En 2006 llegó a la pantalla grande El diablo viste a la moda que conquistó al mundo por su comedia inteligente, personajes impecables, y excelente estilo de la moda, que fue centro de la trama en general, haciendo una observación, hasta cierto punto satírica, del mundo fashionista, del periodismo especializado en esta rama, y de las casas de la alta costura.
Titulada en inglés como The Devil Wears Prada, la cinta nos muestra la historia de Andy Sachs, cuya aspiración a convertirse en periodista la lleva a convertirse en la asistente junior de la editora en jefe de la revista Runway, Miranda Priestly, un puesto sumamente codiciado por muchísimas aspirantes a obtener renombre en la prensa fashion, lo que lleva a Andy a una transformación para alcanzar sus metas personales.
Un punto clave de El diablo viste a la moda, es justamente lo relativo a las casas de alta costura y las tendencias de cada temporada, por lo que el vestuario jugó un papel de suma importancia en la producción de la cinta protagonizada por Meryl Streep y Anne Hathaway, convirtiéndose en íconos de la moda.
El vestuario fue curado cuidadosamente por Patricia Field, estilista y diseñadora de moda nacida en la ciudad de Nueva York, y cuya visión la llevó a ser nominada al Oscar por Mejor Vestuario por esta emblemática película, pero que ya había brillado en este rubro en otras producciones, como Sex and The City.
Es muy notorio que Field se encargó de darle voz propia al estilo de cada uno de sus personajes, e incluso evadió a toda costa basarse en alguna editora famosa para los atuendos de Miranda Priestly, basándose más el estilo propio de Meryl Streep, aunque esto no evitó que fuera comparada con Anna Wintour, directora editorial de la revista Vogue.
En el guardarropa de la editora en jefe de Runway, podemos ver grandes diseños vintage de casas de la talla de Donna Karan, retomando cortes creados por la diseñadora durante la década de los 80 y de los 90.
Cabe destacar que el presupuesto original para el diseño de los atuendos en The Devil Wears Prada era de aproximadamente 100 mil dólares, sin embargo, al ser una cinta enfocada en el mundo de la moda, este se incrementó a un millón de dólares, lo que la convirtió en la película con el vestuario más caro en la historia en su momento, aunque ese récord ya ha sido obtenido por otras producciones.
Cada uno de estos conjuntos no fue desechado, y se le dio un buen uso, o más bien una buena causa, pues cada uno de los outfits utilizados en la cinta fueron subastados, cuya ganancia fue donada a la investigación del cáncer de mama, y sin duda alguna, el costo de cada una de las prendas utilizadas en El diablo viste a la moda hoy en día valen mucho más que en su momento.
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