Las pinturas de Leonardo da Vinci están rodeadas de misterio, y es que el maestro de origen italiano siempre imprimió significados ocultos dentro de sus obras, lo que ha logrado tener muy activos a los expertos en diferentes rubros como el arte, la ciencia y la historia, desde hace siglos. Uno de sus trabajos más revolucionarios, La dama del armiño, tiene una poderosa historia, y mucho significado detrás, que confirman la virtud de Da Vinci.
El gran artista del Renacimiento realizó esta obra aproximadamente en 1490, cuando tenía apenas 28 años, destacando como uno de los primeros trabajos realizados en su estancia dentro de la corte de Ludovico Sforza, duque de Milán, que además fue mecenas de Da Vinci por mucho tiempo.
A pesar de permanecer increíblemente bien conservada, La dama del armiño no ha estado libre de alteraciones, pero gracias a la tecnología, se han podido revelar varios secretos de esta impresionante pintura.
1. ¿Quién es la musa de ‘La Dama del Armiño’?
Su nombre era Cecilia Gallerani, una hermosa joven italiana de 17 años, destacada por su cultura e inteligencia, al grado de escribir versos en italiano y en latín, que además tuvo un romance de 10 años con Sfroza.
2. No solo se centra en la belleza de Cecilia
La dama del armiño es considerada revolucionaria en el arte por muchas razones, entre ellas, es considerada la primera pintura renacentista que retrata la mente y la personalidad de una mujer, y no se enfoca enteramente en la belleza física, esto a raíz del dinamismo representado en la mirada despierta y vivaz de la musa, que destella con un brillo destacado en el juego de luces de la obra.
3. Es una pintura de un amor ilegítimo
La pintura fue comisionada por el propio Sforza como regalo para Cecilia, quien conservó la obra hasta su muerte en 1536.
El romance de Ludovico de Sforza con Cecilia Gallerani no fue precisamente como lo dictaban las buenas costumbres de aquella época, pues Cecilia era la amante concubina del duque de Milán (incluso, vivían en el mismo castillo), mientras que él estaba casado con Beatriz d’Este, aunque la relación de Sforza con Gallerani era de conocimiento general, incluso por Beatriz, pues ambos contrajeron matrimonio más bien con fines políticos relacionados con sus familias.
Se dice que Beatriz d’Este ordenó que la relación entre Ludovico de Sforza y Cecilia Gallerani se terminara después de que él le regalara a ambas vestidos iguales, pues Gallerani portaba sin pena alguna dicha prenda en el castillo del duque, lo que D’Este tomó como un insulto.
Cecilia más tarde contrajo matrimonio con el conde Ludovico Carminati de Brambilla, aunque tuvo un hijo con Sforza, llamado Cesare.
4. Los varios significados del armiño
Un armiño no es usualmente un animal doméstico en la actualidad, y tampoco lo era en el siglo XV, pero si uno que en este contexto, está cargado de varios significados, que han tenido a expertos analizando este trabajo de Da Vinci por siglos.
Ludovico Sforza era conocido como “el armiño blanco”, pues tenía un título nobiliario dentro de la Orden del Armiño, otorgado por el rey de Nápoles, por lo que se piensa que el armiño blanco lo representa en el cuadro.
En aquella época, era común hacer retratos de parejas, sin embargo, al ser un romance ilegítimo, Da Vinci decidió colocar al armiño en representación del duque de Milán.
Así mismo, en aquella época se creía que los armiños y comadrejas cuidaban a las mujeres embarazadas, por lo que muchos teorizan que Cecilia ya estaba embarazada con Cesare.
5. El armiño fue agregado después
La obra de Leonardo da Vinci no siempre contempló al armiño dentro del cuadro, esto se detectó después de que se analizaran las capas de la pintura con rayos x, donde se pudo notar que en un inicio, el polímata solo retrató a Cecilia, después agregó un armiño gris, para más tarde convertirlo en el armiño blanco que vemos en la versión final.
