Cultura

Pedro Friedeberg, el pintor de la arquitectura fantástica

Por: Kristina Velfu 23 enero 2025 • 5 minutos de lectura

Artista de arquitectura que ha diseñado espacios imaginados y formas imposibles, ese es Pedro Friedeberg.

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Pedro Friedeberg
Estudio Kristina Velfu
Pedro Friedeberg
Estudio Kristina Velfu

Pedro Friedeberg (Florencia, 1936 -) es artista de la arquitectura fantástica, gracias a su formación como arquitecto, ha encontrado en este género su espacio creativo. Este género que permite proyectar espacios imaginados y formas imposibles, acude a lo onírico y fantasioso.
Así, el artista afincado en México desde los 3 años; en sus obras recrea lugares deshabitados en los que recupera este concepto que ha sido también usado por la literatura para ambientar escenarios poéticos. La arquitectura en la obra de Pedro consiste en composiciones geométricas donde integra elementos simbólicos y mágicos que pertenecen a su imaginario.

En su obra se observa lugares solitarios, llenos de conceptos, repeticiones y perfeccionismo que en conjunto nos colman de misterio.

Friedeberg dibuja cada día un pedazo de papel y crea libros completamente hechos por él, con dibujos y recortes: en su propio lenguaje. Estas obras recuerdan alguna obra clásica, una vieja creencia o la imaginación de un futuro posible. Todo dentro de los recuerdos de su extraordinaria memoria y amplísima cultura.

Conocido por su silla de mano, Pedro Friedeberg, el invitado especial en la próxima Feria de Arte Bada, oculta la sensibilidad que sus vivaces ojos reflejan, en su sentido del humor. Habla en broma para no dejar asomar los resquicios de su profunda e intensa vida.

El autor es actualmente el favorito de los coleccionistas jóvenes y eso que es un hombre en la octava década de su vida, sin embargo, parece que es ahora, su mejor momento como artista.

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El viaje a México

Pedro llegó a México a los 3 años, cuándo su madre decidió huir de la guerra y aventurarse con su pequeño niño, para salvar la vida. Ambos, provenientes de Florencia, a donde habían ido cuando las cosas se pusieron complicadas en Alemania por el avance de la guerra, embarcaron a México con ayuda de su padre adoptivo, que ya vivía aquí y quién le dio el apellido con el que actualmente firma sus codiciadas obras de arte: Friedeberg.

En México, Pedro se empapó de las curiosas costumbres mexicanas. También de la corriente del surrealismo, en su época de ebullición y de ella aprendió que el arte debe ser convulso o que no sea.

Su estudio ubicado en la Ciudad de México es una cueva de tesoros, uno tras otro. Como un inmenso e infinito gabinete de curiosidades. Juguetes antiguos, pájaros disecados, vueltos mecánicos que cantan al accionar una palanca; sillones con patas de piececitos y respaldos con cientos de manos, pequeñas piezas de porcelana y espejos infinitos. Figuras religiosas intervenidas y miles de libros. En medio de este universo fantástico Pedro Friedeberg trabaja y recibe a sus visitas con las que habla con paciencia, mientras dibuja.

Pedro Friedeberg
Estudio Kristina Velfu
Pedro Friedeberg
Estudio Kristina Velfu

El arte es mi vida

Kristina Velfu (KV): ¿De qué se trata su trabajo visual?
Pedro Friedeberg (PF): Son escenografías fantásticas. Como de óperas del siglo XVIII, como de la Flauta Mágica o la Novia Vendida. Mucha fantasía y bastante simetría.

KV: ¿Cuál es la historia de la Manosilla?
PF: La hice en los 60 y primero no les gustaba, luego si y luego no. Así las obras sobreviven al tiempo. La mano -silla fue una exploración del mobiliario anti-funcional.

KV: ¿Cómo se describe a usted mismo?
PF: Yo soy Pedro Friedeberg un disque pintor, que nací en Italia, pero llevo más años en México. Soy arquitecto de la arquitectura fantástica

KV: ¿Qué es lo que más le gusta de México?
PF.- La corrupción y la comida. La idea de la corrupción. Es como un cuento inacabado, es como un cuento de terror, como los de Edgar Allan Poe. A mi me encantan los cuentos de terror y los grabados de Posada.

KV: ¿Cuál es su rutina diaria?
PF.- Mi rutina diaria es dormir muy mal. Despierto a las 7:00 am dibujo un ratito. Me duermo un poco más y luego me despiertan mis gatos.
Todos los días son iguales pero distintos. No tengo rutina…
Me gusta trabajar todo el día. Mi trabajo es muy mecánico, de arquitecto.
Al final soy arquitecto. Yo me eduqué como arquitecto.

KV: Si usted no fuera artista ¿Qué sería?
PF.-No me concibo como otra cosa… Aunque me encantaría ser gigoló.

KV: ¿Qué es lo que más le gusta de la vida?
PF.- La vida en sí. La vida con salud.

Pedro Friedeberg
Estudio Kristina Velfu

KV: ¿Qué le gustaría hacer que todavía no ha hecho?
PF.- Publicar un libro. Ya lo tengo hecho. Trata de todo y de nada. Sólo pinturas. Tiene agujeros y cartas del tarot.
Es un libro que llevo 10 años pintándolo. Tiene juegos de cartas, juegos de perspectivas. Las 8 maravillas del mundo. El coloso de rodas…Muy fatuo pero muy interesante.
Ojalá que alguien que lea tu entrevista decida editar estas 250 páginas.

KV: ¿Es usted un coleccionista?
PF.- Soy un acumulador. Soy un juntador:Soy como la basura. La basura de cosas chistosas y únicas. Me gusta todo lo que parece algo, y al final es otra cosa.

KV: ¿El humor es importante?
PF.- No hay otra cosa. Lo solemne es aburrido

KV: ¿Cuál es su comida favorita?
PF.- Los cinco moles mexicanos. Me gustan principalmente por el sabor, pero también por la textura.
Eso sí deben ir acompañados por mezcal o tequila.

KV: ¿Qué es la felicidad?
PF.- Estar en la gracia de Dios. Sentir que uno está bien con la mayoría de la gente, y sentir que uno no se está aprovechando demasiado de los demás y los demás no se están aprovechando de uno.

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KV: ¿Qué es el éxito?
PF.- El éxito no existe. Yo he visto tanta gente que tuvo éxito muy poco tiempo y ya nadie se acuerda de ellos. Yo creo que yo no he llegado a ser exitoso porque no saben pronunciar mi nombre, como que da miedo un nombre extranjero.
El éxito es algo efímero

KV: ¿Qué es la belleza?
PF.- La belleza debe ser convulsiva o si no, no es...

KV: ¿Y el arte?
PF.- Mi vida

El criterio de Pedro Friedeberg para hacer amigos es su capacidad de divertirlo. Así su vida es como su estudio, una cajita de curiosidades. Sin confesiones tácitas pero llena de creatividad e invenciones.

La fantasía y el conocimiento mezclados son la materia prima de su investigación. El asombro y mantenerse fiel a su propia personalidad y aficiones.

Pedro Friedeberg hoy es baluarte del pensamiento contemporáneo, que es creativo, flexible y compatible a su estética.

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