La vida de Alejandro Magno ha sido un fascinante misterio desde hace siglos, y es que a pesar de que incontables registros sobre sus proezas se perdieron después de su muerte en junio del 323 a.C., sí se han documentado muchísimos datos respecto a esta figura histórica, incluyendo su cercana amistad con Hefestión Amíntoros, general macedonio y mano derecha del monarca.
Es bien sabido que en la Macedonia Antigua eran comunes las prácticas bisexuales entre los hombres de la nobleza, y es esto, entre otros motivos más, por lo que muchísimos historiadores han planteado la idea de que Alejandro Magno y Hefestión pudieron haber tenido un romance mucho más íntimo de lo que una simple camaradería puede representar.
Previo a la construcción del gran imperio de Alejandro III, este gobernante fue alumno del filósofo griego Aristóteles (sí, ESE Aristóteles), y se cree que fue ahí donde conoció a Hefestión, quien también pertenecía a la élite macedónica e igualmente alumno del famoso filósofo griego. Ambos eran de la misma edad, y aproximadamente tenían 13 años cuando inició su amistad.
Su cercanía llegó a tal grado de que Alejandro el Grande nombró a Hefestión su quiliarca; rango militar que comandaba a los mil hombres que integraban la guardia personal del gobernante; uno de los puestos más elevados en la élite del imperio.
Aunque en ningún momento se dice con claridad que Alejandro Magno y Hefestión fueron amantes, el historiador romano Claudius Aelianus definió la conexión de ambos, asegurando que Hefestión “fue el objeto del amor de Alejandro”, elevando la posibilidad de que esto fuera más allá de la amistad.
A raíz de la ambigüedad de los registros históricos, aunado a la escasez de ellos, los historiadores en la modernidad se han mantenido a raya en cuestión de definir el tipo de relación que ambos nobles de Macedonia tuvieron, aunque aseguran que la posibilidad de que fueran amantes es muy alta.
Entre las investigaciones más notables, se encuentra la documentada en el libro del historiador griego Arrian de Nicomedia, quien trazó las rutas militares y biografía de Alejandro Magno, que también afirma en sus textos que el monarca arregló el matrimonio de Hefestión con la hermana de su esposa con la finalidad de crear un lazo familiar (al menos de forma indirecta) entre ambos, pues su descendencia estaría conectada en afinidad, además que ambos se casaron el mismo día en las famosas bodas en Susa.
Un momento en el que se hace evidente la conexión profunda entre ellos fue cuando Hefestión contrajo una enfermedad y murió súbitamente, lo cual llevó a Alejandro III de Macedonia a una depresión profunda, al grado de que se cortó el cabello, dejó de comer, e incluso se envolvió sobre el cuerpo sin vida de su amante aparente.
Al año siguiente de esta pérdida, Alejandro el Grande se murió de fiebre en Babilonia.
La relación entre el fundador de Alejandría y su quiliarca es explorada a fondo en el nuevo documental titulado Alejandro Magno: la creación de un dios, que ha sido estrenado recientemente en Netflix.
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