El calentamiento global es el potencial enemigo de la humanidad y la biodiversidad en la Tierra, que ahora extiende su terrible impacto a sitios arqueológicos de México, siendo los ubicados en zonas mayas los más perjudicados.
El aumento de la temperatura y una temporada de lluvias “erráticas, intensas y discontinuas” causadas por el cambio climático del calentamiento global, ha provocado una menor proliferación de algas en los sitios arqueológicos.
Una situación que incrementa el intemperismo físico de estos monumentos al no tener ninguna barrera que evite el desgaste de los materiales arquitectónicos debido al golpeteo de la lluvia y a altas temperaturas provocadas por un sol cada vez más radiante.
De acuerdo con Eberto Novelo Maldonado, especialista del Laboratorio de Algas Continentales, Ecología y Taxonomía de la Facultad de Ciencias de la UNAM, el calentamiento global está dejando “desnudos y expuestos” a los sitios arqueológicos.
El rol crucial de las algas en zonas mayas
Las algas en los sitios arqueológicos son necesarias para absorber y mantener la humedad en ellos y evitar fracturas, situación que en la actualidad podría ocurrir en más de una ocasión en la actualidad debido a la disminución de algas presentes en su construcción.
“Al cesar la lluvia y aumentar la temperatura, se da una evaporación súbita y poco a poco ocurren fracturas en los monumentos arqueológicos. Las juntas de las rocas, sobre todo de estuco, son atacadas directamente por el intemperismo climático”, aseveró Novelo.
El que la capa de crecimiento de las algas sea menor, afectará en menor o gran medida la estabilidad o la textura de los edificios.
Incluso varias de ellas lejos de mantener el color verduzco en sus paredes o con motes rosas por las piedras utilizadas, ahora se mantienen en un color gris, expuestas.
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El cambio climático y otros sitios arqueológicos de México
Si el calentamiento global causa aún más estragos en el cambio climático, esto puede llevar a causar grandes cambios en la estructura de otros sitios arqueológicos de México.
De acuerdo con Novelo Maldonado, en el sureste hay edificaciones construidas con roca caliza que podrían disolverse con mucha agua a causa de inundaciones.
En cambio, en las regiones áridas del norte, el cambio climático y el viento que lleva arena, arenisca o partículas orgánicas, al golpear los monumentos arqueológicos, podrían degradarlos.
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