A través de los años, los conflictos políticos y sociales que ha vivido la humanidad se han reflejado en distintos ámbitos del arte y la cultura del mundo, el conflicto actual entre Rusia y Ucrania es la punta del iceberg geopolítico, cuya representación ha estado latente desde años atrás en el cine, la literatura y la música de ambos países.
Después de ocho años de álgidos acuerdos y desacuerdos entre Rusia y Ucrania, el pasado 24 de febrero se cancelaron las relaciones diplomáticas debido al repentino ataque ruso, un conflicto que ha hecho abrir los ojos como platos a la población mundial.
Antecedentes político sociales entre Ucrania y Rusia y el cine
El Euromaidán acontecido de noviembre 2013 a febrero 2014 constituye el inicio de la situación actual entre ambas naciones, donde ocurrieron una serie de protestas de diversos grupos prorrusos contra el gobierno en Kiev, para rechazar la asociación entre Ucrania y la Unión Europea.
Una situación que los llevaba más lejos de sus anhelos por estrechar vínculos con Rusia e incluso la posibilidad de que Ucrania se reintegrara con la Federación rusa, un sentir que no pertenecía a la población en general.
De ahí partió la cinta ‘Maidan’, una producción del cineasta ucraniano Sergei Loznitsa, conocido por sus documentales y filmes dramáticos.
El ‘Maidan’ retrató con imágenes sin narración, las protestas y su desarrollo en sangrientas batallas entre manifestantes y policías.
Con el pasar de los años, el derrocamiento del presidente prorruso Víktor Yanukóvich, la lucha del Euromaidán, el establecimiento de un gobierno provisional y la puja del gobierno ruso por apropiarse de Donbass, así como su apoyo a la independencia de Donetsk y Lugansk, llegó en 2018 una segunda producción de Loznitsa.
Cuyo filme se tituló ‘Donbass’, uno de sus trabajos más importantes hasta ahora en el que plasma la guerra desde su perspectiva crítica hasta llegar a lo absurdo del conflicto. La producción sigue de cerca al ejército ucraniano y a las milicias separatistas prorrusas.
Letras que retratan a un país devastado por los conflictos
Una obra de literatura que habla sobre un antecedente histórico, la hambruna o “el genocidio ucraniano”, es la del escritor italiano Igort, llamada Cuadernos Ucranianos.
Se trata de una recopilación de las biografías de los sobrevivientes a la hambruna que provocó la entonces URSS al pueblo ucraniano entre 1932 y 1933, gracias a que confiscaron las reservas alimenticias lo que llevó a que por lo menos un cuarto de la población muriera de hambre.
Un libro enfocado sobre el mismo tema, es el de la ‘Hambruna Roja’ de la escritora Anne Applebaum, toca los argumentos de la hambruna y la supresión de memoria, además es claro ejemplo de que la historia podría llegar a ser un destino similar en el futuro.
La narrativa escrita ucraniana también mostró parte de la historia actual en novelas, como la del poeta y novelista, Serhiy Zhadán.
Quien retrató en su libro ‘The Orphanage’ de 2017, la lucha de un ucraniano para proteger a su sobrino de soldados hostiles, cuando ocurre la invasión en el este del país, años antes de que Crimea formara parte de Rusia nuevamente.
Un libro que ha sido ampliamente recordado en los últimos días y que los rumores apunta es una predicción sobre las guerras y el actuar de Vladimir Putin, el presidente ruso, es el de ‘Fundamentos de Geopolítica’, escrito por el filósofo Alexander Dugin en 1997.
Donde se establece la ruta idónea para que Rusia recupere su posición dominante en la esfera del poder mundial. Entre las múltiples recomendaciones que da Dugin a Rusia es ampliar su presencia en el Mar Negro, apropiarse de Ucrania, despojar a Reino Unido de la Unión Europea y dividir Estados Unidos.
Ahora que lo vemos con otros ojos, quizás no sea un libro que predijo la situación actual entre los países europeos, quizás le ha valido de guía para recuperar su poderío.
Entre libros prohibidos rusos y ucranianos
Durante años, ambos países se han dedicado a censurar libros que no corresponden con la conciencia del país. Rusia eliminó libros de la literatura clásica como Doctor Zhivago, El Archipiélago Gulag o Lolita.
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En 2015 el gobierno condenó al poeta Alexander Byvshev a 300 horas de servicio comunitario y lo removió de su puesto como profesor de literatura por dos años, además de quitarle su computadora.
En 2017 el gobierno ruso condenó a cuatro años de prisión a una bibliotecaria rusa de 60 años por difundir libros ucranianos prohibidos.
Ucrania por su parte, censura libros que fortalecen la cultura de identidad rusa, como novelas de detectives rusos y cuentos de niños sobre caballeros bogatyrs, héroes guerreros medievales rusos.
Otros libros censurados por el país son aquellos que hablan de fascismo, xenofobia, separatismo y desinformación.
La pelea en la música y el Festival Eurovision
El Festival de la Canción de Eurovision es un concurso televisivo anual, en el que participan intérpretes representantes de países miembros de la Unión Europea de Radiodifusión.
Pese a los múltiples intentos de llevar la lucha por debajo del agua, el conflicto entre Ucrania y Rusia se ha hecho notar en la música, por ejemplo, en 2007 después de la revolución naranja, el cantante Andriy Danilko interpretó a Verka Serduchka, un personaje que participó con la canción ‘Dancing Lasha Tumbai’, una canción polémica cuya fonética en inglés dio a entender ‘Russia goodbye’.
Para 2009 la cantante Georgia se retiró de Eurovision debido a que quiso hacer un juego de palabras con la canción ‘We don’t wanna put in’. Un clamor que tenía relación con el presidente ruso y el conflicto que había en aquel año en la región separatista de Osetia del Sur.
En 2014, cuando estalló el primer conflicto entre ambos países y el Maidan, el público abucheó a los cantantes rusos en señal de protesta y apoyo al pueblo ucraniano.
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Así como estas muestras de cine, literatura y música han sido la huella del conflicto entre ambas naciones, seguro los hechos actuales desencadenará más materiales dignos de conservar en el acervo de la cultura mundial.
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