Al sur de la Ciudad de México, en el número 46 de avenida Las Águilas, existe la casa que durante muchos años fue el espacio creativo del compositor americano Conlon Nancarrow, quien eligió México para hacer familia.
Este inmueble fue diseñado por el amigo de Nancarrow y famoso arquitecto mexicano, de padre británico, Juan O’Gorman, reconocido por ser el autor de la Biblioteca Central de Ciudad Universitaria, el edificio más fotografiado de la Ciudad de México.
Un artista subestimado
O’Gorman no ha sido valorado en su justa dimensión. Aunque es considerado un representante del funcionalismo y la arquitectura orgánica, y dejó a los universitarios ni más ni menos que la Biblioteca Central, ni en la UNAM existe el archivo de Juan O’Gorman. Además, hace 50 años, fue destruida la casa de San Jerónimo en la que vivió y que fue diseñada por él.
Hoy por hoy, hay obras de Juan O’Gorman –también autor de la Casa Estudio Diego Rivera– en San Ángel que aún se desconocen o esperan desarmadas, en piezas numeradas y por piedras, a alguien que las sepa valorar. Tal es el caso de un hermoso diseño pétreo para el piso que está en venta y fue rescatado de una casa en el Pedregal, cuyos antiguos dueños decidieron vender sin la obra de O’Gorman.
De igual manera, el denominado Espacio Nancarrow–O’Gorman, donde habita la viuda del compositor y su único hijo, Mako, saltó al conocimiento público gracias a la intervención de Adriana Sandoval, historiadora del arte por la UNAM, quien asegura haberse enamorado de Juan O’Gorman cuando cursaba la primaria y conoció en sus libros el autorretrato de 1950 que pertenece a la colección del Museo de Arte Moderno.
En ese momento, Adriana descubrió su vocación y cuando llegó el día, dedicó sus estudios a la obra y persona de Juan O’Gorman. Actualmente, encabeza la Fundación Nancarrow–O’Gorman que busca, en común acuerdo con los herederos del compositor, cambiar de figura la propiedad de la casa y convertirla en un lugar para el estudio y la contemplación.
Curadora al rescate
En entrevista para Central, la también curadora Adriana Sandoval asegura que “el plan para la casa es la preservación y ser abierta al público en 2021. La fundación sería la encargada de la conservación y si esta llegara a desaparecer, la casa pasaría a manos de otra fundación, bajo las mismas condiciones y características”.
Considerada una casa testimonio, el Espacio Nancarrow–O’Gorman será de ayuda a la investigación tanto de la música como de la arquitectura y las artes plásticas. También servirá para la experimentación del espacio y se convertirá en una herramienta para la creación artística.
Por su parte, las partituras y la colección del músico Nancarrow –quien fue combatiente en el bando de Abraham Lincoln en la Guerra Civil de Estados Unidos– están en Basilea, Suiza. Su hijo decidió venderlas fuera de México, puesto que tampoco recibieron atención por parte de las autoridades mexicanas en su momento.
Mako Nancarrow, quien nació y creció en esta casa de avenida Las Águilas, dice no sentir que el inmueble le pertenezca, pues es una obra de arte que todos deberían conocer; “es difícil salirse de aquí, porque es un paraíso, pero mi mamá y yo siempre tratamos de conservarla como un legado para la historia y la sociedad”, explica.
Debido a esto, siendo parte de la fundación que busca adquirirla, Mako renunciará a su propiedad individual y la compartirá con los demás que componen el acta constitutiva de la misma: el artista multidisciplinario Pedro Reyes, la especialista en O’Gorman Adriana Sandoval y Luis Rius Caso, especialista en arte moderno mexicano.
Una casa con concepto orgánico
La casa fue construida entre 1948 y 1952, simultáneamente a la Biblioteca Central y a la Cueva (la casa del arquitecto destruida en 1969), por lo que es fácil identificar el estilo, el material y la mano de O’Gorman en esta. Aun cuando ha sufrido algunas modificaciones del proyecto original –como la eliminación de la alberca del jardín y la construcción de un estudio con ventanales que cubre una parte del mural hecho de piedra–, claramente tiene el concepto orgánico y único del arquitecto, quien también fue pintor y muralista.
Del monto necesario para adquirir la casa, tienen el 50 por ciento, y prevén conseguir el resto en los próximos 18 meses, con donativos de entusiastas del arte, pues aseguran no tener interés ni apoyo de las autoridades de nuestro país.
Para los interesados en aportar, ponen a disposición una cuenta bancaria y la posibilidad de hacer el donativo deducible de impuestos:
Número de cuenta: 0074 0021 72011 3523 020
Clabe interbancaria: 012180001135230209
BBVA Bancomer
Espacio Nancarrow OGorman A. C.
Aunque la zona está fuera del circuito tradicional de cultura en la Ciudad de México, este inmueble es un ejemplo del trabajo de O’Gorman que pocos conocen y podría convertirse en un dinamizador del arte en la zona donde se encuentra.
Revisa esta cápsula realizada por nuestra colaboradora Kristina Velfu*.
*Kristina Velfu es periodista especializada en la difusión del arte y la cultura. (Ig y Tw:
@velfu
)