Hasta la actualidad, el códice Voynich se considera el manuscrito cifrado más misterioso y extraño del mundo ya que nadie lo ha podido decodificar. ¿Qué secretos esconde en sus páginas?
El manuscrito Voynich es uno de los libros antiguos que han sobrevivido la prueba del tiempo y que a pesar de los siglos, su contenido sigue siendo de gran interés. Sin embargo, hasta el siglo XXI no ha sido posible descifrar su contenido más allá de lo que sus ilustraciones muestran y un par de aseveraciones de estudiosos que te contaremos más adelante.
Ésta es la historia de este enigmático manuscrito que aún pica la curiosidad de tantos.
¿Qué es el manuscrito Voynich?
Se trata de un manuscrito que data del siglo XV, su autor original es desconocido aunque su nombre lo obtuvo gracias al anticuario Wilfrid Voynich, quien lo encontró en 1912. Ha sido descrito como un libro esotérico, de herbolaria y también de medicina, pero lo cierto es que poco sabemos de qué se trata, eso sí, le ha dado origen a una nueva lengua, el “voynichés”.
El voynichés ha desafiado las mentes y los sistemas de decodificación más populares en el mundo y ahora también está siendo estudiado con la Inteligencia Artificial –en otro intento de descifrarlo–. Pero además de esta lengua, también hay una larga lista de hipótesis sobre su creador y el propósito de sus páginas.
Resguardado en la Biblioteca Beinecke de Libros y Manuscritos Raros de la Universidad de Yale, este libro tiene 102 folios encuadernados en vitela –un pergamino muy fino que se hace con la piel de becerro, de hecho Yale Press indica que se hizo con al menos 14 pieles–, incluso algunas que se desdoblan. También tiene una cubierta hecha de piel de cabra que se sospecha que fue colocada ya fuera como un reemplazo, o bien para ocultar el contenido del manuscrito.
Además, el estudio de la numeración de sus páginas lleva a la conclusión de que no sabemos cuántos folios originalmente tenía; se estima que se han perdido aproximadamente 28 folios, que son alrededor de 56 páginas, según se explica en el libro de Marcelo Dos Santos, El Manuscrito Voynich: el libro más enigmático de todos los tiempos –si quieres saber más sobre los específicos de las páginas faltantes te recomendamos leer a en el Capítulo 3 del libro.
Entre sus características más importantes están las ilustraciones, hasta ahora la mejor vía para intentar dilucidar de qué habla el libro. Por ejemplo, en
Yale
, categorizan el contenido del manuscrito en seis secciones, todas con base en las ilustraciones:
- botánica con dibujos de 113 plantas no identificadas
- de dibujos astronómicos y astrológicos
- biológica con dibujos de desnudos femeninos en miniatura que tienen el abdomen inflamado e interactuando de forma extraña con tubos y cápsulas y en cuerpos de agua o fluidos
- un conjunto de medallones cosmológicos, posiblemente representando formas geográficas
- de dibujos farmacéuticos de más de 100 especies de hierbas medicinales en vasijas
- páginas de texto, posiblemente recetas.
El origen incierto del manuscrito Voynich
Las pruebas de carbono 14 han develado que el libro data de 1404 y 1434, otras evidencias como la tipografía, los trazos y hasta los materiales con los que se escribió coinciden con esta datación. Pero su autor sigue siendo totalmente desconocido.
En su historia hay varias constantes, como que le perteneció al emperador Rodolfo II de Alemania, quien aparentemente le pagó 600 ducados a John Dee (un astrólogo inglés) por el manuscrito creyendo que era de la autoría de Roger Bacon –filósofo y erudito inglés del siglo XIII–, aunque ahora las pruebas científicas han demostrado que no hay forma de que se trate de un trabajo hecho por Bacon dada la diferencia de 200 años.
Entre los análisis a los que ha sido sometido se encontró que en uno de los folios se lee “Jacobi de Tepenecz”, por lo que se cree que quizás el Rodolfo II se lo entregó al alquimista y el doctor personal del emperador. Asimismo, junto al manuscrito se conserva una carta dirigida a Athanasius Kircher por la cual sabemos de la compra del emperador. Por otro lado, la experta Lisa Fagin Davis asevera en una conferencia de Yale que Kircher también poseyó el manuscrito años después.
