Los sueños han sido por décadas objeto de estudios por su fascinante mundo. Así como las pesadillas pueden hacerse presentes en la realidad, otras temáticas sirven de inspiración a artistas que aprovechan lo onírico para reinterpretar su arte.
Personalidades como Remedios Varo, Edgar Allan Poe, Leonora Carrington , Bram Stoker , Robert Louis Stevenson y Salvador Dalí, solo por mencionar algunos, se vieron altamente beneficiados por sus paisajes oníricos y así dejar salir su creatividad en la vida real.
En particular, Salvador Dalí tenía una técnica muy curiosa que lo ayudaba a captar las primeras ideas en sus sueños y escribirlas en papel al primer segundo al despertar, ¿quieres saber cuál es? Te contamos.
La técnica de sueño de Salvador Dalí
Un 12 de abril de 1942 se tomó una fotografía que permite ver la técnica de sueño de Salvador Dalí y cuyo pie de foto da más luz sobre su rutina de sueño:
“Y se puso a trabajar, dice Salvador Dalí. Su método para ir a trabajar no es el del común de los mortales. Está tumbado en un sofá perfumado de su estudio con un puñado de lápices. Luego se le aplica perfume en los párpados para influir en el carácter de sus sueños, ya que los sueños son la materia de la que está hecho el surrealismo”.
La técnica se basaba en la interrupción del sueño, una opción que recomendó en su libro 50 secretos mágicos para pintar, publicado en 1951, como una herramienta para incentivar la creatividad, además de sentirse revitalizado física y psíquicamente.
Salvador Dalí nombró la técnica de sueño como “dormir con una llave”, la cual constaba de 5 pasos:
- Siéntate en un sillón con apoyabrazos.
- Sostén una llave en tu mano.
- Coloca un plato de metal debajo de la mano que sostiene la llave.
- Duerme. Cuando eso suceda, soltarás la llave, que golpeará el plato y producirá un sonido.
- Despierta y felicítate por haber logrado una microsiesta.
Para escribir su técnica del sueño, Salvador Dalí se inspiró de otros talentosos personajes como Aristóteles, Thomas Edison, y Albert Einstein.
Aristóteles les llamaba siestas hipnagógicas, una palabra que describe el momento intermedio entre la vigilia y el sueño.
Thomas Edison, pensaba que dormir era el enemigo de la productividad. Sin embargo, tomaba en secreto microsiestas. Llegó a decir que ese estado semi lúcido de su mente se llenaba de imágenes.
Por su parte, Albert Einstein, tomaba siestas durante el día y en vez de una llave como lo hacía Salvador Dalí, tomaba un lápiz o un objeto que al caer provocara un ruido y así ayudara a despertarlo.
Los sueños no tienen fin, como ya viste, algunos personajes de la historia contaban con sus propias técnicas para aprovechar el mundo onírico que seguirá en investigaciones hasta que cada uno de sus recovecos sean descubiertos.
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