El jaguar es el mamífero que más ocasiones aparece en la cosmovisión de las culturas prehispánicas, ¿cuál es su significado y su importancia?
El jaguar, símbolo sagrado
Desde la época prehispánica, en las culturas mesoamericanas como los nahuas, olmecas y mayas, el jaguar representaba una deidad, un símbolo sagrado.
Las primeras evidencias arqueológicas se remontan al periodo 1200 a. C. al 200 d. C. con la cultura Olmeca, donde también se representaban a los hombres con rasgos felinos debido a que consideraban que el jaguar era sinónimo de valentía.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH), en la cultura maya prehispánica el jaguar o Balam, se asociaba con poder, prácticas chamánicas, cielo nocturno, inframundo, pero también con la agricultura y la fertilidad.
Al pertenecer a la oscuridad, está relacionado con los dioses del inframundo y con los lugares por donde se puede acceder a éste como: cuevas, interior de los montes, selvas y bosque. Además, su piel manchada se asemejaba al cielo estrellado.
En Teotihuacan, las representaciones con elementos del jaguar eran comunes, al que se le agregaban características de otros animales como aves y serpientes.
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Jaguar = poder
Así como el jaguar simbolizaba la noche, también representaba el poder de los hombres más importantes en aquellos años como los gobernantes, sacerdotes, hechiceros, hasta de dioses.
Los gobernantes portaban cinturones, pectorales, sandalias o tocados elaborados con piel de jaguar. En algunos casos, los huesos del jaguar se emplearon para elaborar bastones de mando, y en otros escenarios, usaban colmillos y garras como amuletos para sus ritos. Solo aquellos que pasaban por la iniciación eran llamados Guerrero Jaguar.
Todos estos símbolos dotaban al gobernante de características felinas asociadas con el poder como astucia, fuerza, valentía y sabiduría.
Existe un mito sobre la creación en donde el jaguar posee un gran papel. Se cree que este felino fue el primer Sol, que al ser desplazado por Quetzalcóatl, se convirtió en jaguar.
El jaguar era el compañero del águila, por eso, en el Posclásico tardío, a los guerreros valientes se les llamó cuauhtli-océlotl (águila-jaguar).
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Con información de INAH, Cultura Gob y Coneculta Chiapas.
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