La pasión foodie no conoce fronteras, y es que el amor por la buena gastronomía nos puede llevar incluso a preparar un viaje tan solo para probar un platillo en una región muy distinta y lejana a nuestro país de origen, donde nos esperan experiencias inolvidables y únicas de mil y una formas, que inclusive nos pueden llevar a probar nuevos límites y salir de nuestra zona de confort.
Dichas aventuras culinarias no siempre ocurren en la comodidad de un traslado típico, como una van o un Uber, por el contrario, en algunos casos hay que cruzar cielo, mar y tierra, o en el caso de Arosa, comuna ubicada en Suiza, una caminata de casi dos horas a través de un camino cubierto de nieve que te llega a las rodillas, para vivir una degustación de quesos y vino única en su especie.
Esta travesía comienza en el Tschuggen Grand Hotel, en los bordes del bosque de Arosa, que de por sí ya cuenta con varios recintos de fina gastronomía, además de ser considerado como uno de los dos mejores hoteles spa en esta tierra de Europa nórdica, donde también puedes esquiar, además que incluye un paquete con experiencias “dine around”, que te da la oportunidad de probar la cocina local, más allá del alojamiento.
Dentro de estas experiencias, el Tschuggen Grand tiene convenio con el restaurante Alpenblick, famoso por su comodidad y su selección de quesos en las colinas aledañas de los Alpes Suizos, comandado por el renombrado chef Beat Caduff, quién te recibe con los brazos abiertos para probar su elección de quesos y su famosa bodega de vinos.
La parte emocionante está en los requisitos para alcanzar esta cata está en que deberás caminar aproximadamente 2 kilómetros a través de la nieve, y no hay aplicación que lo lleve a tu cuarto de hotel, así que la única alternativa es el senderismo, ideal para empezar a abrir el apetito, mientras ves la puesta de sol, pues esta experiencia se lleva a cabo durante el atardecer.
Mientras el sol cae, y la noche invade las estribaciones boscosas a los pies de los Alpes, se te entregan unas antorchas hechas de cera para iluminar tu camino en esta expedición. El terreno es plano durante la mayor parte de la travesía, sin embargo, sí existen ciertos puntos del recorrido en los que deberás respirar hondo y subir por elevadas inclinaciones.
Llegando a este recinto, un cálido chalet espera para dejar atrás el helado camino, mientras que el chef recibe a los huéspedes que realizaron dicha travesía y les sirve caldo de hueso, una de las especialidades de la casa, para entrar en calor, y más tarde les da un recorrido por la famosa cava con vinos añejos de toda la región europea, que son bastante caros y antiguos.
La experiencia culmina en una mesa cercana a la chimenea del lugar, punto que resulta bastante codiciado por los visitantes, donde el chef llega con el carrito de quesos y describe cada uno de ellos a detalle, incluyendo algunas especialidades, como el “queso estilo habitaciones-separadas”, cabe destacar que esta degustación es solamente de queso en su forma más pura, y no hay preparaciones o platillos de ninguna otra índole.
Estas son algunas de las experiencias que el turismo gastronómico te puede ofrecer, y sin lugar a dudas, son estas las que hacen que cada viaje valga toda la pena. ¿Tú que harías por probar algo diferente?
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