Los besos son las muestras de amor por excelencia –por lo menos en la mayoría del mundo Occiental, salvo ciertas culturas –, ya sea de un amor romántico y pasional, hasta el amor fraternal o de familia, y en sus formas más trágicas hasta podríamos hablar del beso de la muerte o los traicioneros.
Ya bien lo describió Octavio Paz en Piedra de Sol, “el mundo nace cuando dos se besan”, un beso nos puede hacer trascender. Si hay un tipo de persona en el mundo que comprenden la transcendencia de las emociones y los actos humanos son ni más ni menos que los artistas, y no queda duda alguna que un beso, sea del tipo que sea, ha sido plasmado en el arte una y mil veces.
Una de las obras de arte más famosas es El beso de Klimt, aunque también podemos hablar de esculturas como Psique reanimada por el beso del amor de Antonio Canova, en la que si bien las figuras no están tocando sus labios propiamente, es una seña ineludible del amor pasional.
Enseguida encuentra un repaso de los besos más célebres en la historia del arte.
15 besos en la historia del arte
1. Gustav Klimt, “El beso”, 1907-1908

Esta es una de las pinturas más reconocidas de Gustav Klimt y representativa de su periodo dorado. Los amantes se encuentran en un abrazo íntimo. y portan unas túnicas cuyo diseño es una muestra del estilo art noveau, sobre una porción de un prado floreado y un fondo dorado que evoca una sensación de aislamiento de la pareja de todo su alrededor.
Entre algunas teorías sobre el trasfondo de esta pintura están la representación de dos mitos: el del beso de Apolo y Dafne, de las Metamorfosis de Ovidio, o bien de Orfeo y Eurídice.
2. Magritte, “Los amantes II”, 1928
2. Magritte, “Los amantes”, 1928. pic.twitter.com/XIBwWp7Rzs
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Los amantes de Magritte en realidad tiene 4 versiones, intituladas con números romanos. Si de besos hablamos serían Los Amantes II, III y IV las que aquí nos ocupan, pero la segunda es de las más reconocibles. El surrealista nos muestra un beso que presume ser apasionado, pero las telas sobre sus cabezas impiden el contacto íntimo entre ambos.
Cuando se habla de esta pintura es común la referencia al suicidio de su madre cuando él tenía 14 años y de la imagen de ver el cadáver de su madre con la cabeza cubierta con una tela, aunque incluso en la entrada de la pintura en el MoMA indica que Magritt discrepaba con la interpretación y que más bien sus pinturas evocaban un misterio.
3. Antonio Canova, “Psique reanimada por el beso del amor”, 1787-1793

Esta escultura se basa en el mito de Eros (Cupido) y Psique del Asno de oro de Apuleyo. La versión más resumida de esta historia cuenta que Psique era una muy hermosa, tanto que las personas dejaron de adorar a Afrodita, quien movida por la indignación envía a Cupido a flechar a Psique y que se enamore perdidamente de algo o alguien horrendo –ya que al ser flechado se enamoran de la primera cosa que vean. Sin embargo, Cupido accidentalmente se corta con su propia flecha y se enamora perdidamente de Psique.
Si bien el relato continúa, y el destino de Psique se cumple al casarse con un monstruo de otro mundo –que resulta ser ni más ni menos que Cupido– y hay todo tipo de acontecimientos entre ellos una serie de pruebas imposibles que Afrodita le encomienda, entre ellas, ir al Inframundo donde obtiene un jarrón de Persefone, misma que no debe de abrir, sin embargo la joven es vencida por la tentación y la abre, siendo sumida en el sueño eterno.
Canova representó en su escultura el momento justo en el que Cupido se reencuentra con Psique y con un beso la despierta. Además del dios alado y la mujer, en la escultura también se ven elementos como el jarrón y la flecha.
4. Jean Léon Gerome, “Pigmalión y Galatea”, 1890

Como has notado, varias de estas obras de arte son reinterpretaciones de mitos, en este caso, el título de la pintura lo hace obvio. La historia que retoma proviene de las Metamorfosis de Ovidio, en él un escultor se enamora de una estatua que él talla: Galatea. Su amor es tal que Afrodita decide convertirla en una mujer real. En la pintura se representa el momento en el que Galatea se convierte de escultura a mujer y besa al escultor.
Como dato curioso, esta obra de Gerome también tiene diferentes versiones e incluso el cuadro está pintado en las obras El artista y su modelo, y Trabajando en mármol.
5. Edvard Munch, “El beso”, 1897

