La religión tiene un aspecto cultural que sobrevive en ocasiones a las creencias que le dan origen y va cambiando en su cruce con distintas culturas al paso del tiempo. Uno de los ejemplos más fascinantes es el de la Fiesta de la Candelaria en México, país de enorme riqueza cultural.
¿Cómo se puede transitar del precepto judío de que una mujer debe dejar pasar cuarenta días cuando tiene un hijo antes de presentarse de nuevo al templo, hasta llegar a reunirse en familia o en el trabajo a comer tamales? En México todo es posible…
Judaísmo
En el pueblo judío, Yahvé le comunicó a Moisés no solo los famosos Diez Mandamientos sino muchos preceptos más. Uno de ellos se refiere a lo que debe hacer una mujer cuando tiene un hijo y viene referido en la Torá (Antiguo Testamento de la Biblia) en el libro del Levítico 12, 1-4:
“Habla a los hijos de Israel y diles: La mujer cuando conciba y dé a luz varón, será inmunda siete días; conforme a los días de su menstruación será inmunda. Y al octavo día se circuncidará al niño. Mas ella permanecerá treinta y tres días purificándose de su sangre; ninguna cosa santa tocará, ni vendrá al santuario, hasta cuando sean cumplidos los días de su purificación”.
33+7 dan 40 y de ahí saldrán los días de cuarentena que tanto se usan para un tiempo de reposo por salud o religión.
Las mujeres judías cumplían con este precepto de cuarenta días impuras, no quiere decir en pecado ni mucho menos, sino no aptas para entrar en contacto con otras personas, este tiempo era mayor en caso de que tuvieran una hija, el tiempo de purificación se duplicaba a ochenta, ¿qué diríamos en estos tiempos de igualdad de derechos. ¿Y los tamales? Bueno el pueblo judío no comía tamales, ya vendrán.
Cristianismo
María, la madre de Jesús, era una mujer judía que cumplía con los preceptos de su religión y cuando tuvo a su hijo, aunque haya sido el Niño-Dios para el cristianismo, siguió las prescripciones y a los ocho días lo circuncidó junto con José su esposo y le puso por nombre Jesús, y a los cuarenta acudió al templo para su purificación.
Esto lo narra el evangelio de Lucas (Nuevo Testamento de la Biblia) 2, 22-40. Ahí se menciona que llevaron dos tórtolas para el sacrificio ritual y se encontraron a Simeón, un adulto mayor a quien Dios le había prometido que no moriría sin haber visto al Mesías y cuando vio a María llegar con su bebé exclamó:
“Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel”.
Ahí se relaciona a Jesús y a María con la luz, la cual se obtenía al encender velas o candelas, de donde viene el nombre de Candelaria. Jesús será la luz del mundo y María la Virgen de la Candelaria.
Esto pasó a los cuarenta días del nacimiento de Jesús y, efectivamente, cuando se estableció que el 25 de diciembre fuera la celebración navideña, aunque la fecha real no se sabe, se cuentan cuarenta días y llegamos al 2 de febrero. Ese día el cristianismo celebra la presentación del Niño-Dios en el templo, en países católicos se suele llevar las imágenes a Misa para que sean bendecidas. ¿Y los tamales? Bueno los primeros cristianos y cristianas no comían tamales.
España
El pueblo español se constituyó como el más católico y es el principal responsable de que esta religión sea la más expandida por el Mundo. En España se vinculó juntar las costumbres de celebrar la Navidad, después el Día de los Reyes Magos con una rosca y esconder un haba; esta costumbre es también muy seguida en Francia con la gallet, quien encuentra el haba o las figurillas se vuelve el Rey de esa noche.
España llevó el catolicismo a América e impuso sus costumbres, pero entraron en choque con tradiciones indígenas lográndose un sincretismo interesante. ¿Y los tamales? Bueno ni en España ni en Francia se comían tamales.
Pueblos indígenas
Entre los pueblos indígenas de Mesoamérica se realizaba un culto especial a Tláloc, el dios de la lluvia, muy importante en tierras donde no hay tantos ríos como en Europa y en que el suministro de agua depende de las lluvias, especialmente para las buenas cosechas.
La época de siembra es a principios de año y se tenía la costumbre de llevar las semillas a bendecir a un altar dedicado a Tláloc para que diera buenas lluvias y se tuviera una abundante cosecha, sobre todo de maíz. Para convencer al Dios de la Lluvia se le ofrecían tamales. ¡Ya aparecieron los tamales! Pero los pueblos indígenas no eran católicos.
México
Nuestro país es heredero de la mezcla cultural de la España católica y los pueblos indígenas con su religiosidad. En la Nueva España se fueron dando intercambios culturales que permitieron asimilar la religión católica con las costumbres indígenas, la más conocida es el Día de Muertos indígena que se celebra en el Día de los Fieles Difuntos católico.
El 2 de febrero ocurre algo semejante, se mantiene la tradición cristiana de celebrar a la Virgen de la Candelaria el día que Simeón le dijo que era madre de la Luz del Mundo, de llevar las imágenes del Niño-Dios al templo para ser bendecidas, y se incorpora la petición de bendecir semillas para tener buenas cosechas y, como Tláloc en realidad no se come los tamales, lo hacen las personas que se reúnen en familia o con amistades a degustar esta original comida mexicana, que por cierto paga quien se haya sacado la figura del Niño-Dios en la Rosca de Reyes.
Ahora mucha gente ya no es religiosa, no sigue toda la tradición de bendecir semillas, de la purificación de María y la bendición del Niño-Dios, pero todos y todas se reúnen a comer tamales.
Podemos reformular la tradición y mantenerla con la idea de celebrar con familia, compañeros y compañeras de trabajo, amistades y desearnos un año lleno de candela y de buenas vibras.
* Ignacio Cuevas es catedrático de la Universidad del Claustro de Sor Juana y de la Universidad Iberoamericana, así como conferencista sobre temas relacionados con Estado laico, libertad, diversidad y discriminación religiosa.
Suscríbete aquí a nuestro Newsletter para que estés al día con nuestros contenidos.