Con el sonido de las olas marcando el ritmo y la calurosa brisa del mar estableciendo el romántico ambiente, la puesta del sol comienza a tornar el cielo de diferentes tonalidades. Estos momentos de magia, de reflexión, de paz total y de sofisticación son lo que hacen de Bodrum un destino tan singular.
Ubicada en la provincia de Muğla, al suroeste de Turquía, a la entrada del golfo de Gökova, Bodrum es una ciudad portuaria cuya riqueza histórica compite con su impactante belleza por nuestra completa atención. En la antigüedad la ciudad fue una vez el hogar del Mausoleo de Halicarnaso, también conocida como la tumba de Mausolo, una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo. Con su impresionante castillo fortaleza y encantadores callejones, Bodrum es un portal al pasado.
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Una tierra donde las olas de la historia y del mar rompen contra formaciones rocosas y playas de ensueño, Bodrum se ha establecido en los últimos años como un destino de lujo, relajación y belleza natural encantadora.
En los acantilados de la prístina bahía de Barbaros de Bodrum se alza un hotel espectacular, el cual mezcla lo mejor del lujo europeo con un entorno pintoresco: Kempinski Hotel Barbaros Bay Bodrum.
Este refugio exclusivo nos enamora de lo mas sofisticado del destino donde se encuentra, desde su playa de fina arena, hasta una enorme piscina infinita que se extiende hacia el horizonte con tradicionales cisternas reflejándose místicamente en sus aguas.
Obras de arte decoran sus extensos interiores, atrayendo la mirada mientras descendemos sus majestuosas escaleras bajo el enorme duomo central de la construcción.
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Un hotel impresionante, nos invita a disfrutar la magia de la costa turca. El Sanitas Spa del Kempinski Barbaros Bay tiene un diseño abierto y espacioso, que combina hermosas vistas del mar Egeo con instalaciones de última generación para crear una experiencia de spa única.
Aquí también nos deleitamos con su variedad de destacados restaurantes que combinan la autenticidad y las excepcionales especialidades culinarias de la región. Tuve el placer de disfrutar del restaurante Villa Rossa, con su delicioso menú compuesto por carnes y una selección de entradas acompañadas de una selección de vinos de primera calidad –todo en un ambiente mágico con vistas al azul del mar Egeo.
Kempinski Barbaros Bay también nos lleva de la mano a disfrutar los sabores del oriente lejano en su restaurante Saigon, donde exóticas delicias pan-asiáticas combinan con cocteles de fusión de “espíritu explorador”. Aquí todos los platos se sirven en el centro de la mesa, lo que hace que la experiencia gastronómica sea colectiva y enfatiza el disfrute y el descubrimiento compartidos.
Con una ubicación excepcional en la península de Bodrum y vistas panorámicas del mar Egeo, Kempinski está ubicado entre olivos y pinos y rodeado de una flora diversa. Un destino de ensueño, en este edén cada momento es placentero y memorable.
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