Si alguna vez has visto a alguien bostezar y has sentido una necesidad irresistible de bostezar, es posible que te hayas preguntado si el bostezo es contagioso.
De acuerdo con la Universidad de Harvard , los humanos bostezan, en promedio, entre cinco y 20 veces al día; aproximadamente cada bostezo tiene unos cinco segundos de duración.
Pero no estamos solos, otros animales sociales, como lo pueden ser los chimpancés y los leones, también pueden bostezar “por contagio”, y es probable que otros animales lo hagan para regular procesos internos de su cuerpo.
La ciencia detrás del bostezo
Los bostezos están definidos como una apertura involuntaria de la mandíbula, un momento temporal de contracción muscular máxima con un movimiento de cabeza y cierre de los ojos, seguido de un cierre pasivo de la mandíbula.
De acuerdo con Cleveland Clinic , en segundos, todas las vías respiratorias se expanden por completo y los músculos cercanos se estiran o tensan, específicamente alrededor de la garganta. Pese a que hay muchas investigaciones al respecto, la ciencia aún no ha detectado el propósito exacto del bostezo.
Hasta ahora, se han vislumbrado tres posibles teorías sobre los bostezos:
- Despertar al cerebro. El aburrimiento desencadena la somnolencia al estimular el sistema de señales del sueño del cuerpo, por lo que tu cuerpo debe hacer un esfuerzo para mantener el contacto con el entorno, es ahí cuando se vale del bostezo como herramienta para despertar al cerebro.
- Enfriar el cerebro. Se sugiere que la temperatura del cerebro disminuye al bostezar debido a la ingesta excesiva de aire y a los cambios en el flujo sanguíneo. Algunos estudios indican que los bostezos ocurren en casos de termorregulación anormal, como estrés por calor y temperatura corporal alta.
- Relacionarse. El bostezo funciona como una función de comunicación o sincronización grupal, incluso, podría servir para indicar aburrimiento o sentimientos de estrés a quienes lo rodean.
Aunque se creía que el bostezo aportaba más oxígeno al cerebro, la teoría quedó descartada luego de que no explicara totalmente por qué un feto bosteza, si recibe el oxígeno a través de la sangre por el cordón umbilical. Las causas del bostezo se mantienen como un completo misterio.
Los bostezos y el sueño: ¿se contagian?
Andrew Gallup, biólogo evolutivo del Instituto Politécnico de la Universidad Estatal de Nueva York, menciona en su estudio The causes and consequences of yawning in animal groups , publicado en la revista científica Elsevier, que el contagio del bostezo es un reflejo complejo que se ha documentado en todas las clases de vertebrados.
Si bien, el bostezo ocurre con mayor frecuencia durante las transiciones de sueño y vigilia, esta respuesta también se considera un comportamiento de desplazamiento que puede ser indicativo de estrés o conflicto.
Pero… ¿Por qué es contagioso? De acuerdo con Gallup, los bostezos contagiosos, son un fenómeno bien documentado que puede servir para mejorar la vigilancia y la sincronización en grupos.
Sin embargo, la respuesta más acertada es la de ecopraxia, es decir, solo se trata de la repetición no voluntaria de los movimientos que realiza otra persona a la que estamos observando.
Y cuando se trata de sueño seguro que has escuchado la frase: “me contagiaste el sueño”.
En palabras de la Dra. Frine Torr, especialista en neurociencia conductual, el llamado “contagio del sueño” es mera empatía: “si está bostezando, es porque tiene sueño, entonces, yo también tengo sueño”.
Los humanos no son los únicos que contagian los bostezos
El contagio por bostezo también es común entre los grandes simios no humanos, incluidos los chimpancés, los bonobos y los orangutanes.
Además, se han informado pruebas de contagio por bostezos entre elefantes africanos, ovejas domesticadas y mamíferos marinos. En las aves, se ha demostrado que los periquitos bostezan en respuesta tanto a humanos como a su misma especie. Sin embargo, un estudio reciente no encontró evidencia de bostezos contagiosos entre los cuervos jóvenes.
Regresando a los chimpancés, se ha demostrado que bostezan en respuesta a los bostezos de los visitantes humanos en los zoológicos.
En cuestión de mascotas, se mantiene una investigación si los perros y gatos pueden bostezar de manera contagiosa solo por ver a sus amos bostezar.
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