Rembrandt es el maestro de los retratos, su intenso estudio psicológico de las personas, los objetos y su entorno, lo convirtió en una figura importante del arte y estas son las mejores obras del pintor holandés del barroco.
El pintor nació un día como hoy pero de 1606 en Leiden, Países Bajos. Rembrandt Harmenszoon van Rijn fue el cuarto de seis hijos, sobrevivientes de un total de 10.
La mayoría de los artistas de su época procedían de artistas o artesanos, sin embargo, la historia de Rembrandt es distinta, su padre, Harmen Gerritszoon van Rijn fue molinero y su madre, Neeltgen Willemsdochter van Zuytbrouck, pertenecía a una familia de panaderos.
El talento de Rembrandt era innato, y alcanzó rápidamente renombre por sus pinturas y grabados históricos, así como por sus retratos y autorretratos. Sus inusuales grabados le dieron fama internacional durante su vida, y sus dibujos, ahora forman parte de grandes colecciones de arte.
Por qué Rembrandt es tan importante en el arte
Existen muchas cualidades de Rembrandt para considerarlo como una figura importante en el arte, su dominio sobre la luz y la textura para enfatizar profundidad emocional es una tema común en sus obras, de ahí que se le apodara como un “gran maestro innovador del arte”.
Para crear efectos de luz convincentes, Rembrandt tuvo que seguir el ejemplo de su precursor italiano Caravaggio, compensando la luz con grandes áreas envueltas en sombras.
El interés de Rembrandt por revolucionar su propio arte y a sus predecesores, lo llevó a evolucionar desde sus grandes y ambiciosas pinturas históricas tempranas hasta su estilo posterior más íntimo y brillante.
Una muestra de ello, es su obra Two old men disputing de 1628, donde el artista desarrolló un método en el que los elementos iluminados de la pintura se agrupan en una zona, de tal manera que necesita de poca sombra para separar las distintas formas.
Al colocar en un mismo punto los tonos claros de amarillo, azul, rosa, verde y otros colores, desarrolló el sistema “debevriende kleuren”, es decir, “colores afines o relacionados”. De esta manera, la zona del cuadro estaba rodeada de grupos coherentes de tonos más oscuros que ocupaban el primer plano y el fondo, especialmente los bordes y las esquinas de la obra.
Con su método “debevriende kleuren”, Rembrandt no solo creó una intensidad de luz concentrada, también obtuvo una fuerte unidad en su composición lo que permitía al ojo del espectador captar la imagen de un vistazo, antes de centrarse en los detalles que acompañaban a la obra.
De su sacrificio de colores fuertes y saturados, provino su obra La ronda de noche, una de las obras más importantes y representativas del artista y que estaba destinada a ser una escena iluminada por la luz del día.
Un hecho que ubica la importancia de Rembrandt en el arte y que lo considera como el más representativo de la historia del arte holandés, pues su trabajo es sinónimo del gran período de riqueza cultural conocido como la Edad de Oro holandesa.
Las aportaciones al arte hechas por Rembrandt
Rembrandt dio de manera literal, luz al arte con sus aportaciones, asimismo, le imprimió humanismo al representar figuras humanas naturales y realistas, pero sobre todo, al representar en sus obras sentimientos profundos, imperfecciones y moralidad.
En su obra Study of an old man in profile, el artista limitó la cantidad de detalles para evitar distraer al espectador y así dirigir su atención hacia el rostro y la postura.
Creía que las emociones humanas eran más importantes que cualquier otro aspecto de la vida y que los sentimientos y experiencias de sus personajes eran lo que quería transmitir, incluso cuando los pintaba en el contexto de la historia, la religión o la sociedad.
Su maestría en la reproducción convincente de la piel humana es otro de los puntos a destacar sobre las aportaciones que Rembrandt hizo al arte.
Su reputación como el mejor grabador de la historia se mantiene al día de hoy al poner sobre la mesa que el grabado más que ser una mera técnica reproductiva también es una auténtica forma de arte.
Rembrandt usó una técnica libre al momento de hacer sus grabados, algo que fue tachado por los artistas de la época como una acción incontrolada o nerviosa, no obstante, le dio a su trabajo una apariencia de esbozo, lo que también podría describirse como pictórico y su calidad pictórica se dio nuevamente al juego de luz y sombra que da una sensación convincente de espacio atmosférico utilizando diferentes métodos de rayado, un ejemplo es su Autorretrato grabado en la ventana de 1648.
Los extensos autorretratos de Rembrandt son notables porque dan forma a una biografía visual única del artista. Ya sea que se pintara a sí mismo vestido o como un hombre común, se examinó sin vanidad y con sinceridad.
Aunque no se tiene conocimiento sobre si Rembrandt era altamente religioso, su dedicación y devoción por las escenas ilustradas de la Biblia y las pinturas históricas continuaba aunque estas habrían pasado de moda, considerando como uno de los grandes profetas por su interpretación humana de estas narraciones milenarias.
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