Existe una curiosa historia detrás de la Diana Cazadora que vemos en Paseo de la Reforma, se trata de una réplica. Si la que todos conocemos no es la original, entonces, ¿dónde se encuentra?
Conservadurismo vs el monumento de la Diana Cazadora
Denominada desde su origen como “la flechadora de estrellas del norte” y conocida popularmente como la Diana Cazadora, en honor a la diosa romana, este monumento data del año 1942.
Encargada por Javier Rojo Gómez, regente del Distrito Federal al arquitecto Vicente Mendiola y al escultor Juan Fernando Olaguibel, quien con ayuda de la modelo Helvia Martínez Verdayes, su imagen es relacionada con tres cualidades importantes: ser bella, guerrera y conquistadora de sueños.
La escultura de bronce de 7 metros de altura y de 4 toneladas de peso fue completamente revolucionaria para su época, la sociedad mexicana no se encontraba con pensamientos tan abiertos como ahora, y a pesar de la belleza del trabajo realizado, recibió críticas y protestas por mostrar el cuerpo de la mujer al desnudo.
Corría el sexenio del presidente Manuel Avila Camacho y la escultura fue señalada como un ataque al pudor por miembros de la entonces, Liga de la Decencia, así que el monumento fue considerado impúdico e inmoral.
Por esta razón se le mandó a adecuar un taparrabo de bronce para cubrir sus genitales, una reparación que molestó a su creador, Olaguibel.
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De Paseo de la Reforma a Hidalgo
Después de 26 años, Alfonso Corona del Rosal, regente del Distrito Federal, aprovechó la atención de los Juegos Olímpicos de 1968 para solicitar quitar el taparrabo del monumento, sin embargo, la estatua quedó completamente dañada.
Ante este trágico escenario, Alfonso Corona adquirió el monumento original y lo donó a Ixmiquilpan, Hidalgo, su pueblo natal. Al mismo tiempo solicitó una réplica exacta de la original para colocarla en Paseo de la Reforma.
De esta forma, desde 1968, la figura de bronce forma parte del paisaje del jardín principal del zócalo de Ixmiquilpan, lugar donde se puede apreciar el trabajo del escultor Juan Fernando Olaguibel en su máxima expresión.
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