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La Biznaga en Coahuila, el pueblo que fue habitado por brujas

Por: Marilú Morales 10 octubre 2022 • 3 minutos de lectura

Las brujas de La Biznaga sobrevolaban las casas convertidas en aves.

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La Biznaga en Coahuila, el pueblo que fue habitado por brujas
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Tal como las has visto en películas y series, brujas reales habitaron hace más de 60 años en La Biznaga, un pueblo de Coahuila conocido también como “El Ejido de las Brujas” con grandes leyendas e historia alrededor del misticismo, la brujería y la hechicería.

Las brujas se convertían en pájaros que sobrevolaban casas

Corría el año de 1960, cuando los dichos sobre brujas empezaron a dar fama al pueblo coahuilense, según dichos populares, estas mujeres se reunían bajo la luna llena a la media noche para hacer hechizos y tomar formas de animales mientras danzaban alrededor del fuego.

Ya convertidas en pájaros negros y otras tantas en serpientes y panteras, subían a los techos de las modestas casas de la época para hacer ruidos extraños y carcajearse.

Don Jacobo, quien en ese entonces tenía 12 años de edad y quien a su mayoría de edad se convirtió en Jefe de Paz de La Biznaga, compartió con el Semanario de Coahuila que una noche salió a buscar a su padre y vio los rostros de varias mujeres a la luz del fuego, mientras hablaban de conjuros y trabajos que realizarían a distintas personas del pueblo.

La curiosa aparición de las brujas en ese pueblo semidesértico proviene del árbol de la biznaga, pues se dice que su planta, su tallo y sus ramas funcionan como bastón de mando de las brujas.

El propio Jacobo vio como muchas personas sufrieron accidentes terribles a causa de trabajos realizados por ellas, hechizos que presagiaban que tarde o temprano la persona moriría.

Los dichos sobre las brujas hizo que gente de todos los lugares de la República Mexicana acudiera a La Biznaga para pedir que les ayudaran a resolver problemas o solicitar trabajos especiales o para tomar venganza a ciertas personas.

Gracias a que las brujas realizaban trabajos exactos, los propios lugareños las usaban para resolver problemas vecinales, lanzándose hechizos y conjuros los unos a los otros, por lo que en ese entonces el panteón local estaba plagado de varios envoltorios y trabajos.

Según se cuenta, en el pueblo también existen varios ejemplares del árbol Pirul, pues se tenía la creencia que esos árboles ayudaban a mantener a raya los conjuros de las brujas.

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Coahuila, la historia marcada por brujas

La década de los 60, no fue la única temporada en que las brujas vivieron en el estado de Coahuila, de acuerdo con la revista Historia Mexicana del Colegio de México, la presencia de brujas data del propio año de la inquisición, para ser más exactos entre los años 1748 y 1751.

A dos horas de La Biznaga, en Monclova también habitaron mujeres de grandes poderes, quizás uno de los episodios en la cacería de brujas más representativa de la Nueva España.

Un proceso que según la Revista de Literaturas Populares de la UNAM , quedó registrado en el apartado de la Inquisición del Archivo General de la Nación, donde se juzgan a personas bajo los cargos de actividades diabólicas.

La fama de un pueblo

Lo cierto es que los conocimientos se entregaron de generación en generación, sin embargo, pese a la fama que aún conserva el poblado de La Biznaga en el norte, al fallecer las primeras brujas ancestrales su descendencia migró hacia otros lugares de México.

Martha Molina es una de las únicas herederas de aquel aquelarre de los años 60, es nieta de la bruja Natividad y es buscada por varias personas que acuden en su ayuda. Incluso, ha dado entrevistas a medios contando que su mamá y su abuela le ponía a ella y a sus hermanas ruda en el estómago para evitar que les hicieran un trabajo.

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