Aunque pensar en Munch es común pensar en El grito, el simbolista también realizó este cuadro en el que podemos ver a una pareja besándose, pero la peculiaridad es que las facciones de ambos están desdibujadas, lo que da lugar a interpretaciones como que se están fusionando en uno mismo.
6. Leonardo Bistolfi, “Sacrificio”, 1911
6. Leonardo Bistolf, “Sacrificio”, 1911. pic.twitter.com/d7m5Tmweku
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Regresamos a la escultura con esta pieza del italiano Bistolfi. Tallada en mármol, muestra a un soldado que está cercano a la muerte y recibe un beso de El Genio de la Libertad, como una interpretación de su aspiración a ser libre a pesar de su proximidad a la muerte. Actualmente, puedes ver esta escultura y un grupo de ellas en el Vittoriano, el monumento nacional a Victor Manuel II en Roma.
7. Henri de Toulouse-Lautrec, “En la cama: el beso”, 1892-1893

Esta pintura forma parte de una serie de 16 retratos que fueron comisionados al francés para decorar un prostíbulo. En la pintura podemos ver a dos mujeres acostadas en cama besándose. En la historia detrás de este cuadro, se dice que ambas eran amigas y confidentes del artista, quien vivió una temporada en el burdel.
8. Francesco Hayez, “El beso”, 1859

Esta obra de arte del italiano Hayez es una muestra no sólo de una escena romántica con un beso apasionado entre una pareja, sino también una excelente muestra del Romanticismo, como corriente estética pues, donde se exaltaba la emoción, la individualidad y lo subjetivo. En la obra también se ha interpretado un grado de patriotismo, como la postura del hombre que debe partir, una daga oculta, así como la elección de colores como el vestido azul y los pantaloncillos rojos de él.
9. Roy Lichtenstein, “Beso V”, 1964
9. Roy Lichtenstein, “Beso V”, 1964. pic.twitter.com/Q6sKMVhO9B
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Dando un salto en el tiempo y como muestra del arte pop, se encuentra esta pintura de Lichtenstein en la que la pareja se encuentra en un fuerte abrazo mientras lágrimas brotan de los ojos de ella.
10. Jean-Honoré Fragonard, “El beso robado”, 1790

Esta pintura muestra a una pareja ya sea en un romance secreto o como el título sugiere, de un admirador sorprendiendo a la joven con un beso en la mejilla. Sumando a la idea de la intimidad y el secretismo, al fondo a la derecha es posible ver la figura de otras 3 mujeres que ignoran lo que pasa en el centro de la pintura
11. Marc Chagall, “Cumpleaños”, 1915
11. Marc Chagall, “Cumpleaños”, 1915. pic.twitter.com/gm6Dw84rGK
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Esta obra fue pintada por Chagall antes de casarse con Bella, de quien se escribe en su sitio oficial que era la fuente de amor para el artista. En la obra, Chagall se pinta como una figura que flota sobre ella y la besa. Mientras que ella lleva un ramo de flores en su mano y está a punto de levantarse por el aire también.
12. Frank Dicksee, “Romeo y Julieta”, 1844

Este cuadro representa la escena de la obra de teatro homónima de Shakespeare, en la que Romeo le pide un beso a Julieta antes de descender para no ser descubiertos por la madre de ella, quien la presiona por desposarse con otra persona. En la obra en inglés, Romeo declama: Farewell, farewell, one kiss and I’ll descend.
13. Franz von Stuck, “El beso de la Esfinge”, 1895

En las obras de von Stuck –quien incluso fuera maestro de Kandinski– es recurrente la imagen de la femme fatale y en este beso, se representa el poder de la seducción y las consecuencias de ceder ante la tentación de una mujer demoniaca.
14. Jan van Beers, “El beso”, 1960-1927

Este artista belga, también de la corriente simbolista realiza otra interpretación de la idea de la dominancia de las mujeres. En este caso, una mujer de cabello pelirrojo abraza al hombre con un brazo y posa su mano sobre la de él mientras se funden en un beso en un espacio público.
15. Auguste Rodin, “El beso”, 1889

De Rodin hay un sin fin de obras representativas y El beso es una de ellas, en la que se representa a Paolo Malatesta y Francesca da Rimini, una pareja de la Edad Media cuyo amor resultó ser trágico y es que los pares de Francesca decidieron casarla con Gianciotto Malatesta, pero ella se enamoró del hermano menor, Paolo. Cuando esta joven pareja fue descubierta por Gianciotto, éste los asesinó. La historia también quedó representada en La divina comedia de Dante. Ambos también han sido motivo de muchas obras de arte, por ejemplo el artista William Dyce en 1837 también pintó un beso entre ambos.
Entre las curiosidades de la escultura de Rodín está la inexactitud anatómica, que ha sido señalada como una decisión artística para reforzar el lenguaje corporal de la pareja.
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