Fantasmas en museos de la CDMX

Muchas leyendas urbanas se dicen sobre los museos de la CDMX, si están embrujados, repletos de fantasmas , si se escucha el arrastrar de grandes cadenas sobre sus techos o si aún permanecen en lo alto de sus muros militares custodiando los inmuebles de una invasión, situaciones ciertas o no, pero que forman parte de la cultura de la metrópoli y sus secretos.

Hace 18 años que el Panteón de San Fernando abrió sus puertas al público y se convirtió en museo gracias a las construcciones que alberga y que son representativas del siglo XIX.

Fue construido en 1936 para los frailes del Colegio de la Propagación de Fe y en 1850 sirvió como panteón público.

Entre sus pasillos descansan los restos de figuras trascendentales para la historia de nuestro país, entre políticos, militares, gobernantes y personalidades de la sociedad mexicana como Vicente Guerrero, Ignacio Comonfort, José Joaquín Herrera, Martín Carrera, Benito Juárez, Santiago Xicoténcatl, Francisco, Zarco, Miguel Miramón y Tomás Mejía, entre otros.

En 1935 fue declarado monumento histórico y cuentan los dichos de más de un velador del lugar que por las noches el espíritu de Dolores Escalante, se pasea afligido buscando a su amado José María Lafragua, se cree que su alma quedó en pena al no llegar al altar con él.

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El Museo de Cera de la Ciudad de México, cuenta con una colección de más de 230 figuras de personajes famosos de la historia, el arte, la política, el deporte, del mundo artístico, de la fantasía y del terror.

Las figuras de cera encierran magia y mitos por sí mismas, tanto en la forma en la que atraen a sus visitantes con la mirada, como en la imaginación que despiertan.

De ahí que exista más de una leyenda sobre fantasmas, la más sonada es la de la monja que aparece por las noches, de acuerdo con relatos, se trata de una mujer no quería permanecer encerrada en el convento, no tenía vocación y se tiró a un pozo con el fin de terminar con su sacrificio.

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El Museo Nacional de Historia, ubicado en la parte más alta del Bosque de Chapultepec, ocupa el histórico Castillo de Chapultepec.

Este inmueble fue construido entre 1785 y 1787, diseñado como casa de descanso por órdenes del virrey Bernardo de Gálvez, con el tiempo sus usos han sido diversos: desde sede del Colegio Militar, escenario de batallas durante la invasión estadounidense, residencia imperial de Maximiliano y Carlota, hasta residencia presidencial.

Entre las historias más sonadas sobre este recinto está la de Carlota y Maximiliano , mientras se ve la silueta de Maximiliano reposar en su carroza, el piano de Carlota toca una melodía.

Se dice que Porfirio Díaz regresa al Castillo de Chapultepec cada tanto, su lugar de grandes y lujosos bailes, por las noches se activa el elevador presidencial en el que se nota su silueta merodear por los pasillos cercanos.

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