Se dice que hay que disfrutar el viaje, más que el destino, y para entrar de lleno al modo Navidad existe el lugar perfecto en donde puedes hacerte de esferitas de todos colores, formas, tamaños y precios. Se trata de Chignahuapan, Puebla, a poco más de dos horas desde la Ciudad de México, ofrece un paseo inolvidable para toda la familia.
Este año los artesanos, que llevan varios meses trabajando sus piezas, abren con especial esmero, luego de casi 2 años de pandemia, que golpearon la prosperidad del municipio, considerado Pueblo Mágico.
Lo que ofrece Chignahuapan
La propuesta de Chignahuapan y sus artesanos, es convertirse en ese destino al que cada año se visita para prepararnos para las fiestas de fin de año. Así el gozo de la Navidad comienza unas semanas antes, en este lugar que ofrece otros atractivos turísticos como una estupenda barbacoa, paseos ecoturísticos y belleza natural:
- En este lugar se lleva a cabo desde hace 25 años la Feria Nacional del Árbol y la Esfera, en la que se ofrecen espectáculos musicales, recorridos y visitas a los talleres.
- Este 2021 participarán la Arrolladora Banda Limón, Los Ángeles Azules, Yuridia, Moenia, Matisse entre otros, así como presentaciones gastronómicas y culturales.
- Las principales vías de acceso al pueblo mágico son a través de la autopista Huachinango- Zacatlán y por la carretera federal 119 Tlaxco-Chignahuapan.
Chignahuapan el lugar de la eterna Navidad
Pese a que la competencia es dura, los artesanos de Chignahuapan dan batalla a la producción masiva de esferas industriales provenientes de China.
En este municipio ubicado en la Sierra Oriental de Puebla, considerado un pueblo mágico de México se conserva el espíritu de la Navidad en los cientos de talleres de esferas de cristal, que con distintos colores y estilos han logrado expresiones únicas de esta festividad decembrina.
Esferitas de Frida, búhos blancos, trompos y baleros son fabricados con soplos humanos al cristal incandescente. Siempre la misma cantidad de aire y la misma fuerza logran el mismo tamaño de esferas, sin necesidad de moldes o guías. Los artesanos transmiten el oficio de hacer esferas de generación en generación. Aprecian su labor, pues es el motor no sólo de su familia, sino del poblado entero.
Sus habitantes hablan con un nudo en la garganta y brillo en los ojos, del orgullo que les significa haber nacido en el lugar de la eterna Navidad. Un orgullo peculiar les inunda el corazón, pues entre sus callecitas y alrededor del quiosco se fabrican estos objetos delicados y preciosos que iluminan cientos de hogares en México al vestir el árbol de Navidad.
La maestría de su belleza ha llegado hasta el altar de la virgen de Guadalupe en el Vaticano. Ha conquistado Europa y Estados Unidos y cada día se perfecciona más la técnica, el embalaje y la logística para que estos esféricos tesoros vayan hasta los lugares más lejanos.
En Chignahuapan, Puebla, se producen más de 70 millones de cajas al año que son comercializadas en toda la República Mexicana y en el extranjero. Su técnica es a través del vidrio soplado.
De acuerdo a información del gobierno municipal, este 2021, se espera que 250 mil visitantes nacionales e internacionales que dejarán una derrama económica superior a los 200 millones de pesos.
México y su potencia creativa
México es un país creativo y vital. En sus artesanos hay expresiones espirituales, cotidianas e inspiradas en la enorme biodiversidad con la que también cuenta. En 2018, según datos del Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías, se contaban al menos 12 millones de artesanos en toda la República.
Su venta significa al menos un 4% del Producto Interno Bruto y cientos de familias viven gracias a su creatividad. Para la Secretaría de Turismo, la producción artesanal, es uno de los motores del turismo en nuestro país, al ser una fuerte motivación para la visita de lugares específicos que se caracterizan por algún tipo de expresión artesanal.
A través del trabajo manual que implica el arte popular, se conservan y transmiten las tradiciones, la identidad y la cosmovisión de los mexicanos.
La producción industrializada de adornos de Navidad, provenientes principalmente de China, pone en aprietos al comercio justo del arte popular, que tiene procesos creativos mucho más elaborados, de uno en uno, y que muchas veces son riesgosos y requieren de enorme habilidad para lograr. En Chignahuapan por ejemplo, los artesanos comienzan desde cero con la producción de la esfera, con el soplo de su esfuerzo y experiencia.
El Arte Popular Mexicano es motivo de orgullo. Reconocido por los estudiosos del arte popular de todo el mundo como uno de los principales que existen, por sus atributos estéticos y su enorme diversidad, que responde a la riqueza natural que existe en el territorio y la diversidad cultural.
México es potencia mundial en arte popular, grandes coleccionistas de las manifestaciones creativas de México lo buscan y lo valoran. Es también fuente de inspiración de artistas visuales mexicanos como José Guadalupe Posada, Diego Rivera, Luis Barragán, Frida Kahlo y María Izquierdo entre muchos otros que lo han admirado y recreado.
No es casualidad que exista aquí un lugar que dedica su trabajo artesanal exclusivamente a las esferas. Chignahuapan ha evolucionado tanto su calidad y perfeccionado su técnica, que cada vez más hay personas que dejan todo el año los esféricos adornando su casa.
Kristina Velfu es periodista especializada en la difusión del arte y la cultura
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