Si bien en la historia del Manuscrito Voynich se sabe de otros dueños y lugares donde estuvo almacenado por años, saltamos a 1912, cuando Wilfrid Voynich, anticuario y librero de origen ruso, se hizo del Manuscrito casi de manera fortuita.
En la misma conferencia, Lisa Fagin explica que se cree que Voynich compró el manuscrito junto a otra pila de libros del Colegio Jesuita en Villa Mandragone, en las afueras de Roma, aunque el anticuario no reveló el lugar de compra en vida.
Fagin explica que uno de los posibles motivos es que quería exagerar el misterio de este manuscrito, y es que para 1919, Voynich se mudó a Nueva York, allí volvió a abrir su negocio de libros raros –previamente tuvo una tienda de libros raros e incunables en Londres–, e intentó vender el manuscrito en varios cientos de dólares, sin mucho éxito.
Si algo es cierto en toda esta historia es que Voynich (y otros) no pudieron vender este manuscrito, principalmente porque nadie podía leer sus contenidos. Incluso, dentro de esta historia, hasta el FBI estuvo involucrado, ya que alguien reportó a Voynich de tener un código secreto, por lo que la agencia lo investigó por años hasta que el librero consiguió convencerlos de que en realidad se trataba de un manuscrito antiguo y no una herramienta para espiar a los Estados Unidos.
No fue hasta 1931 que la viuda de Voynich le vendió el ejemplar a Hans Peter Kraus, también anticuario, no obstante, éste terminó por regalarlo a la Universidad de Yale en 1969 y desde entonces ha sido resguardado por la Biblioteca Beinecke de Libros y Manuscritos Raros. Actualmente, es posible comprar una reproducción del manuscrito editada por la Yale University Press.
Las teorías del Manuscrito Voynich
Como ya hemos explicado, desde el siglo pasado ha habido desde expertos paleógrafos, lingüistas, filólogos y hasta aficionados que han intentado decodificar este libro. El análisis va desde las ilustraciones a intentar crear un alfabeto, sin embargo, no ha habido ningún tipo de consenso tan siquiera en qué constituye una letra y qué la diferencia de otra.
Esto ha llevado a ideas sorprendentes, por ejemplo, hay quienes han sostenido que Leonardo da Vinci es el autor del manuscrito dado el estilo de caligrafía o que éste era zurdo y su similitud con las anotaciones de los cuadernos que sí son de Da Vinci, así como elementos propios del Renacimiento –aunque la teoría ha sido refutada.
Pero mucho aún más sorprendente es que algunas teorías (francamente disparatadas) incluso apuntan a que se trata de un libro de origen marciano, sí, leíste bien, que alienígenas crearon este libro. Una hipótesis que claramente no ha producido evidencias.
Muchos otros también han aseverado que en realidad está escrito en un latín abreviado, así pasó en 1943 cuando Joseph Martin Feely presentó su teoría sobre el latín, y hasta hace poco en 2017 el medievalista Nicholas Gibbs también propuso algo similar. Sin embargo, ninguna de las hipótesis hasta el momento han resistido un análisis profundo y lo más importante de todo: ninguna ha podido descifrar qué dice el texto sobre las páginas.
Por otro lado, una de las teorías más recurrentes ha sido que el propio Voynich falsificó este documento, sin embargo, las pruebas de carbono 14 han demostrado que el códice sí es un ejemplar antiguo.
No obstante, la búsqueda del sentido de este libro continúa, y cómo bien explicó Fagin, aunque no sepamos qué dice o su origen (todavía), lo cierto es que el Manuscrito Voynich no deja de ser un objeto de estudio por el simple hecho de ser un manuscrito medieval que ha sobrevivido el paso del tiempo y que quizás un día, sean 6 o más siglos después logremos descubrir que dicen sus páginas.
Encuentra una versión digitalizada del manuscrito Voynich aquí .
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