Antes de que los triciclos llenos de pan y café abarrotaran las calles de la CDMX por la mañana, los panaderos se dedicaban a recorrer la capital del país en su bicicleta con una gran canasta de pan sobre su cabeza.
Un personaje famoso como Germán Valdés, Tin Tan, puso en la mira la gran labor de los repartidores de pan en la década de los años 50, gracias a su película ¡Ay amor, cómo me has puesto!”. En la trama, el actor es un repartidor de pan que se enamora perdidamente de una mujer de la alta sociedad.
En la película, la canción El panadero en sus letras recuerda la importancia y la gran labor del oficio: “tempranito va y lo saca, calientito en su canasta, pa’ salir con su clientela, por las calles principales…”
El panadero con el pan de Tin Tan es un imprescindible en los altavoces de camionetas, motocicletas y combis que aún venden pan en las calles de la CDMX y en el interior del país.
Panadero con el pan: de vender pan a pie al uso de la bicicleta
Repartir el pan a pie es un oficio que sobrevive desde el virreinato. “Llevar la carga de pan sobre la cabeza es una costumbre que inició a pie, al modo de los vendedores de provincia, quienes eran expertos en cargar así diversas mercancías como ollas de leche y charolas con dulces”, detalla Homero Bazán Longi en su columna La Ciudad de Ayer, mencionada en El Universal .
En 1880, según información de Gastromakers , la mecanización de la industria comenzaba a dar frutos por lo que había 78 panaderías y pastelerías en la ciudad de México y “un sinfín de indígenas que seguían haciendo sus productos en hornos calabaceros y vendiéndolos en mercados”.
Lo anterior provocó que algunos repartidores de pan comenzaran a usar una carretilla de madera para transportarlos.
De acuerdo con El Universal , unos años antes las bicicletas llegaron a México, para ser exactos en 1869 desde Boston, Estados Unidos. No eran un medio de transporte popular porque eran “propiedad de personas de alto poder adquisitivo que podían viajar y las trasladaban desde Estados Unidos o Europa”.
Ya en el siglo XX, en las bicicletas se hacían servicios de mensajería y algunos vendedores de productos comenzaron a usarlas para transportar y repartir sus artículos. Así fue como el lechero dejó el caballo por la bicicleta, y como el panadero dejó de repartir el pan a pie para montarse en la bicicleta también.
Panaderos con el pan en bicicletas y triciclos
Los panaderos con el pan en su cabeza solían ser repartidores que llevaban el pan caliente de las grandes panaderías a las pequeñas recauderías, ya que los bolillos y las teleras se preferían recién hechos.
Su gran labor consistía en el pleno equilibrio de sortear vehículos y peatones cargados con más de un canasto de pan y otras bolsas repletas con este manjar.
Otros, se encargaban también de vender el pan por distintas rutas pregonando: “¡El pan! ¡Calentito el pan!”, “Panaderoooo”.
Repartidor de pan en bicicleta por la avenida Juárez, en sentido al centro histórico de la hoy #CDMX. Autoría de #NachoLópez, D.F., México, ca. 1957, inv. 382595. #INAH #INAHVirtual #FNFC #LaFotoDeLaSemanaFN @INAHmx pic.twitter.com/yyxZDFpLxg
— Fototeca Nacional (@FototecaINAH) December 9, 2021
Muchos años más tarde, la bicicleta fue sustituída por el triciclo, una herramienta de movilidad valiosa porque ahora no solo pueden vender pan del día, también ofrecen café o té, e incluso, tortas y sandwiches preparados.
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