Aunque pensemos que el espiritismo es una práctica que surge alrededor del siglo XIX, la realidad es que esta se ha estudiado desde que la humanidad tiene registro, pues la cuestión sobre lo que nos sucede después de la muerte . Podemos ver a nuestros ancestros, que desde la época prehispánica buscaban tener contacto con seres que ya no se encuentran entre nosotros, pero no nos limitamos a América, esto ocurría también en Grecia, Egipto y África.
De lo irreal, condúceme a lo real. /De las tinieblas, condúceme a la luz. /De la muerte, condúceme a la inmortalidad.
Nos adentramos en un lugar escondido de Ciudad de México, lleno de misticismo, ubicado en la calle de Sadi Carnot, dentro de la colonia San Rafael, y hablamos con alguien que ha vivido de primera mano experiencias sobrenaturales, y que han estado en su familia desde hace varias generaciones. Por cuestiones personales y de seguridad, pidió que se mantuviera en el anonimato, utilizando el pseudónimo de Alan K.
Mientras bajaba los escalones de este café exclusivo, adaptado dentro de uno de los edificios más característicos de esta calle, fue imposible no notar el olor a incienso que cubría buena parte del piso, y que se hacía notable desde la entrada, mientras que la instalación transporta a otra época. Sentados en diferentes mesas, veo personas de todas las edades, en su mayoría hombres, sin algún código de vestimenta, pero muchos vestían de traje y corbata.
El lugar tiene varios símbolos esparcidos en su fachada, figuras triangulares, escuadras y compases, entre más elementos, como columnas de arquitectura griega con una piedra y un tablero de ajedrez. Todo este misticismo se complementa con libros de los que jamás había escuchado, además de otros artefactos inusuales que estaban a la venta en este mismo salón.
De este modo, Alan comienza la plática con un breve contexto histórico del espiritismo, y como este fue cimentado en prácticas del antiguo Egipto, quienes creían que el ser humano se dividía en cinco elementos, que eran la fuerza vital, el alma, el nombre, la sombra y el espíritu. Estos estaban presentes en su tumba, además de los rituales presentes para garantizar la eternidad en el más allá.
Los cimientos de las prácticas espiritistas como las conocemos empiezan en el antiguo Egipto, pero el movimiento Espírita nace a mediados del siglo XIX, y tiene un fuerte auge en Inglaterra y Francia.
Es cuestión de perspectivas, existen personas que piensan que esto puede ser una gran mentira, sugestión, o simple locura, pero la realidad es que el espiritismo ha influido en muchos aspectos del mundo. México no fue la excepción, donde se practicaban sesiones espiritistas dentro de las altas esferas, que incluyeron a algunos políticos, tales como Plutarco Elías Calles y Francisco I. Madero.
De acuerdo a Alan, Madero desarrolló el interés por este movimiento después de la muerte de su hermano, Gabriel, que perdió la vida de muy pequeño, a causa de una descarga eléctrica. Esto llevó al líder revolucionario a buscar el contacto con el pequeño Gabriel, desarrollando habilidades de médium, algo que siempre atribuyó a su difunto hermano.
Madero era médium, se vendaba los ojos y empezaba a escribir sin ver nada, incluso, la idea de la Revolución Mexicana surge de una sesión espiritista donde habló con su hermano, además que era hermano Masón.
Alan viene de una familia de espiritistas, de hecho, afirma que su padre tenía contacto con seres desencarnados, como él los llama, e incluso, lo guiaban para curar enfermedades extrañas “cuando le era permitido”. Por si fuera poco, nos revela que su padre tenía la habilidad de leer libros con los ojos completamente vendados.
El espiritismo no se trata solamente de utilizar una tabla Ouija o encender velas y tomarse de las manos para hacer el contacto. Hay muchos elementos que acompañan a la doctrina Espírita, como regresiones a vidas pasadas, o incluso, el uso de la hipnosis para curar enfermedades o condiciones relacionadas con la reencarnación.
La hipnosis se utiliza por pocas personas expertas, es un proceso delicado, pero cuando alguien con habilidad lo sabe utilizar, puede ser un recurso muy poderoso.
Respecto a lograr que una persona logre recordar las experiencias de otra vida, Alan afirma que es un proceso bastante arriesgado, pues muchas veces puedes revivir experiencias que en esta vida no te gustaría cargar.
Imagina que alguien fue en su vida pasada un asesino, o alguien que hizo mucho daño, esa persona podría cargar con el impacto de estos actos en su vida actual, donde tal vez no le hizo daño a nadie, es por esto que una regresión no se le hace a cualquiera.
El contacto con espíritus puede ser por medio de una tabla de espíritus, conocida también como Ouija, aunque se recomienda que no se haga uso de ella sin la supervisión de personas más experimentadas, especialmente porque no siempre se logra contactar a lo que Alan denomina como un “ser de luz”, así mismo, existe el riesgo de abrirle la puerta a una entidad de energía negativa.
Cuando contactas con espíritus, no siempre se logra hablar con un ser de luz, en muchas ocasiones puedes enfrentarte a seres de oscuridad que buscan hacerte daño, o tienen objetivos negativos. Lo mejor es estar con alguien que sepa manejar la situación y no permita que estos seres nos puedan hacer daño.
Hay ocasiones en las que una entidad se manifiesta de forma sorpresiva, especialmente con personas que han desarrollado estas habilidades, y lo que muchos practicantes del espiritismo suelen hacer, es vendar los ojos de una persona que fungirá como intérprete, luego darle papel y lápiz, para que comience a escribir. De acuerdo a la experiencia de Alan K, esto se siente como si alguien más moviera tu mano, para que, finalmente, el ser escriba el mensaje que quiere compartir con los presentes.
Al médium se le vendan los ojos, entonces agarra papel y lápiz y empieza a escribir, la mano debe permanecer inmóvil, pero se siente como si alguien más la moviera.
Esta es la prueba de que el movimiento Espírita sigue vivo y presente en el mundo, pero sobre todo, que va más allá de lo que la gente piensa sobre el espiritismo.
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