna de máster Tarxilia Heras Peinado.
Rosario Mérida Serrano , Catedrática de Didáctica y Organización Escolar, Universidad de Córdoba
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation . Lea el original .
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