No es un secreto que, para un mal día, el chocolate es perfecto para levantar el ánimo, y es que el chocolate ayuda a liberar serotonina y teobromina, hormonas relacionadas con el estado de ánimo y la felicidad. Grandes beneficios de este alimento, ¿no lo crees?
Pero estos beneficios no siempre fueron bien vistos. En el siglo XVII, se consideró que los “efectos” del chocolate eran cosa del demonio, que tenía poderes afrodisíacos, que hacía que las personas cometieran actos de lujuria mal vistos por dios e incluso, fue prohibido y considerado como pecado en México. Aquí te contamos la historia.
El chocolate en México
Mayumi Barrón, encargada de las actividades educativas del Museo del Chocolate , nos contó cómo es que el chocolate fue considerado un pecado en México.
Para esta historia, Mayumi Barrón nos explicó cómo es que el chocolate llegó a los paladares españoles, a la iglesia católica y claro, cómo surgió la bebida de cacao o Xocolatl que se bebía antes de la conquista española.
“La cultura Olmeca fue la primera en domesticar el cacao. Ellos tomaban la pulpa del cacao en una bebida ritual. Después, esta pulpa de cacao llegó a la cultura Maya, ellos crearon el proceso de fermentación del cacao, el secado, el tostado y molieron el cacao en metate”.
“Los Mayas combinaron el cacao con maíz, flores, achiote y pimienta”.
El chocolate siempre fue una bebida ritual que se tomaba en ceremonias y que solo estaba al alcance de los guerreros y sacerdotes. “Era una vida de élite”.
Los mexicas también tomaban esta bebida, pero solo era consumida por los nobles.
“La bebida se tomaba, por ejemplo, por quienes tenían privilegios, como los guerreros. En la cultura Mexica, cuando un guerrero le daban su investidura, se daba chocolate. También lo tomaban las mujeres de la nobleza”.
Además del chocolate, la espuma que se hacía al preparar esta bebida también tenía un significado ceremonial.
“Cuando te recibían con cacao espumoso, quería decir que eras bienvenido. Pero si te recibían con un cacao casi sin espuma, podía significar que no eras bienvenido. En los matrimonios, una espuma abundante significaba desearles prosperidad y abundancia”.
El chocolate en la conquista
“Cuando llegaron los españoles en la colonización, Moctezuma los recibió de forma muy civilizada. Hicieron un banquete con una gran cantidad de platillos y entre ellos, tomaron chocolate”.
“Se dice que Moctezuma le ofreció a Hernán Cortés y a los españoles el famoso chocolate, que en náhuatl significa “agua amarga”, entonces era una bebida amarga”.
“No sabemos si les gustó, pero lo que sí sabemos es que Hernán Cortés, a través de esta estancia en México, se dio cuenta de la gran importancia del cacao, del uso de cacao como bebida ritual, el uso de cacao como moneda de cambio y del uso del cacao también con cualidades medicinales”.
“Observó que los guerreros de Moctezuma tomaban esta bebida antes de las batallas y que con eso obtenían suficiente fuerza, energía y vitalidad”.
“Hernán Cortés decide contárselo a su rey. En 1520, Cortés escribe la segunda carta de relaciones al rey Carlos V de España, ahí le habló de la existencia del cacao y de todos sus usos y esa parte del mundo se empezó a interesar en él”.
“En Europa no crece el árbol de cacao, así que empiezan a enviar cargamentos de cacao de México a España y es así como Europa conoce el cacao”.
“El cacao, ya en los conventos, tiene una transformación. Las monjas seguían moliendo el cacao en el metate hasta obtener la pasta de cacao, pero en lugar de combinarla con agua, le pusieron leche, azúcar y canela”.
El pecado de comer chocolate
“El chocolate era una bebida popular para los nobles, se hacía por las monjas y aquí es donde empezó a suponerse que era un pecado”.
“En la religión católica se tenían ayunos espirituales, donde no podían comer nada y solo se bebía agua; entonces empezó la controversia de que como el chocolate era alimento, era era mal visto para los ayunos. Las monjas evitaban tomar chocolate, sobre todo en Semana Santa”.
Además de ser considerado como un alimento, corrió el rumor de que el chocolate era afrodisiaco.
“Desde esta época empezó el mito de que el chocolate era afrodisíaco porque, cuando llegan los españoles a México, Hernán Cortés vio que Moctezuma tenía varias mujeres y tomaba chocolate. Entonces empiezan a decir, bueno, pues esto es afrodisíaco”.
“Que el chocolate fuera un afrodisiaco era mal visto, entonces, que se tomara en los conventos, pues iba a provocar los sentidos de las monjas. Por estos mitos, el chocolate empezó a tener mala fama”.
“El mito del chocolate siguió hasta el siglo XVII y llegó a oídos del Papa y existió un comunicado de que se iba a prohibir a las personas tomar chocolate”.
Este comunicado también se dio por “un evento muy curioso, en un convento en San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Existía un obispo que daba sus sermones muy largos y, las mujeres cansadas de tantos sermones, pedían a sus señoritas que les sirvieran un chocolate para la misa. Entonces imagínate, el obispo dijo ‘no, como que tomando chocolate a mitad de misa’”.
“El obispo se enojó tanto que mandó a poner un letrero en la puerta que decía excomulgar a cualquier persona que tomara chocolate en misa. La noticia llegó al Papa Pío, pero no ocurrió nada y nadie fue excomulgado”.
Este suceso quedó plasmado en los escritos del inglés Thomas Gage sobre su visita a Chiapas.
Las mujeres de (Chiapas) se quejan constantemente de una flaqueza de estómago tan grande que no podrían acabar de oír una misa rezada y mucho menos la misa mayor y el sermón, sin tomar una jícara de chocolate bien caliente... Con ese fin, acostumbraban sus criadas a llevarles el chocolate a la iglesia en mitad de la misa o del sermón... El obispo pues, queriendo corregir tal abuso, las exhortó varias veces...; pero como vio que de nada servían sus reconvenciones amistosas, mandó fijar una excomunión a la puerta de la iglesia contra todas las personas que osaran comer o beber en el templo de Dios durante los divinos oficios.
En palabras de Mayumi Barrón, se cuenta que las mujeres de la novohispanas, enojadas por las medidas a tomar chocolate, asesinaron al obispo con una taza de chocolate.
Actualmente, y por fortuna, tomar chocolate ya no es considerado un pecado y todos podemos disfrutarlo.
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