Lula nació y creció en la Ciudad de México, una ciudad que no solo la vio desarrollarse como persona, sino también como profesional. Desde muy pequeña, su madre la involucró en la cocina, y fue allí donde descubrió su amor por los fogones. Su padre, un gran anfitrión, siempre tenía invitados en casa, y Lula aprendió el arte de la hospitalidad al ver a sus padres actuar en conjunto: su madre cocinando y su padre como el encargado de los invitados.
A los 17 años decidió estudiar Administración de Instituciones en la Universidad Panamericana. A pesar de que no era la licenciatura de gastronomía, le permitió seguir su pasión ya que cocinaba cuatro días a la semana, combinando así su amor por la cocina con una comprensión más amplia de lo que implica ofrecer una experiencia gastronómica completa.
El camino hacia la cocina mexicana
En 1995, Lula abrió su primer restaurante, Toscana, un establecimiento de comida italiana. Como ella misma admite, a veces “parece que el jardín del vecino brilla más que el propio”, y en su juventud, no valoraba tanto la riqueza de la cocina mexicana. Sin embargo, con el tiempo, comenzó a integrar ingredientes locales y a redescubrir sus raíces culinarias. Fue en el Hotel Habita, alrededor del 2002-2003, donde Lula comenzó a desarrollar su propio estilo, centrándose en la cocina mexicana contemporánea.
Este redescubrimiento de su identidad culinaria la llevó a inscribirse en la Escuela de Gastronomía Mexicana, donde estudió bajo la tutela de Edmundo Escamilla y Yuri de Gortari. Con ellos dos como ejemplo e inspiración, fue donde Lula se enamoró verdaderamente de la gastronomía mexicana, comprendiendo la profundidad y la riqueza cultural detrás de cada platillo. Una frase que le marcó profundamente fue: “Solo se ama lo que se conoce”, lo que la motivó a seguir explorando y aprendiendo sobre la diversidad de la cocina mexicana.
Restaurantes y Proyectos Actuales
Lula Martín del Campo es la mente maestra detrás de varios restaurantes en la Ciudad de México, cada uno con una propuesta única pero siempre manteniendo la esencia de la cocina mexicana.
Cascabel abrió en 2017 en Santa Fe. Es un restaurante que gira en torno a tres ingredientes básicos de la identidad mexicana: el maíz, el frijol y el chile. Aquí Lula trabaja en colaboración con pequeños productores que cultivan variedades endémicas de maíz, frijoles y chiles, muchos de los cuales están en riesgo de extinción debido a la baja demanda.
Algunos de los platos destacados de Cascabel incluyen los “esquites ancestrales”, sazonados con epazote y cebolla, y acompañados de una mayonesa de chapulín. Otro imperdible son las quesadillas de quelites con salsa de chile cascabel, que capturan la esencia del restaurante. Lula también menciona con orgullo las “tortitas de huauzontle” con mole artesanal y la variedad de frijoles nativos de la olla, como el frijol sangre de toro y el frijol arcoiris.
En Marea, su segundo restaurante ubicado en la Roma Norte, Lula ha llevado su pasión por la milpa con un toque de mar. Aquí se combina la riqueza de océano con la tradición del campo, promoviendo la pesca sostenible y el respeto por las vedas, asegurando así la preservación de las especies marinas. Este restaurante también hace énfasis en la trazabilidad de los productos del mar, una práctica que garantiza que los alimentos se obtienen de manera responsable.
El más reciente proyecto de Lula es Altanera, un restaurante ubicado en un octavo piso en la colonia Roma, con una vista impresionante de 360 grados de la Ciudad de México. Altanera es una propuesta que combina la sofisticación con la autenticidad, llevando la cocina mexicana a nuevas alturas, tanto literal como figurativamente.
Hagamos País
Más allá de los restaurantes, Lula también ha plasmado su amor por la cocina mexicana en un libro titulado Lulachef México Contempo, un recetario que refleja su enfoque diario hacia la cocina mexicana. El libro, que cuenta con fotografías del reconocido Ignacio Urquiza, es una invitación a conectar con la cocina mexicana de una manera práctica y accesible.
Lula no solo es chef, también es embajadora de la cultura mexicana. A través de sus restaurantes, su libro y su pasión por la enseñanza, busca que más personas conozcan y se enamoren de la riqueza culinaria de México. Su frase favorita, y que retoma de los maestros Edmundo y Yuri es: “Hagamos país”, que refleja su compromiso con la construcción de una comunidad que valore y preserve su cultura, no solo en la gastronomía, sino en todas las disciplinas.
En cada uno de sus proyectos, Lula se esfuerza por crear un impacto positivo, tanto en sus comensales como en los productores locales con los que trabaja. Su visión es clara: conectar a las personas con sus raíces a través de la cocina, promoviendo una cultura de respeto y aprecio por los ingredientes locales y las tradiciones que forman parte del patrimonio mexicano.
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