La lluvia tiene un efecto relajante y su sonido es especialmente dulce a nuestros oídos, trayéndonos un efecto relajante en nuestro cuerpo. Seguramente te ha pasado que estás en tu cama, a punto de dormir y comienza a llover, haciéndote sentir como si el sonido de las gotas te arrullara mientras chocan contra tu ventana, y esto tiene una explicación científica.
Por décadas, científicos y expertos han explorado el efecto de los sonidos de la naturaleza en el cerebro humano, y uno de los más analizados ha sido el que se produce a partir de los fenómenos pluviales. Los resultados han sido bastante positivos, e incluso, un estudio en 2018 reveló que la lluvia y los truenos, utilizados como ruido de fondo, estimulan el cerebro, y mejoran la concentración, además de tener otros efectos en el estado de ánimo y en las habilidades cognitivas.
El motivo de que el sonido de la lluvia ayuda a relajarnos y dormir está relacionado con las frecuencias auditivas que se producen, que provocan un incremento en las ondas alfa, que se definen como oscilaciones neurales entre los 8 y 12 Hertz. Estas estimulan las células del tálamo en el centro del cerebro, provocando una sensación de bienestar y relajación.
Esto convierte este tipo de ruido en una excelente fuente de calma y una gran cura para el estrés, que si lo sumas a los efectos naturales relacionados con la lluvia, propician el ambiente perfecto para alcanzar un sueño profundo y reparador. Esto tiene que ver específicamente con la reducción de luz solar en el día, lo que activa nuestro sistema circadiano, avisando a nuestro cuerpo que es momento de descansar.
Del mismo modo, podemos considerar esto como la razón por la cual nos sentimos somnolientos y menos activos durante los días nublados, que se suma con la temperatura y humedad que suele estar relacionada con la lluvia. El choque de las gotas con el suelo libera iones negativos, que estimulan el cerebro y ayudan a la producción de serotonina, hormona que nos da la sensación de bienestar.
Existen diferentes categorías de sonidos “no musicales”, y el de lluvia es considerado ruido rosa, muy apegado a los producidos por la naturaleza, además que se compone de todas las frecuencias dentro del rango auditivo humano. Cabe destacar que un factor primordial que define al ruido rosa es el hecho de que las frecuencias se alteran debido a que su distribución no es uniforme.
La forma en la que se produce este sonido provoca que las ondas sonoras se alteren, reduciendo las más altas, y potenciando las bajas, creando una sinfonía natural llena de contrastes.
Uno de los efectos positivos del ruido rosa es que cubre las frecuencias de otro tipo de sonidos, lo que propicia el enmascarar ciertas resonancias que llegan a alterar los ciclos de sueño de la mayor parte de las personas.
Gracias a la tecnología, las personas se pueden relajar con el sonido de la lluvia, además de ayudarles a dormir por medio de dispositivos y aplicaciones que replican este tipo de ruido.
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