Bienestar

Qué pasa en el cerebro cuando soñamos, un experto lo explica

Por: Beatriz Esquivel 18 abril 2024 • 5 minutos de lectura

Cuando dormimos, nuestro cerebro está muy activo y se cumplen algunas funciones vitales para nuestra salud.

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que pasa en el cerebro al soñar
Getty Images

Soñar es una de las proezas más grandes del ser humano. Cerrar los ojos para descansar y que nuestro cerebro sea capaz de crear mundos nunca antes vistos, sentir que volamos o quizás ver a un ser querido que ya ha fallecido e interactuar con esa persona. Pero, ¿cómo es que soñamos y qué pasa en nuestro cerebro mientras lo hacemos?

Hay que decirlo de un inicio: los sueños siguen siendo una de las grandes incógnitas y su estudio es relativamente reciente y aún queda mucho por descubrir. Sin embargo, la ciencia del sueño sigue avanzando. Desde analizar las zonas del cerebro que se activan cuando soñamos… o cuando tenemos pesadillas, hasta la psicología detrás del contenido de los sueños o las situaciones de la vida real que se manifiestan en esta dimensión onírica.

Tanto la parte física como emocional ha sido parte esencial para entender los sueños, por ejemplo, algunas teorías postulan que estos son necesarios y útiles para lidiar con nuestras emociones, incluso para resolver algún problema. La interpretación de los sueños ha sido una herramienta muy popular para quizás entender situaciones a las que nos enfrentamos… de allí la popularidad de significados de sueños como que los dientes se caigan o soñar con un ex .

Pero sin entrar al terreno de la interpretación del contenido de los sueños, existen otros postulados sobre las funciones del sueño y, por supuesto, del mero acto de dormir, de su importancia y el peligro de no cuidar la calidad del sueño.

Para descubrir más sobre lo que ocurre en el cerebro cuando soñamos, platicamos con el doctor Rafael Santana Miranda, somnólogo y responsable de la Clínica de trastornos del sueño de la Facultad de Medicina de la UNAM, la cual se integra de un equipo de especialistas con una visión multidisciplinaria en los trastornos del dormir.

antonio de pereda el sueño del caballero
Antonio de Pereda, El sueño del caballero, 1655. / Wikimedia Commons

De la importancia del sueño

Él nos explica que el sueño es un fenómeno natural, esencial para la vida. Así, los organismos y los mamíferos y otros seres que requieren de períodos que se pueden comparar con el sueño. En el caso de los humanos, nuestra herencia genética nos programa para tener periodos de mayor y menor actividad… aunque esto no quiere decir que el sueño como tal sea de poca actividad, pues nuestro cerebro está muy activo durante esta etapa.

Del mismo modo, se involucran procesos como la producción de hormonas como la melatonina que induce al sueño y que se presenta ante la ausencia de luz… de allí la importancia de dormir en espacios oscuros y limitar la exposición a fuentes luminosas artificiales como la luz del celular antes de dormir.

Dormir es esencial para el funcionamiento [humano] porque tiene que ver con todo: el crecimiento, el desarrollo, sistema de regulación del sistema inmunológico, tiene que ver con la percepción del dolor, otros aspectos esenciales a nivel cardiovascular, el control de cosas muy específicas como la barrera hematoencefálica […], de procesos de aprendizaje y la parte anímica, no sólo la cognitiva.

En pocas palabras, explica que no dormir nos deja en desventaja porque no se cumplen algunas de las funciones básicas para nuestro bienestar y sus repercusiones se pueden ver de diferentes formas: desde el nivel de atención, concentración, la memoria o la creatividad e innovación.

Cuando soñamos, no en el sueño profundo, sino en la etapa del sueño de movimientos oculares rápidos [o REM] donde los procesos cognitivos se llevan a cabo. Nuestro cerebro sintetiza proteínas al triple de velocidad y el 20% de todo nuestro sueño será para esa etapa al dormir.

Gracias a la tecnología hoy sabemos que existen de 4 a 5 ciclos a la hora de dormir. Para medirlo, colocan sensores en las personas que permiten ver la actividad cerebral, muscular y ocular. Explica que identifican el sueño profundo al ver ondas lentas, y ésta es la etapa del sueño en la que se libera la hormona del crecimiento, vital para el desarrollo de los niños.

Asimismo, nos contó que lo que pasa durante el día también afecta nuestros patrones de sueño e incluso a que tengamos pesadillas.

Las pesadillas pueden estar asociadas con ciertos trastornos. Generalmente el estrés postraumático puede hacerte revivir esa situación [en sueños]. Cuando estás en depresión tu organismo estimula una mayor cantidad de sueño de movimientos oculares rápidos, pues está tratando de hacer un trabajo y hay que encaminarlo, porque es una respuesta hacia un evento o al estrés en general.

