La única cosa segura después del primer respiro fuera del vientre materno, es que vamos a morir. Independientemente del género, la etnia, el credo o la ideología política, la muerte es universal y por tanto, ha sido plasmada en la historia del arte como un hecho inherente, un destino inevitable.
La muerte en el arte
La muerte y divinidad en el arte
La muerte es un recordatorio de que los humanos tienen los días contados, así como en el arte Vanitas los relojes representaban el tiempo, en el Renacimiento se seguía una línea temporal después de la vida ya sea en el cielo o en el infierno.
Es durante esta época del arte que la muerte se relaciona con las creencias religiosas en un sentido espiritual, desde personificar figuras con alas que simbolizaban el camino hacia la nueva vida hasta presencias que se hacían visibles desde la oscuridad del infierno.
La obra más representativa del Renacimiento que toca el tema de la muerte y la divinidad es El Juicio Final o El Juicio Universal que Miguel Ángel realizó para decorar el ábside de la Capilla Sixtina.
En la mitad inferior del fresco cuyo tema es extraído del Apocalipsis según San Juan, la multitud se divide en dos: los que ascienden al Cielo y los que descienden a las tinieblas.
Del lado izquierdo se encuentran los que resucitan, y son ayudados por ángeles para subir, mientras que en la Tierra hay demonios escondidos en cuevas intentando que las personas suban al Cielo.
Del lado derecho están los condenados, quienes son arrojados a las tinieblas. Algunos son obligados a subir a la barca de Caronte, uno de los monstruos más temibles que los llevará hacia su juicio.
La fragilidad de la vida y la muerte de los placeres mundanos
Las pinturas de vanitas son la forma de arte más representativo que habla sobre la muerte, quizás con el propósito de hacer una reflexión sobre la vida misma en el Barroco.
Este arte contiene múltiples representaciones simbólicas de la muerte, desde flores marchitas, relojes de arena, burbujas, hasta fruta en estado de descomposición.
Todo relacionado a dar por entendido lo impredecible y repentino de la muerte y por tanto la fragilidad de la vida misma y el fin de los placeres mundanos.
La muerte realista
La vida cotidiana en el movimiento artístico del Realismo es uno de los temas principales, donde también hay cabida para la muerte.
La muerte en las obras de los pintores realista se muestra como un suceso inesperado, como por ejemplo, el cuadro del pintor francés Jean-François Millet, llamado: La Mort et le Bucheron (La muerte del leñador).
Un momento donde presumiblemente estaría el leñador descansando, mientras recibe la visita de la muerte descalza con túnica blanca, acompañada de un reloj de arena. La muerte irrumpe en su cotidianidad.
El impresionismo de la muerte en el arte
Un tema tabú que Édouard Manet desmitificó en su época fue el suicidio. En su obra El suicidio, la muerte se presenta a través de un hombre vestido de manera elegante que ha terminado con su propia vida de manera violenta.
Durante el realismo, el suicidio era retratado como un hecho herócio y de sacrificio, Manet lo llevó a mostrar otro rostro de la muerte: la de un hombre triste y derrotado.
Edvard Munch, pintor noruego post-impresionista llevó el simbolismo de la muerte hacia la reflexión viva en su cuadro Death and Life (Death and the Maiden). Donde no solo el erotismo es parte de una lucha entre la vida y la muerte, también se presenta la amargura de la vida misma y el amor.
Del lado izquierdo se pueden notar espermatozoides de cola larga, y del lado derecho dos fetos.
Esta temática existencial de Munch marcó su obra a lo largo de su vida, donde la muerte jugó un papel importante en su afán de expresar los “estados más sutiles del alma”.
Por su parte, Picasso tuvo un vínculo importante con la tristeza, la soledad, la miseria y la muerte. Su periodo azul es quizás uno de los más importantes, lo que marcó su entrada triunfal al cubismo.
Casagemas en su ataúd es la obra donde refleja su inmensa tristeza por el fallecimiento de su amigo, pero también reflexiona sobre la muerte y el abandono. No se necesita de símbolos como en el barroco para mostrar la cara de la muerte en el arte.
Lo extraño y lo irracional de la muerte en el surrealismo
La fascinación por lo onírico y lo sumamente extraño era la bandera con la que navegó el movimiento surrealista en el arte. La realidad desde la invención sobre la muerte se ve fascinante a los ojos de los surrealistas como Salvador Dalí.
Remedios Varo también retrató a la muerte a su manera, en la reflexión de su última obra: Naturaleza muerta resucitando, la muerte no representa la indestructibilidad del espíritu, al contrario, el punto es trascender.
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