A Anna Wintour la podemos definir como la mujer más poderosa en la industria de la moda, que se ha vuelto en sí un ícono de la cultura popular, con su famoso peinado bob con flequillo, sus lentes oscuros Chanel, además de sus exuberantes abrigos. Wintour es conocida por ser la editora en jefe de la versión estadounidense de Vogue, y por ser la mente maestra detrás de la MET Gala.
La editora recientemente se convirtió en directora de contenido global en Condé Nast, compañía dueña de Vogue, y es bien sabido que ella puede elevar la carrera de un diseñador, o acabar con ella, por lo que es una figura sumamente respetada en la farándula. Otro punto que le ha dado fama es su carácter a la hora de dirigir, y es que ella se ha definido como “puño de hierro”.
Aunque nunca se ha confirmado de forma oficial, es bien sabido que la autora de El diablo viste de Prada, Lauren Weisberger, se inspiró en Anna Wintour para el personaje de Miranda Priestly. Esto surge después de que Weisberger trabajara 10 meses como asistente de la editora en jefe de Vogue, además de las vivencias que tuvo la autora en las oficinas de esta famosa revista.
Entre los tantos esfuerzos de Anna Wintour, está la famosa gala del Museo de Arte Moderno, que tiene la finalidad de recaudar fondos para el Anna Wintour Costume Institute, que se encarga de preservar la historia de la moda. En este departamento del MET, se han recopilado más de 30 mil objetos que repasan 7 siglos de vestidos y accesorios de moda.
Cada año, la MET Gala incluye en su exclusiva invitación un código de vestimenta, que, por ejemplo, en 2024 es El Jardín del Tiempo para celebrar la temática de Sleeping Beauties: Reawakening Fashion. En esta ceremonia, podremos ver piezas históricas ya tan frágiles que no pueden ser usadas nuevamente, y es Anna Wintour quien elige la temática de cada año, y establece el dress code de cada ceremonia.
La gestión de Wintour va mucho más allá de elegir los temas y la vestimenta, y es que ella es la que selecciona cuidadosamente a los invitados que asistirán a cada gala, encima de ello. Incluso, la editora de origen británico invita a las marcas de grandes casas de diseño, quienes deben asegurar su lugar al pagar una mesa, que puede costarles entre 200 mil y 300 mil dólares, donde sentarán a sus invitados, eso sí, Wintour debe aprobar los nombres de estos, aunque ya hayan pagado su lugar.
Anna gestiona cada detalle de la noche, desde la forma en la que se doblan las servilletas, los centros de mesa, los colores y los adornos, todo pasa por la lupa de la editora en jefe de Vogue Estados Unidos. El esfuerzo de esta poderosa mujer no es en vano, y es que Wintour ha declarado que ella no quieres ser recordada por ser “la directora en jefe de Vogue”, y más bien quiere ser recordada por sus labores filantrópicas.
Esta es la razón principal por la que Anna Wintour da tanta importancia a la MET Gala, pues esta representa el verdadero legado que quiere construir.
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