Cultura

Animeecheri k’uinchekua: Fiesta de las Ánimas de los purépechas en Michoacán

Por: Marilú Morales 12 octubre 2022 • 5 minutos de lectura

La Noche de los Muertos o Fiesta de las Ánimas resulta de gran relevancia por ser un ritual con muchos simbolismos, más allá de su singular vistosidad.

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Fiesta de las Ánimas de los purépechas en Michoacán
Fiesta de las Ánimas de los purépechas en Michoacán | Cortesía Michoacán

México está colmado de tradiciones, paisajes esplendorosos y múltiples manifestaciones culturales. Ya está por acercarse la temporada de Día de Muertos, celebración mágica de norte a sur y de este a oeste, por eso, nos iremos hasta Michoacán, para conocer un poco más sobre “Animeecheri k’uinchekua”, la Fiesta de las Ánimas de los purépechas.

La Noche de los Muertos o Fiesta de las Ánimas resulta de gran relevancia por ser un ritual con muchos simbolismos, más allá de su singular vistosidad.

Animeecheri k’uinchekua en Michoacán

La celebración inicia desde días previos al 1 y 2 de noviembre. Los panteones y casas se visten de colores con flores de cempasúchil, velas, fruta, pan e incienso.

Las familias montan majestuosos altares en sus hogares y tumbas de sus seres queridos, se purifican espacios, se lleva ofrenda, se reza.

Es un ambiente festivo, al tiempo que se percibe un profundo sentido comunitario y orden ceremonial, preparan y comparten comida y bebida que cada comunidad reconoce como de fiesta: tamales, pozole, atole, chocolate, pan, etc.

Para las comunidades purépechas esta fecha es conocida como: Animeecheri Kúinchekua o Fiesta de las Ánimas, y se refiere a una ceremonia ritual, en la que cada elemento y actividad cumplen una función importante, por lo que se deben seguir al pie de la letra las normas que han sido impuestas.

Fiesta de las Ánimas
Fiesta de las Ánimas | Cortesía Michoacán

Fiesta de las Ánimas: una celebración, diferentes representaciones

La Fiesta de Ánimas no se vive igual de una comunidad a otra, incluso puede variar en diversos aspectos de acuerdo a cada región, pues es a través de la experiencia particular de cada región que determine la forma en la que se hará la celebración, de tal suerte que se pueden conocer tantas variantes como comunidades purépechas existen.

Contrario a lo que muchas personas piensan, los purépechas no celebran a la muerte, sino la vida continuada o “la otra vida”, y con ello la oportunidad de una vez al año coincidir, encontrarse y convivir los de este mundo con los del otro, aquellos que ya han partido.

Por este motivo, las familias se reúnen a comer con sus seres queridos que vienen del “más allá” y ofrecen lo mejor que tienen: comida, flores, adornos, etc.

La muerte para los purépechas

En las comunidades purépechas, la muerte tiene una creencia particular, se dice que cuando alguien muere, su cuerpo es sepultado, sin embargo, su alma sigue viviendo y se reunirá con sus seres queridos que fallecieron antes y con los dioses.

Desde esa otra vida puede “regresar” a ésta, para convivir otra vez con su pueblo y con los suyos.

De acuerdo con el mito de estas comunidades, las ánimas en el uarhicho (el cielo purépecha) siguen desempeñando el oficio que por tradición reconocen como suyo; trabajan, caminan, comen, duermen, se cansan, se enojan y también hacen fiesta, tal como lo vimos en la película de Disney Coco.

Por eso es que requieren de nuestra ayuda en la Tierra para cubrir algunas de sus necesidades como: herramientas de trabajo, juguetes para los más pequeños, comida, velas para alumbrarse, ropa, entre otras.

Artículos que se les puede hacer llegar el día de las ánimas cuando vienen de visita y de paso se llevan todo cuanto se les coloca en la ofrenda.

