Con el paso del tiempo, muchas obras de arte pueden verse afectadas severamente y perder algunos detalles que en el pasado resultaban imposibles de detectar, sin embargo, gracias a los avances tecnológicos, hemos logrado descubrir algunos secretos, que parecían perdidos en la historia. Esto ocurrió recientemente con la última obra del pintor italiano Michelangelo Merisi da Caravaggio, uno de los grandes representantes del barroco y el arte renacentista.
Dicha obra lleva por título El martirio de santa Úrsula y fue comisionada por el príncipe Marcantonio Doria, representante de una de las familias más influyentes de Génova, en 1610.

Esta pieza relata la captura de santa Úrsula, una virgen y mártir originaria de Inglaterra, quién dedicó toda su vida a la religión católica, pero fue capturada por los hunos, un grupo de guerreros nómadas que conquistaron parte de Europa en los siglos IV y V, liderados por Atila, un estratega fiero y violento, que convirtió a estas tribus en un imperio. Tras la captura de la santa, Atila se enamoró de ella, ofreciéndole la oportunidad de vivir si se convertía en su esposa, pero Úrsula se negó. Enfurecido, el líder acabó con la vida de santa Úrsula, disparando una flecha en el centro de su pecho.
En esta pintura, se puede apreciar el momento en el que la flecha de Atila el Huno atraviesa el pecho de la mártir, con un fondo oscuro, unas expresiones casi vivas y un dinamismo único en su época y característico del pintor italiano.

/ Getty Images
Esta fue una de las obras más aclamadas de Caravaggio, sin embargo, su muerte repentina, el 18 de julio de 1610, la colocó como la última pieza del artista. El daño que se acumuló en dicha pintura al óleo con el paso de los siglos fue severo, por lo que las restauraciones realizadas sobre dichas capas habían sido muy cuidados y conservadores, dejando atrás incontables detalles que, hasta el día de hoy, eran desconocidos.
Esto dio un giro inesperado cuando el cuadro entró a una nueva fase de reconstrucción para la próxima exposición titulada simplemente como Caravaggio 2025, que se ubicará en Roma, con la finalidad de celebrar el legado del maestro renacentista. La naturaleza oscura de la pintura había borrado ciertos detalles, que gracias a un análisis realizado con rayos-x, han sido recapturados y reavivados por los expertos en restauración.

Uno de los elementos ocultos más impactantes fue el de un soldado que se había borrado con el tiempo, que permanece sorprendido a espaldas del temible Atila, pues de este apenas se puede dilucidar su nariz y casco, disperso entre las sombras. Sumado a esto, finalmente se nota el extraño sombrero que parecía flotar detrás de santa Úrsula, que ahora es notoria, revelando la figura de un peregrino, testigo de la flecha mortal del rey de los Hunos.

El tercer detalle revelado fue un casco con la ranura para asomar un ojo, que muestra a un guerrero que acompaña a la mártir en esta tragedia religiosa. Por si fuera poco, el trabajo de restauración también se enfocó en retocar el brillo de la obra, permitiendo al espectador apreciar cada uno de los elementos que la conforman, aunque no se descarta la posibilidad de que algunos se hayan perdido para siempre.

Caravaggio 2025 estará disponible hasta el 6 de julio en el Palazzo Barberini de Roma y muestra 24 de las obras maestras del aclamado artista barroco, juntas en una exposición por primera vez.
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