Existen muchas polémicas alrededor del uso de la Inteligencia Artificial en el mundo del arte, esto ha sido especialmente notorio en competencias donde participantes han obtenido galardones antes de ser descubiertos por usar esta tecnología. Elevando el temor de muchos creativos, quienes afirman que la IA puede representar un riesgo para su trabajo.
Este planteamiento tomó un giro de 180 grados después de que el fotógrafo Miles Astray triunfara en la competencia de los 1839 Awards en la categoría de Inteligencia Artificial. El jurado; conformado por integrantes de grandes empresas como Getty Images, The New York Times, o Christie’s; decidió descalificar al artista de 38 años después de descubrir que su pieza era una fotografía real.
Esta obra, titulada FLAMINGONE, presenta a un flamingo ocultando su cabeza en un paisaje de playa blanco entrelazado con la orilla del mar, y que inicialmente le otorgó el bronce a Astray en dicho encuentro. El fotógrafo no se adentró a la justa solo por ganar una medalla, más bien, el objetivo de Miles giraba alrededor de retar los temores ante los efectos del mal uso de la Inteligencia Artificial en el arte.
Ante el veredicto del jurado de descalificar a Astray, el autor de la fotografía afirmó que su decisión de participar surgió a partir de los casos donde la IA opacaba las fotografías reales en ciertas competencias. Así, decidió presentar FLAMINGONE, para revertir esta idea al enviar una fotografía real dentro de un laboratorio especializado en la Inteligencia Artificial.
Después de ver casos recientes en los que las imágenes generadas por IA eclipsaban a las fotos reales en concursos, se me ocurrió que podía revertir esta historia del revés como solo un humano podría y lo haría, enviando una foto real a un laboratorio de IA. competencia.
La idea de descalificar a Miles Astray de la competencia suscitó un fuerte debate interno en el jurado de los Premios 1893, según declara Lily Ferman, directora y cofundadora de Creative Resource Collective, que gestiona esta competencia. Ferman agregó que, a pesar de que el poderoso mensaje fue sumamente importante y relevante, la fotografía quedó fuera debido a que no se ajusta a los requisitos de la categoría.
Después de mucho debate interno, decidimos descalificar su ingreso al A.I. categoría en consideración a los demás artistas que presentaron su trabajo.
Así mismo, la directora agregó que no habría consecuencias mayores a la descalificación, además de revelar que la fotografía triunfó por su poderío visual, pues resultaba el equilibrio perfecto entre el realismo y una escena generada por esta tecnología, algo que provocó un magnetismo especial ante el jurado, previo al descubrimiento de que esta fuera una obra captada en la vida real.
Este fotógrafo demostró que la Inteligencia Artificial no es más que otra herramienta, y que los artistas no deben temerle, pues el talento humano no puede ser sustituido por la IA.
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