La naturaleza también colabora y con su propio lenguaje refuerza el discurso del mito: hacia finales de octubre, pequeñas mariposas empiezan a revolotear por comunidades, mismas que los purépechas consideran que son las ánimas que ya están llegando, hecho que coincide con la migración de las Mariposas Monarcas a tierras michoacanas.

Dentro de estás creencias, también hay un punto para las ánimas a quienes nadie espera y por lo tanto no se les colocó ofrenda alguna. Según los relatos, ellas llegan tristes y se regresan llorando, recogiendo las sobras y migajas de quienes sí fueron festejados.

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Animeecheri k’uinchekua
Animeecheri k’uinchekua | Cortesía Michoacán

Las ofrendas purépechas

Uno de los elementos que más destaca por su colorido aroma y abundancia es la flor de tiringuini, (cempasúchil en náhuatl) o flor de muerto. Es la flor que más se asocia a lo sagrado, por el color y forma, para ellos es signo de fiesta, vida y alegría. Purifica y dispone de un ambiente limpio para el encuentro con el ánima y lo sagrado.

El pan en forma humana es otro protagonista, tiene la forma del ánima que se espera, se coloca junto al altar o tumba donde el ánima lo come y lo impregna de su esencia al llegar.

Otros elementos significativos que se colocan en las ofrendas: velas, cruz floreada, arco, copal, milpas, panales de miel, chilacayotes, calabazas, frutas, objetos personales, imágenes religiosas, flor de cempasúchil, agua, sal, herramientas o juguetes, ropa, fotografías y más.

La elaboración del altar, sus dimensiones y complejidad es tan variada como el gusto de los familiares, también se toma en cuenta si es el primer año o si será un altar pequeño sólo para seguir ofrendando a las ánimas de familia.

Es común escuchar que el altar tiene cuatro niveles y la correspondencia con sus elementos. No obstante, cada comunidad vive y reelabora su costumbre de manera particular de tal suerte que puede haber semejanzas en cuanto al uso de elementos, pero no existe un modelo único de altar.

El ritual de Animeecheri k’uinchekua

Existen tantas variantes de hacer la fiesta como comunidades en el territorio purépecha, las más difundidas son las comunidades que se asientan en las riveras del lago de Pátzcuaro y las islas al interior del propio lago, en las comunidades de la sierra, la cañada y ciénega de Zacapu.

Según dicta la tradición, cuando alguien fallece en el seno de una comunidad purépecha y luego de los ritos propios para despedir el cuerpo y el alma de la persona, casi inmediatamente inicia el tiempo para preparar “la espera”.

A quienes regresan de la “otra vida” por primera vez, se les organiza una gran fiesta para darles la bienvenida.

Los visitantes empiezan a llegar la noche del día 31 de octubre, regresan los ángeles (ánimas de las niñas, niños y quienes fallecieron sin haber contraído matrimonio).

Ofrendas purépechas
Ofrendas purépechas | Cortesía Michoacán

A la media noche del día 1° de noviembre comienzan a llegar las ánimas de los mayores, a ellos se les espera hasta la medianoche del día dos de noviembre.

El rito central de ofrendar consiste en que los de la casa, reciben la visita de parientes y amigos, quienes en conjunto elaboraron la comida y pusieron la ofrenda, una variante o complemento es lo que se conoce como velación en el panteón.

Para algunas comunidades cobra mayor relevancia hacer la espera en el panteón, para ello se adorna cuidadosamente la tumba: se coloca el arco de flores, con adornos de fruta y pan, se encienden velas encima sobre la tumba y se monta una ofrenda.

Posteriormente, la familia se sienta alrededor a “velar” que es un modo de convivencia con el ánima, comen, beben algo caliente e incluso, hay quienes duermen ahí.

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¿Sabías todo esto sobre el Animeecheri k’uinchekua o Fiesta de las Ánimas de los purépechas en Michoacán?

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