No es inusual pensar en los insectos como parte de la gastronomía mexicana, al contrario, en tiempos recientes sabemos que algunos de estos bichos forman parte de varios platillos de la Alta Cocina de México, sin embargo, su consumo data de la época prehispánica, dentro de distintas regiones de la República.
Ya sea en salsas, tacos, guacamole, a la mantequilla, o asados como botana, existen muchísimas especies que son totalmente comestibles, e incluso, algunas de ellas son consideradas un manjar, pues contienen un efecto especial denominado por los expertos en gastronomía como umami; un efecto que causa agrado al paladar, además de potenciar otros ingredientes, como el aguacate, el chile o el maíz; que deja un agradable regusto en la boca.
Aunque después de la Conquista, los insectos no eran consumidos con tanta frecuencia, recientemente han llamado mucho la atención con el paso de los años por su sabor, y en especial, por su contenido nutrimental y valor sustentable, que los han convertido en el alimento del futuro, especialmente ante los ojos de las personas preocupadas por la crisis ambiental que puede azotar al mundo con el paso del tiempo.
Así, estas criaturas silvestres pueden salvar al planeta, pues requieren un mínimo de recursos para su crianza y recolección, sumado a que tienen una huella de carbón sumamente baja. Aunado a esto, son ricos en proteínas, fibra, cobre, hierro, magnesio, fósforo, y otros nutrientes de alta calidad, por lo que su inclusión en la dieta diaria es además sumamente recomendado.
Algunos insectos son reconocidos fácilmente como alimento, mientras que otros causan una enorme sorpresa a los comensales cuando se dan cuenta de que estos entrarán al menú, aquí te presentamos algunos de los favoritos de los paladares más exigentes.
Chapulines
El insecto más conocido dentro de la gastronomía mexicana y estos son tradicionales en regiones como Oaxaca, Puebla y Morelos, pero se pueden encontrar en casi cualquier lado, donde se comen con tortillas y guacamole, asados en comal, en salsa, o acompañados de sal y limón, además que en la región Mixteca de Oaxaca se consumen en sopa, que es preparada con maíz pozolero, cebolla y cilantro picado.
Hormiga chicatana
La hormiga chicatana es un codiciado manjar, utilizada actualmente en la alta cocina mexicana por su sabor y consistencia crujiente, además que su valor nutricional es alto en vitamina A y E, además que no tienen un gramo de colesterol y sus grasas son prácticamente inexistentes. Estas se preparan asadas y se comen en tacos, también pueden el ingrediente principal de una salsa, además, pueden comerse en mole amarillo o en tamales.
Cocopaches
El cocopache es reconocido por su sabor picante, lo cual hace que solo verdaderos paladares valientes se atrevan a probarlos, pues su efecto de “enchilado” puede durar horas, este vale la pena, pues son deliciosos. Estos se salan y se preparan en un comal, para después agregarlos a un taco con limón, sal y aguacate, o una salsa bien picante.
Jumiles
Estas pequeñas criaturas viven en regiones montañosas o boscosas, además que eran considerados sagrados en los tiempos de los Aztecas, pues estos tienen propiedades analgésicas y anestésicas. Los jumiles se preparan en mole, en pozole, o en diferentes salsas, aunque uno de los platillos más recurridos es la carne de puerco en salsa de jumil.
Gusano de maguey
Conocidos en la época prehispánica como chinicuiles, estos son considerados un manjar por su delicioso sabor, además que pueden potenciar el sabor de destilados como el mezcal, son normalmente criados en el estado de Hidalgo, aunque su extracción es bastante complicada, pues se encuentran dentro de las pencas y en muy poca cantidad (3 o 4 por nido), y no todos son aptos para consumo, además que solo aparecen durante una corta temporada al año, lo que justifica su precio tan alto.
Los gusanos de maguey se preparan en tacos con guacamole, a la mantequilla, con chile, o chalupitas, además que se pueden moler y transformarse en sal, que acompaña a diferentes platillos y bebidas.
Escamoles
Se le conoce como escamoles a la hueva de hormiga güijera, conocida por ser muy agresiva, y estos huevecillos son toda una exquisitez, con un sabor cremoso y un poco dulce que recuerda a la nuez, sumado a esto, solo se encuentran durante los meses de marzo y abril, lo que los hace bastante caros en el mercado gastronómico. Los escamoles son un excelente ingrediente, que puede cocinarse a la mantequilla con ajo, además de formar parte de otras preparaciones, como huevo, quesadillas con otras proteínas, o en salsa.
Cuetlas
Las cuetlas son un insumo más inusual, pues se trata de larvas de mariposa que se encuentran en un árbol llamado pochote, estos se curan con agua y sal, para después dejarse secar. Estas orugas se comen en tacos principalmente, aunque también se pueden tostar en un comal y consumirse solas o con limón y chile.
Alacranes
Un alimento solo para valientes, el alacrán se fríe o se tuesta en el comal, para después prepararse en tacos, aunque también forma parte del postre, cubierto con chocolate amargo. El sabor del alacrán es excepcional, y recuerda como a la piel frita de un pescado, con notas a carne de res, además que es muy crujiente, solo asegúrate que le hayan quitado el aguijón antes de llevártelo a la boca, pues este sí puede lastimarte.
Aunque dar el primer paso para probar los insectos de la gastronomía mexicana puede ser difícil, resulta una experiencia emocionante y sorprendentemente deliciosa el salir de la zona de confort y probar estos, que algún día serán los superalimentos del futuro.
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