El amarillo es uno de los colores primarios y también uno de los pigmentos que podemos rastrear a lo largo de la historia del arte, es señal de identidad de algunos de los pintores más destacados de nuestra era, pero también ha estado sujeto a creencias y rumores infundados.
Por un buen tiempo se creyó que el color amarillo nos provoca ansiedad, sin embargo, el estudio de los colores y los efectos que tienen sobre nosotros han demostrado que en realidad el amarillo está asociado con sentimientos positivos. La investigación de Leatrice Eiseman , especialista en color y directora ejecutiva del Pantone Color Institute muestra que las palabras más asociadas con el amarillo son: la luz del sol, calor, alegría y felicidad.
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Quizás muchos de los artistas de este listado no tenían un estudio científico que avalara la sensación de felicidad u optimismo que nos provoca el amarillo, pero lo cierto es que la historia del amarillo en el arte nos lleva a siglos atrás.
Hay que pensar que el amarillo es uno de los pigmentos más antiguos que conocemos, por ejemplo, en el Antiguo Egipto utilizaban el amarillo ocre para pintar la piel en sus murales (y también era considerado representación de lo eterno e indestructible), siglos más tarde, el amarillo empezó a usarse sobre la cerámica, en China también lo usaban para sus manuscritos e incluso para teñir ropa.
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Para el siglo XIX, el amarillo era un color en boga y es difícil no pensar en Van Gogh y su uso del amarillo, tanto así que una de las teorías que rondan a Vincent es que el pintor se envenenó por años al lamer sus pinceles con pintura que ahora sabemos que es tóxica, al respecto puedes leer más en: ¿Vincent Van Gogh comía pintura para calmar su depresión?
El amarillo ha seguido presente siglos después en sus diferentes tonalidades: en la Ciudad de México miles de personas circulan alrededor de El Caballito de Sebastián –cuyo título original es Cabeza de caballo y el nombre real del artista Enrique Carbajal González–, muchos otros han visto los monumentales Ballon dog de Jeff Koons y sí, también en amarillo, y la lista puede continuar.
- Albright-Knox Art Gallery
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Ahora bien, el amarillo podrá ser para nosotros signo de la felicidad, sin embargo, a lo largo de la historia su uso ha tenido otras representaciones. Así como en el Antiguo Egipto era símbolo de lo eterno, también estuvo relacionado en algún momento con la traición, en específico cuando Judas Iscariote era representado siempre con una capa amarilla, y brevemente fue asociado con la enfermedad.
A lo largo de estas obras de arte verás que el amarillo no necesariamente siempre puede evocar la felicidad y quizás ese es el punto del arte. Cada artista, junto con su tema, los sujetos de las obras pueden jugar con los sentimientos y la experiencia estética que un color tan “simple” como el amarillo nos puede provocar.
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