Bienestar

Cómo ha evolucionado la masculinidad en pleno siglo XXI

Por: Emmanuel Cacho 15 noviembre 2023 • 4 minutos de lectura

La masculinidad siempre se suele relacionar muchísimo con el machismo, pero este concepto ha evolucionado, dejando de lado los límites creados por el patriarcado.

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Cómo ha evolucionado la masculinidad en pleno siglo XXI
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El concepto de masculinidad no debería estar ligado al machismo, de hecho, deberíamos dejar de ver esto como algo tóxico, pero el entender y separar la masculinidad con el machismo es una tarea muy difícil, que muchos hombres, especialmente al entrar a la edad adulta, no terminan de comprender, y comienzan a actuar de formas que tal vez no sean las más apropiadas.

Conforme más hombres comienzan a deconstruirse, se ha empezado a generar un nuevo ideológico alrededor de actuar de forma masculina, separando este comportamiento cada vez más del patriarcado, que se traduce en una sociedad dominada por los hombres, cuya forma de expresión es bastante limitada.

En tiempos más modernos, hemos comprendido que hay muchas cosas buenas también dentro de la masculinidad, despojando de la idea de que esta es tóxica o negativa, pues existen muchas capas, más allá del estereotipo del macho, fuerte, dominante que nos ha pintado el patriarcado, por el contrario, la masculinidad no está peleada con que un hombre exprese sus sentimientos o se muestre vulnerable.

Un entendimiento más saludable de la idea de la masculinidad, donde finalmente comprendemos que la toxicidad no recae en este concepto, si no, en el machismo fomentado por el patriarcado, pues la masculinidad está más bien ligada a las elecciones e ideologías no inherentes al propio género.

Retomando la idea de la masculinidad limitada por el patriarcado, existen varios hombres que toman el concepto de “hombre de alto valor” o “macho alfa”, que abrazan la hombría a través de la idea de ser una persona dominante, creyendo que de esta forma van a atraer respeto, además de potenciales parejas, escondiendo sus sentimientos para no parecer “delicados”.

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Estos “alfa” pueden caer en dos vertientes, una donde se vuelven pasivo-agresivos, y consideran que todo mundo les debe algo, mientras que en el segundo caso, se pueden volver agresivos con el fin de no suprimir su ira y no parecer débiles, mientras que ven los encuentros sexuales que llegan a tener como una forma de “validar su masculinidad”.

Por otro lado, el negar por completo la masculinidad también puede significar la represión de emociones al equiparar el ser masculino con el patriarcado, especialmente aquellas ligadas a la sexualidad o el enojo, omitiendo toda asertividad saludable que implica el integrar los sentimientos y sincerarse con uno mismo, lo que genera una bomba de tiempo.

Lo importante: ¿Cómo vivir una masculinidad saludable?

Una masculinidad saludable comienza en el amor, empezando por el propio, y hacia los demás, el sincerarnos con nosotros mismos sobre nuestras emociones, sin importar lo que piensen los demás, recayendo en una epifanía donde nos sentimos cómodos con quienes somos, sin necesidad de probarle nada a nadie, pero siempre poniendo por delante nuestros valores, que forman parte de nuestra evolución natural.

Dentro del nuevo concepto de masculinidad, la igualdad es primordial, sin ver la identidad de género o la orientación sexual, además que la verdadera masculinidad no es exclusiva para hombres heterosexuales cis género.

La virilidad va más allá de la biología, es una decisión, donde los conceptos establecidos por el patriarcado no solo son estigmatizados, son retados y superados por aquellas personas que han decidido vivir una masculinidad saludable, puede ser desde un policía honesto que ve por el bien a su comunidad, a un hombre de negocios altruista y miembro de la comunidad LGBTQI+, que ama y respeta a su pareja sentimental y a su familia.

Cómo ha evolucionado la masculinidad en pleno siglo XXI
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La inteligencia emocional es primordial para vivir una masculinidad plena, que puede ser la parte más complicada de abrazar este concepto, pues el admitir que tienes un problema con la ira requiere muchas agallas, sobre todo cuando la elección más masculina es la de comprometerse a hacer el bien, mejorar y no sucumbir a los impulsos provocados por el enojo.

Los “hombres de alto valor” no aceptan un “no” por respuesta, pero el hombre que vive su masculinidad sana respeta los límites, y cuando una potencial pareja no quiere involucrarse de alguna forma con él, este se hará de lado, sin insistir o manipularle para conseguir lo que quiere, pues entiende que el rechazo también es valioso, y el fracaso es parte del crecimiento personal.

Esto va de la mano con el hecho de controlar los impulsos sexuales, y no ser consumido por una energía de necesidad de satisfacerse sexualmente, siendo consciente de la responsabilidad afectiva que implica un encuentro de esta índole.

octubre 19, 2018 12:26 PM • 1 minutos de lectura

La masculinidad saludable es un concepto que se debe abrazar, que parte del amor y de la habilidad de elegir el hacer bien a los demás, a tener los valores de honor y respeto muy en alto, de inspirar confianza, de fortaleza interna y honestidad.

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