6. Esta obra tiene un soneto en su honor
Para acompañar la creación de esta pintura, el poeta de la corte de Sforza, Bernardo Bellicioni, escribió versos en honor al maravilloso trabajo de Da Vinci, donde aseguraba que es un verdadero honor aparecer en una pintura del maestro, deseando (y prediciendo) que con el paso de los años, esta obra seguirá maravillando a quienes la vean, algo que finalmente se ha cumplido.
Por lo tanto, ahora puedes agradecer a Ludovico,/ Y el genio y la habilidad de Leonardo,/ Que quieren que ella pertenezca a la posteridad./ El que la ve así, aunque sea demasiado tarde/ Al verla viva dirá: esto nos basta/ Ahora a entender la naturaleza y el arte.
7. El color azul
Pintar con color azul en aquella época era un verdadero lujo, pues este tono se generaba con la piedra preciosa de lapislázuli, que se extraía exclusivamente de montañas en Afganistán, lo que podría llevar meses para llevar a Europa, de este modo, el color azul se limitaba solamente a la pintura religiosa, así que el hecho de verlo en esta obra nos demuestra el poder que tenía Ludovico Sforza, y el inigualable talento de Da Vinci.
8. El secreto de la joyería
Ludovico Sforza también era conocido como “El Moro” por su complexión oscura, por lo que los expertos creen que la joyería de La dama del armiño es color negro para ser una referencia directa al duque de Milán.
9. La obra tiene movimiento
Es imposible ver La dama del armiño de Da Vinci sin notar el dinamismo de la obra, pues solo al ver la posición del cuello, la dirección a la que miran los ojos de Cecilia, y la posición de su mano, que nos damos cuenta de que la pintura tiene su propio movimiento, pues se nota como la musa voltea hacia algún lado mientras acaricia a dicha mascota.
10. Ha tenido muchos dueños
Después de la muerte de Cecilia Gallerani, no se sabe qué pasó con la pintura, pero esta llegó a las manos del príncipe de Polonia, Adam Jerzy Czartoryski, quien regaló el trabajo de Da Vinci a su madre, la princesa Izabela Czartoryska, que estaba por abrir el primer museo en dicha región, el Museo Czartoryski, además de ser una apasionada por el arte. La obra se mantuvo en este recinto, hasta que un conflicto entre la casa Czartoryski con Rusia obligó al príncipe a huir a París, llevándose el cuadro consigo.
Años más tarde, el retrato volvió a Cracovia, dentro del museo de la colección privada de la princesa Czartoryska, hasta la ocupación Nazi de este país en 1939, para ser expuesta en el Museo Kaiser-Friedrich en Berlín. En el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, la pintura viajó de vuelta a la ciudad polaca, para adornar la oficina de Hans Frank, abogado personal de Adolf Hitler, que fue gobernador de dicha nación ocupada por el ejército alemán.
Al finalizar dicho conflicto bélico, la pintura regresó a sus legítimos dueños, quienes la exhibieron en la galería Museo Nacional de Cracovia tras absorber el Museo Czartoryski, pero con la caída del Muro del Berlín en 1989, los descendientes de la familia regalaron el cuadro al gobierno polaco como una ofrenda a la libertad.
11. La obra fue alterada
Cuando La dama del armiño llegó a las manos de la madre del príncipe Czartoryski, Izabela Czartoryska, la regente odió el fondo gris oscuro original, por lo que mandó que este fuera cubierto con pintura negra, además que agregó la leyenda de “La Bele Feroniere / Leonardo D’Awinci”, pensando en que esta obra se trataba del retrato realizado también por Leonardo de una de las amantes del rey de Francia, Francisco I.
12. Es considerada “el primer retrato moderno”
Se dice que ‘La dama del armiño’ es el primer retrato moderno dentro de la Historia del Arte, debido a que rompía las tradiciones de la época, como el hecho de que Cecilia está mirando a un lado, mientras que anteriormente, las modelos siempre miraban hacia el frente, además, Leonardo logró que Gallerani saliera del retrato al darle movimiento, y sale del campo de visión, como si realmente estuviera viva.
Este es uno de los 4 retratos que Leonardo da Vinci realizó de mujeres, incluyendo la Mona Lisa, Ginevra de’ Benci y La belle ferronnière, que, junto con La dama del armiño, también están rodeados de misterios y secretos.
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