La riqueza del arte se encuentra en su capacidad para comunicar emociones, historias y tradiciones, pero también en el descubrimiento de un polvito mágico llamado pigmento. Este polvito, que se ha obtenido de fuentes naturales, y en su mayoría, se derivan de plantas, minerales y animales, son precisamente los que dan vida a todas esas emociones, historias y tradiciones.
Oaxaca, capital del arte artesanal en México, da vida a los famosos alebrijes que emergen como una forma de expresión cultural que no solo representa la creatividad artesanal, sino que también destaca la importancia de los pigmentos en el proceso de creación. En Oaxaca, los pigmentos son elegidos cuidadosamente en función de sus tonalidades, iguales a la diversidad de flora y fauna de la región, transformándolos en colores intensos y variados para ser utilizados en sus obras artísticas.
Los alebrijes son figuras mágicas de madera llenas de fantasía, y combinan elementos de diferentes animales y características imaginativas. En visita a los talleres de Jacobo y María, se puede apreciar cómo se han destacado por mantener viva esta herencia cultural, utilizando pigmentos naturales y sintéticos para dar vida a sus obras de arte.
Cada artista tiene su propia técnica y estilo, que a menudo se transmiten de generación en generación. De este modo, los colores utilizados en cada alebrije son una declaración personal y colectiva que honra a su legado. Estas composiciones, a veces inusuales de colores, se vuelven agradables a la vista y te dejan reflexionando sobre la vida, la muerte y la conexión con seres espirituales.
Como dato curioso, existe un pigmento que ha sido incluido en el Libro Guinness de los Records por ser el más caro del mundo: el “Vantablack”. Pese a su costo y exclusividad de este pigmento, casi completamente negro por su ausencia de luz, ha suscitado controversia en el mundo del arte, ya que su propietario, ha restringido su uso a ciertos artistas, lo que ha generado debates sobre la accesibilidad y la democratización del arte.
Sería interesante saber si algún alebrije en el mundo fue pintado con ese pigmento, y con ello concluir que efectivamente si los pigmentos derivados de las plantas han dejado una huella imborrable en la historia del arte, también invitan a reflexionar y a querer visitar y descubrir más sobre todo lo artístico que ofrece Oaxaca.
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