Del mismo modo, explica que han identificado que el estrés o hasta comer demasiado puede provocar una mayor cantidad de sueños… o hasta sueños raros. ¿La razón? Comer tacos de pastor, por poner un ejemplo, aumenta la proteína en el cuerpo y la acetilcolina, que es el neurotransmisor fundamental para la etapa REM del sueño.

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John Henry Fuseli, The Nightmare, 1781. Una representación en el arte muy popular de las pesadillas. / Wikimedia Commons

No todos necesitamos dormir y soñar la misma cantidad de tiempo

Queda claro que durante el acto de dormir e incluso en la fase REM de sueño –en la que en efecto, soñamos–, se cumplen todo tipo de funciones corporales, sin embargo, varían en función de factores como la edad o el género.

El doctor Santana menciona que no se debe comparar el sueño que requiere una mujer embarazada o lactando, que aquella que está en un periodo de crianza o la de un bebé con un hombre de avanzada edad.

En ese sentido, cuando hablamos de sueño, el estándar de horas recomendadas es de 7 a 8 horas, sin embargo, explica que esta es una distribución en la que no todos los individuos necesariamente se ajustan a este requerimiento de horas y todo tiene que ver con nuestra genética.

Por razones genéticas hay individuos que con 5 horas de sueño les va muy bien, otros que requieren 11. Entonces querer imponer a todos lo que algunos pueden sí pueden hacer, es injusto. Si yo le exijo a un pez que corra un maratón en lugar de nadar, pues podemos decir que el pez es inutil porque no avanzó un metro, pero no es así.

En otras palabras, es posible que tú estés diseñado para dormir más de 8 horas y que todas las funciones de tu cuerpo se cumplan. Un gran ejemplo para comprender estos requerimientos de horas de sueño pueden verse al comparar cuánto duerme un bebé y un adulto de edad avanzada. Al nacer puedes dormir hasta 18 horas, sin embargo, quizás a tus 95 tan sólo requieras 6 horas para hacerlo.

No obstante, más allá de la herencia genética, el desarrollo del cuerpo y del cerebro también determina cuánto tiempo duermen los bebés a comparación de un niño o un adulto. Y es que los bebés no tienen las estructuras cerebrales necesarias para mantener una vigilia atenta. A partir de los seis meses de vida empiezan a tener un predominio nocturno, es decir, duermen más horas continuas de noche.

El Dr. Santana no es el único en realizar postulados de este tipo, expertos como el neurocientífico David Eagleman de la Universidad de Stanford , argumenta que los sueños son necesarios para salvaguardar la integridad de la corteza visual –la que procesa la información de nuestras retinas– ya que crear estímulos visuales es una forma en la que el cerebro impide que nuestros otros sentidos (oído, olfato o tacto) tomen control.

Esto tiene que ver con la plasticidad del cerebro, es decir, la capacidad que tiene para adaptarse y cumplir sus funciones. En ese sentido, los bebés que aún no tienen las estructuras necesarias, pasan más tiempo en la fase REM, mientras que un adulto con mayor integridad en su corteza cerebral tiene periodos más cortos. Sin embargo, teorías como las de Eagleman han sido contrastadas con ejemplos de animales y personas ciegas que a pesar de no tener este sentido, sí pasan por la fase de los sueños.

El podcast que debes escuchar para entender mejor el sueño
Pexels
abril 01, 2024 02:06 PM • 3 minutos de lectura

Los riesgos de no dormir lo suficiente

Si bien está claro que nuestro cerebro necesita de sus horas de sueño para funcionar bien… ¿qué pasa cuando no dormimos lo suficiente?

La clave está en la corteza cerebral.

La corteza cerebral es lo que nos hace humanos. Cuando la perdemos y se degenera nos trae discapacidades y trastornos cognitivos mayores, como las demencias.

Es decir, no cuidar nuestro sueño puede devenir en el desarrollo de ciertas enfermedades y de allí la importancia no sólo de dormir bien, sino de no dar por sentadas las horas de sueño y sacrificarlas. Pero por sobretodo, identificar las alteraciones que nos impiden dormir bien y atenderlas.

Él subraya la importancia de esto último en las etapas de desarrollo, pues podría cambiar de forma significativa la calidad de vida y salud de las personas.

Si sufres de algún trastorno de sueño o conoces a alguien que tenga problemas al dormir, no dudes en acudir a la Clínica de trastornos del sueño de la UNAM.

Lee más sobre el sueño en Revista Central aquí .

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