Nacido en Guadalajara un 3 de octubre de 1874, Gerardo Murillo, que adoptó el sobrenombre de Dr. Atl es sin duda alguna uno de los pintores imperdibles de México, cuya afición a los volcanes lo llevó a hacer muchas obras sobre estos… e incluso a forjarse como escritor. Para muchos es sucesor directo de José María Velasco por su trabajo como paisajista, pero su vida estuvo marcada no sólo por el arte y los volcanes, sino también por su activismo político.
¿Por qué se llama Dr. Atl?
Gerardo Murillo pasaría a la historia con su sobrenombre, el cual eligió por sí mismo… según unas versiones, mientras que otros apuntan a que fue el escritor Leopoldo Lugones.
Cual sea la versión real, lo cierto es que el nombre del artista utiliza la palabra agua en náhuatl “atl”, así como el título de doctor por sus estudios en filosofía y derecho. Alberto López explica que el cambio de Gerardo Murillo a Dr. Atl fue por un interés “en tener una manera de referirse a él acorde a su personalidad independiente que surgió de circunstancias y no de la imposición de sus padres”.
El nombre dado por sus padres no sería su única postura prácticamente revolucionaria, pues este artista viviría para presenciar el desarrollo de la Revolución Mexicana , defender sus ideales e incluso pisar la cárcel por ello.
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¿Quién fue el Doctor Atl?
Murillo se encontró en el punto fundacional de la gesta del arte nacionalista y por supuesto que del muralismo mexicano , no es de sorprenderse que después de pasar una temporada estudiando gracias a una beca en Europa (filosofía y derecho, así como cátedras de otros artistas), regresó a México a impartir clases en la Academia de San Carlos donde grandes artistas de méxico y del muralismo fueron sus alumnos. Hablamos pues de Diego Rivera , David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco. No obstante, Dr. Atl nunca perteneció como tal al movimiento muralista.
De tal forma, en la obra artística de Dr. Atl se pueden encontrar paisajes, así como retratos (entre ellos uno de los más famosos de Nahui Olin , su pareja sentimental y quien a su vez bautizó con su nuevo nombre), pero sin duda alguna las grandes estrellas de la pintura de Murillo fueron el Popocatepetl y el Iztaccihuatl.
Y es que además de pintor y escritor, Dr. Atl se ganó el título de vulcanólogo, pues su afición a estos lo llevó a estudiarlos y retratarlos sin descanso, lo cual nos dejó con paisajes y muestras invaluables de estos volcanes.
Pero no serían los únicos, pues su afición lo llevó al nacimiento del volcán Paricutín, en Michoacán. Fiel a sus habilidades, Dr. Atl comenzó a plasmar en sus obras todo el nacimiento de este volcán, lo que hizo de sus obras un testimonio de un fenómeno natural que pocos han podido presenciar en vida. De esta vivencia escribió Cómo nace y crece un volcán. El Paricutín, en 1943.
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Cuando el Dr. Atl perdió su pierna
La vida de Gerardo Murillo estuvo plagada de grandes aventuras, desde la oportunidad de estudiar en Europa, hasta cómo se hizo pasar por un capitán italiano para volver a México durante la Revolución Mexicana, entre otras. Esta vida como artista, escritor y vulcanólogo le pasó una terrible factura después de que en una expedición al Paricutín se accidentó, perdiendo su pierna en el proceso, aunque no su impulso creador.
¿Sabías que Dr. Atl fue pionero del aeropaisaje en México?
— MUNAL (@MUNALmx) April 19, 2021
Tras la amputación de una pierna ya no pudo escalar montañas.
La solución a este problema fue sobrevolarlos en helicóptero. 🚁
En algunas de sus obras retrata la vegetación movida por el aire producido por las hélices. pic.twitter.com/OowKXt7TOQ
Dr. Atl y el aeropaisaje
A pesar de la amputación de su pierna, su pasión lo llevó incluso a realizar vuelos en helicóptero. Esta fue la forma en la que el pintor ideó para seguir produciendo sus paisajes, así creó estas pinturas basadas en la vista aérea. Una propuesta novedosa, que sin duda utilizó para sus obras de volcanes.
El aeropaisaje no sería su única afición y aportación al arte mexicano, Dr. Atl incluso crearía sus Atl Colours, pasteles especiales de cera, resina y petróleo que tenían la peculiaridad de poder usarse sobre diferentes superficies.
Finalmente, la vida de Dr. Atl, Gerardo Murillo llegó a su fin un 15 de agosto de 1964, con el reconocimiento de su labor artística y un legado que sobrevive hasta nuestros días.
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